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CENTESIMUS ANNUS


Enviado por   •  19 de Julio de 2013  •  1.527 Palabras (7 Páginas)  •  603 Visitas

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CENTESIMUS ANNUS – JUAN PABLO II

Esta es la novena carta encíclica de S.S. Juan Pablo II, es un libro en el que el actual papa recuerda el centenario de la “Rerum Novarum”. Esta encíclica va dedicada a todos sus antecesores en el papado, al clero, a las familias religiosas...etc.

En esta carta encíclica testimonia el interés del Papa por las cuestiones sociales. La nueva encíclica infunde renovada juventud a la centenaria “Rerum Novarum” y nos hace descubrir las cosas nuevas que señalan el comienzo del tercer milenio. Esta carta fue firmada el 1 de mayo de 1991.

Esta encíclica se podría decir que es una actualización de la que ya hizo en su momento, el Papa León XIII el cual se propuso hablar del mismo tema que hoy anima a nuestro pontífice cien años después.

Según el primer capítulo de la encíclica escrita por nuestro papa Juan Pablo II los rasgos más importantes de la “Rerum Novarum” son los siguientes:

A finales del siglo XIX la iglesia se encontró con un proceso histórico presente desde hace tiempo pero que en esa época alcanzaba su auge. El Factor de tal proceso lo constituyó un conjunto de cambios ocurridos en lo político, económico y social… El resultado de todos los campos había estado en el campo político, una nueva concepción de la sociedad, del estado y, como consecuencia, de la autoridad.

La principal consecuencia de estos cambios era “la división de la sociedad en dos clases separadas por un abismo profundo”. Esta situación se enlazaba con el profundo cambio político. Y así, la teoría política dominante en aquella época trataba de difundir la total libertad económica con leyes adecuadas. Al mismo tiempo comenzaba a surgir otra organización política y social.

El momento culminante de esta contraposición llega con la gravísima injusticia de la realidad social, y el peligro de una revolución favorecida por las concepciones llamadas entonces “socialistas”.

Todos los males frente a los cuales quiere reaccionar la “Rerum novarum” derivan de una libertad que, en la esfera de la actividad económica y social, se separa de la verdad del hombre.

La actitud del Papa al publicar la “Rerum novarum” entrega a la iglesia una especie de “carta de ciudadanía” respecto a las realidades cambiantes de la vida pública, y esto se corroboraría aún más posteriormente .En efecto, para la iglesia enseñar y difundir la doctrina social pertenece a su misión evangelizadora y forma parte esencial del mensaje cristiano, ya que esta doctrina expone sus consecuencias directas en la vida de la sociedad y encuadra incluso el trabajo cotidiano y las luchas por la justicia en el testimonio a cristo salvador.

A continuación el Papa enuncia otro derecho del obrero como persona. Se trata del derecho al “salario justo” , que no puede dejarse “al libre acuerdo entre las partes ya que, según eso, pagado el salario convenido, parece como si el patrono hubiera cumplido ya con su deber y no debiera nada más.

Otra nota importante, rica de enseñanza para nuestros días, es la concepción de las relaciones entre el estado y los ciudadanos. La “Rerum novarum” critica los dos sistemas sociales y económicos: el socialismo y el liberalismo. Al primero está dedicada la parte inicial, en la cual se reafirma el derecho a la propiedad privada; al segundo no se le dedica una sección especial, sino que - y esto merece mucha atención- se le reservan críticas, a la hora de afrontar el tema de los deberes del estado ,el cual no puede limitarse a “favorecer a una parte de los ciudadanos”, que representa indudablemente la gran mayoría del cuerpo social; de lo contrario se viola la justicia, que manda dar a cada uno lo suyo.

La relectura de aquella encíclica, a la luz de las realidades contemporáneas, nos permite apreciar la constante preocupación y de dedicación de la iglesia por aquellas personas que son objeto de predilección por parte de Jesús, nuestro señor. La encíclica sobre la “cuestión obrera” es, pues, una encíclica sobre los pobres y sobre la terrible condición a la que el nuevo y con frecuencia violento proceso de industrialización había reducido a grandes multitudes.

Uno de los factores decisivo fue la violación de los derechos del trabajador. En este apartado el papa pide a Dios que ¡Ojalá los hombres aprendan a luchar por la justicia sin violencia, renunciando a la lucha de clases en las controversias internas, así como la guerra en las internacionales.

El segundo factor de crisis es, en verdad, la ineficiencia del sistema económico, lo cual no ha de considerarse como un problema puramente técnico, sino más bien como consecuencia de la violación de los derechos humanos a la iniciativa, a la propiedad y a la libertad

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