Analisis "La ciencia y el sentido comun" - Ernest Nagel

RESUMEN – La ciencia y el sentido común

En la lectura La ciencia y el sentido común, su autor, el filósofo estadounidense Ernest Nagel, establece una comparación entre el conocimiento científico y el sentido común, dejando ver así las principales diferencias y similitudes de estos dos medios de adquisición del saber. De esta forma, a lo largo del texto, Nagel despliega un conjunto de argumentos agrupados en 6 grandes apartados que soportan dicho contraste.

Antes de puntualizar los aspectos principales que generan una oposición entre los dos medios previamente mencionados, el autor hace referencia a cómo los términos científico o ciencia son usados erróneamente por diversas personas que argumentan tener un presunto conocimiento último o que tratan de denotar una mayor seriedad a ciertos procedimientos o dominios. Nagel menciona también cómo muchas prácticas sociales, aunque exitosas, suelen ser desprestigiadas al no estar acreditadas bajo estos rótulos, todo esto debido a la misma adulteración de los términos. El autor considera entonces pertinente aproximarse a diferir lo que podría llegar a definirse bajo el adjetivo de “científico”, abriendo paso a su vez a enumerar las características que lo identifican y lo separan de su estrecho opuesto, lo “precientífico”.

En primera instancia, el autor refiere el conocimiento científico como una forma de conocimiento sistemático y organizado que busca siempre encontrar el porqué de diferentes cuestiones o fenómenos objeto de su estudio. En contra parte, alude a que el sentido común se entiende como una forma de conocimiento más pragmática que no brinda especial atención a las motivaciones o razones que dan lugar a fenómenos. Por ejemplo: las comunidades conocen bien sobre la conveniencia de abonar los campos para poder mantener su fertilidad, pero estas, en su mayoría, desconocen las razones por las cuales deben de hacerlo, es decir, lo hacen porque les funciona pero no saben o ignoran las razones por las cuales pasa así. De esta forma es como se establece pues, la primera característica diferenciadora entre ambas formas de conocimiento.  

Otra característica que diferencia la ciencia del sentido común tiene que ver con cómo el conocimiento científico establece parámetros de aplicabilidad a sus teorías o hipótesis, mientras que el sentido común simplemente no lo hace o lo hace sin certeza de lo que arguye. Para ilustrar lo anterior, el autor menciona nuevamente el ejemplo relacionado con las comunidades y el abono de las tierras. Señala como ellas a través de los siglos han venido aprovechándose de los beneficios que acarrea el abono de las mismas para el cultivo. Si bien el conocimiento adquirido a través del sentido común les ha servido, el hecho de desconocer las razones y los límites de la aplicabilidad del conocimiento los deja sin cómo responder ante una posible afección del entorno.

Posteriormente, el autor menciona cómo los juicios antagónicos sirven de estímulo para el desarrollo de la ciencia, es decir, muy en el fondo el conocimiento científico posee juicios contradictorios lo cual tiene mucho sentido pues él mismo no establece verdades absolutas, y,  al no establecerlas, permite que se siga investigando sobre las hipótesis o teorías ya establecidas que pueden llegar a ser derrocadas, modificadas o reemplazadas.

Asimismo, el autor procede a mencionar, que a diferencia del sentido común, que tiende a hacer afirmaciones vagas o suposiciones sobre hechos o situaciones, el saber científico exige altos estándares de rigurosidad y especificidad tanto en su método como en su lenguaje. Por ejemplo, mediante el sentido común se puede afirmar que el agua se solidifica cuando se enfría lo suficiente, lo cual es verdadero, pero desde una óptica científica este saber es impreciso e incompleto; la perspectiva científica investigaría el fenómeno en su totalidad objetivamente estableciendo parámetros y medidas verificables susceptibles a debate.

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