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Apocalípticos E Integrados


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  8.138 Palabras (33 Páginas)  •  349 Visitas

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APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS

Apocalípticos e Integrados es un libro de Umberto Eco, publicado en 1965, en el que el autor realiza un estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación, a través de una serie de puntos de vista que examinan las diferentes posturas de la sociedad ante la cultura de masas.

ALTO, MEDIO, BAJO

CULTURA DE MASAS Y "NIVELES" DE CULTURA

El concepto de cultura de masas surge hacia la segunda mitad del siglo XX, cuando se comienza a debatir respecto a la aparición de multitudes en la vida social, lo cual a partir de las tecnologías de la comunicación, se transformó en un fenómeno evidente y perdurable. La cultura de masas es un término confuso que incluye a los medios de comunicación audiovisuales (radio, cine y TV), a la gráfica (diarios y revistas) y a la industria editorial.

Estos medios ponen los bienes culturales al alcance de todos, adecuando el contenido muchas veces, al "nivel" del receptor, es decir, lograban que la asimilación de información sea más simple e incluso superficial para todos.

Surge entonces, la necesidad de contextualizar la cultura de masas: es imposible conocerla si se pasa por alto que los medios de comunicación se desarrollan en el momento exacto en que las grandes masas comienzan a ser protagonistas de la vida pública, imponiendo así un lenguaje propio y exigencias particulares. Sin embargo, el autor expresa que el modo de divertirse, de pensar, de imaginar de las clases populares es inducido por los medios y responde a los modos de pensar de la clase dominante. Y en este sentido, los medios proponen situaciones que no tienen ningna conexión con la realidad de los consumidores. En síntessis, la cultura de masas ofrece expresiones culturales de la burguesía a los sectores populares.

Como la cultura de masas se dirige a un público muy amplio y tiene un mensaje destinado a una clase de tipo homogénea, evita propuestas originales que puedan disgustar a algún sector en particular y tiende a neutralizar las diferencias particulares de cada grupo étnico, no promueve modificaciones en la sensibilidad o el gusto de de las masas, no fomenta la reflexión, alimentando emociones superficiales e inmediatas, ofrece al público únicamente lo que éste desea, o peor aún, le sugiere lo que debe desear, estimula una perspectiva pasiva y poco crítica y propicia el conformismo.

Entre los Beneficios de la cultura de masas se puede mencionar la homogeneización del gusto que permite que ciertas diferencias de clases se eliminen, unificando sensibilidades nacionales; la divulgación de información, estimulando la curiosidad y ansias de saber en sectores antes marginados; la garantía de que el hombre contemporáneo pueda acceder a aspectos del mundo que antes sólo eran patrimonio de una elite.

APOCALÍPTICOS E INTEGRADOS

La obra Apocalípticos e Integrados parte en su análisis de dos posiciones claramente antagónicas ante la cultura: la apocalíptica y la integrada.

Según la perspectiva del autor, para la aristocracia, la idea de que la cultura pueda llegar y ser apreciada por todos es un contrasentido, por lo tanto, no se trataría de una cultura sino de una "anticultura". Por el contrario, aquellos que aceptan el fenómeno, sostienen que gracias a él es posible acercar a las grandes masas, manifestaciones artísticas a las que antes estaban marginados. De esta manera los aristócratas serán considerados como pesimistas, o apocalípticos mientras que los optimistas, serán llamados los integrados.

• Los Apocalípticos

Son aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer al espíritu santo como la inteligencia de la que están dotados. Pertenecen a la vieja generación. Para ellos, la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos, y elaborada a medida de todos, es un contrasentido monstruoso. Encuentran en la cultura de masas la hipérbole de lo que consideran la “anticultura”, para ellos signo de la decadencia total. Su calificativo se debe a que exponen el fenómeno con tonos apocalípticos y se resisten a reconocer cualquier nuevo elemento como valioso, ya que esto implicaría un cambio que a la larga puede llegar a la aniquilación total de los patrones culturales ya establecidos. Condenan todo aquello que tenga que ver con nueva tecnología y su empleo en el arte, y rechazan la distribución de información en abundantes cantidades.

El apocalíptico, en el fondo, consuela al lector, porque le deja entrever, sobre el trasfondo de la catástrofe, la existencia de una comunidad de «superhombres» capaces de elevarse, aunque sólo sea mediante el rechazo, por encima de la banalidad media.

Los apocalípticos confían que es posible proporcionar una cultura que evite el condicionamiento industrial. Esto sería un error, puesto que no tiene sentido considerar que la cultura de masas es mala solo por el hecho de que sea industrial.

Para ellos, los medios de comunicación tienen solamente aspectos negativos, ya que favorecen la participación de civiles en la vida pública, ofreciendo a todos la oportunidad de contribuir y contribuyen al sistema, eliminar los obstáculos a la difusión de información, estimular la curiosidad en el más pasivo, y por lo tanto y contrarrestar, en la medida de lo posible, el nivel cultural. Por otra parte, les permite crear, agregar nuevos elementos lingüísticos, estéticos, artísticos, etc. La existencia misma de la televisión rompió un posible foco de debates políticos juguetones y coloquios de productos derivados de un público pasivo, incapaz de participar.

Debido a las funciones que desempeñan los medios de comunicación en las sociedades actuales (información, publicidad, entretenimiento, etc.) Crean un flujo continuo de interrelación con los espectadores que, inevitablemente, se convierten en un tema polémico de la discusión popular.

• Los Integrados

Son aquellos que creen de manera optimista que experimentamos una magnífica generalización del marco cultural, y defienden este fenómeno ciegamente. Están convencidos de las bondades de las nuevas tecnologías, y las difunden como parte fundamental de un futuro más libre y prometedor. Son aquellos que ven el fenómeno de la industria cultural y sus múltiples formas de difusión como una posibilidad sin precedentes

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