Análisis de lectura. El hombre mas rico de babilonia

               El hombre más rico de Babilonia. (Genaro Regalado López)

                                                               Análisis de lectura.

Introducción

Los principios de la prosperidad son distintos, y en ocasiones, opuestos, a los principios que

promueve el consumismo. Los principios del consumismo son: endéudate, gasta, consume, goza ahora, no te límites, no pienses, no te preocupes... Los principios de la prosperidad son: produce,

invierte, ahorra, practica la gratificación diferida, controla tus gastos, piensa en tu futuro, preocúpate por optimizar tus gastos y ampliar tus ingresos...

La sociedad promueve y favorece el consumismo. Somos educados para ser empleados (en vez de empresarios) y en ser consumidores (en vez de productores). Ese fue el papel que la sociedad capitalista asignó al sistema educativo: crear mano de obra calificada, empleados y técnicos, y al mismo tiempo enseñarles a consumir, de manera que fueran mercado de productos y servicios, y para que, de esa manera, el salario que recibieran por su trabajo volviera, vía compra de productos y servicios, a los patrones que les tenían contratados. Y durante décadas el sistema operó bien. Las familias enviaban sus hijos a las universidades para que salieran a ser empleados de cuello blanco de los empleadores. Y la publicidad los deslumbraba con toda clase de productos y servicios para que se gastaran el dinero que recibían, y además les enseñaba a endeudarse con las tarjetas de crédito, con la política de “Goce ahora y pague después”. Y muchas personas mantienen esa mentalidad. Pero los tiempos han cambiado.

Mantener la mentalidad consumista y dependiente es suicida en estos momentos. Necesitamos aprender a ser productores, en vez de consumidores; a desarrollar iniciativas de negocio que suplan ingresos complementarios, en vez de limitarnos a un salario cada vez con menor poder de compra. Necesitamos cambiar, antes de que el cambio nos cambie y nos aplaste.

El éxito significa que las realizaciones como resultado de nuestros propios esfuerzos y habilidades. Una buena preparación es la clave del éxito. Nuestras acciones no pueden ser más sabias que nuestros pensamientos.

Nuestros actos y nuestra manera de pensar no pueden ser más sabios que nuestra comprensión.

-La prosperidad de una nación depende de la prosperidad financiera de cada uno de nosotros sus  individuos.- referenciado en este capítulo, lo cual considero muy cierto ya que lo que hagamos y emprendamos de forma individual al final es reflejado en el bienestar general de todo el país.

Este capítulo también trata sobre los principios de la prosperidad los cuales son todo lo contrario de los principios bajo los que funciona la sociedad económica actual que se rigen bajo el consumismo.

Una buena preparación siempre será clave para el éxito. Nuestras acciones no pueden ser más sabias que nuestros pensamientos. Nuestros actos y nuestra manera de pensar no pueden ser más sabios que nuestra comprensión

Capítulo 1 El hombre que deseaba oro

Bansir era un productor de carros en la ciudad, si estado de ánimo era preocupante, ya que consideraba hacia sí mismo que de nada servía tener ese conocimiento de productor si no le daba la capacidad de mantener un estado financiero satisfactorio, Kobi es un músico que toca la lira, el mejor amigo de Bansir pero su situación económico-financiera era igual, de escases y de limitaciones.

Ambos reflexionaban acerca de que es lo que hacían mal, donde estaba el secreto para desencadenar una buena solvencia económica.

Además, pensaban acerca de no querer seguir viviendo como esclavos año tras año. Trabajar, trabajar, trabajar... ¡Y no llegar a nada!, que su vida a pesar de ser libres no era mejor que la de los esclavos del rey que pasaban todo el día y todos los días acarreando agua para los jardines colgantes.

Capítulo 2 El hombre más rico de Babilonia

Ambos amigos deciden juntar a otros amigos de la infancia, los cuales viven la misma situación económica que ellos, y deciden visitar a Arkad, quien es considerado el hombre más rico de toda la ciudad de Babilonia. Y que además era también amigo de su infancia. Para pedirle consejos y asesoramiento de como el hizo para llegar a esos niveles económicos que tiene y de esta forma imitar lo él ha hecho.

Arkad aceptó gustoso a revelarles como había llegado ese éxito, así que lo primero que les dijo fue que él se prometió así mismo lo siguiente: “Yo tendría mi parte de las cosas buenas de la vida, y que no sería uno de esos que se mantienen al margen, mirando con envidia cómo los otros gozan de su fortuna”.

Como podemos ver lo que Arkad está explicándoles es que lo primero que hizo fue convencerse a sí mismo sobre lo que quería, y hacia donde serían dirigidos sus habilidades, esfuerzos y su concentración. Como podemos analizar realmente es lo primero que tenemos que hacer convencernos y tomar ese poder de decisión.

Arkad les confeso como él fue enseñado por otro anciano llamado Algamish del cual aprendió lo siguiente; “Encontré el camino de la riqueza cuando decidí que una parte de todo lo que ganaba me tenía que pertenecer. Lo mismo será verdad para ti.” “Si guardaras la décima parte de lo que ganas en un año, ¿cuánto tendrías en diez años?”

Lo que en otras palabras significa que, si gastas todo lo que ganas, siempre será así, y nunca tendrás la oportunidad de invertir y hacer crecer ese dinero ahorrado de manera que ese capital trabaje para ti. Generando intereses y ganancias.

Fue aquí donde Arkad aprendió tres principios elementales de la gestión de la riqueza.

1-Aprendió a vivir con menos de lo que ganaba,

2-Aprendió a solicitar consejos a gente que fuera competente debido a su experiencia adquirida.

3-Aprendió a hacer que el dinero trabajara para él.

Arkad les enseño también esta importante premisa al dar respuesta a dudas planteadas.

Cuando yo me impongo un trabajo, por pequeño que sea, lo acabo. De otro modo, ¿cómo podría? confiar en mí mismo para realizar trabajos cuando me impongo un trabajo lo hago, de modo que procuro no comenzar trabajos difíciles o imposibles porque me gusta tener tiempo libre.

Capítulo 3.  Las siete maneras de llenar la bolsa

Les conto también como en un lapso de tiempo babilonia se encontraba en crisis económica, es decir no siempre fue la ciudad con más riqueza en el mundo. Y de como el rey de Babilonia en ese momento lo convoco para solicitar su apoyo para que enseñara a toda la población a generar riqueza. Con lo que surgió la teoría de 7 formas de cómo llenar las bolsas vacías.

Para llevar a cabo dicho proyecto se seleccionó un grupo de 100 personas, a las cuales el enseñaría y ellos dispersarían todo ese conocimiento en toda la población en general.

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