Análisis sobre la noticia “La docente que aprobó a una alumna que no sabía nada” desde el enfoque ejecutivo de Fenstermacher

“La alumna que no sabía nada”

Introducción
        Hace un tiempo descubrimos una noticia en la web sobre una profesora que había aprobado a una alumna sin saber nada. Es imposible, nos dijimos. Una alumna no puede pasar de año sin tener los conocimientos científicos necesarios. A partir de ahí comenzamos a leer la noticia a fondo, y descubrir que definitivamente una alumna había aprobado una materia y pasado de año sin tener el saber científico que se necesita.

Análisis
        
        Queremos centrar nuestro análisis en la evaluación y contraposición de dos visiones completamente distintas y que entran en contradicción en un mismo hecho.
        A partir de conocer que su alumna no sabía nada sobre los temas de la evaluación, la docente decide cambiar el rumbo de la misma y preguntarle sobre saberes cotidianos vividos por la estudiante.
        En esta primera instancia, vislumbramos que hay un pacto entre docente-alumno, estos pactos no ayudan a poder aprender el conocimiento específico, ya que este proceso de interiorización de contenidos depende de estudiar y de la cantidad de horas que se le dedique de estudio.
        El propósito dentro de la educación, debe ser que los estudiantes adquieran este conocimiento específico, donde el docente es quien realiza y actúa, y el alumno quien sólo aprende. La educación es esta relación entre proceso y producto. Donde el proceso es la actividad del docente y el producto es el dominio de los saberes que alcanza el estudiante. Por tanto, al cambiar el rumbo de la evaluación, no se puede observar si el alumno tiene dominio o no sobre el contenido que el profesor enseñó dentro del aula.
        Podemos notar, con las decisiones que toma la profesora sobre la evaluación, que decide tener en cuenta la situación personal de la alumna. Es decir, que se fija en otras notas, en el esfuerzo, en los nervios que llevaba, o también en lo importante que era poder aprobar ese examen.
        Para poder evaluar el dominio sobre los contenidos hay que poder ser objetivos y abstraerse de toda consideración sobre el contexto, la cultura o lo que sucede con ese alumno en particular, ya que todos deben tener sabidos los mismos saberes. Si tenemos en cuenta el contexto no podemos evaluar lo científico.
        Es probable quizás, que el entorno se haya interpuesto sobre la alumna y haya influido sobre el no poder aprender lo necesario.
        Debemos tener en cuenta también, que la profesora termina evaluando y dando por aprobada una evaluación que no contenía saberes científicos y técnicos, si no cotidianos y comunes, propiciados por vivencias y no por la docente. Esto nos hace entender que rompe con el propósito en el que se aprende lo que el docente enseña y que no estaba cumplido el producto de ese proceso.

¿No sabía nada?
        Llegando al punto más polémico y más discutido, volvemos al título de esta noticia, catalogando a la alumna como que “no sabía nada”.
        Lo primero que debemos tener en cuenta es que el título refiere a saberes escolares y no a todos los saberes, ya que los más importantes son los contenidos científicos. Si podemos pensar en esto, luego podemos entender con mayor comprensión el título.
        Los alumnos, como decíamos antes, aprenden sólo lo que estudian y según el tiempo empleado, por tanto se puede deducir que la alumna no había estudiado o le había dedicado muy poco tiempo. Además, el informe de Coleman nos demuestra que muchas veces depende del entorno del alumno lo que puede aprender y no del docente, por lo tanto podría ser una causa el que no tenga la capacidad de apreciar los contenidos.
        Dentro de la enseñanza, el docente siempre realiza una planificación, un diagnóstico, evalúa, y luego revisa los resultados y los adapta  los alumnos. Además da indicaciones sobre a qué prestarle atención, da oportunidades de aprendizaje, distintos tiempos y retroalimenta con regocijos.
        Por esto podemos notar que durante el año, el docente ayudó a los alumnos con distintos métodos, les dio muchas oportunidades, y aún así la alumna luego no tenía conocimientos para poder rendir la evaluación. Además de no emplear tiempo para el estudio y de que su entorno le influya de forma negativa.
        Por lo tanto, la responsabilidad recae puramente en la poca capacidad de la estudiante para el estudio, y en que la profesora que la aprobó luego de notar que realmente no sabía nada tuvo un grave error, ya que permitió que pudiera pasar de año sin que el producto del propósito educativo esté completo. Relacionado al hecho que se estudia, podría decirse que el propósito fue un fracaso, ya que la alumna no aprendió los conocimientos que debía.

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