Capítulo 3 de “Revolución, Democracia y Populismo en América Latina” de Alan Knight

En el tercer capítulo de “Revolución, Democracia y Populismo en América Latina” Alan Knight trata de identificar y explicar los vínculos históricos entre la democracia y la revolución en América Latina. Primero, define y analiza las tradiciones "democráticas" y "revolucionarios" en el continente. Segundo, observa el desarrollo precoz del liberalismo latinoamericano del siglo XIX que, estimulado por las luchas por la independencia, llevó implicaciones para la posterior aparición de la democracia en el siglo XX. Además, presenta una tipología de cinco transformaciones políticas del siglo XX (la socialdemocracia, el populismo revolucionario, el estatismo popular, la revolución socialista y la reacción autoritaria), intentando de desenredar las relaciones entre los dos "tradiciones". Llega a la conclusión de que el actual triunfo de la democracia liberal en América Latina, mientras que en parte se puede atribuir al precedente histórico, también es significativamente contingente y depende de la evidente agotamiento de la tradición revolucionaria. El último punto importante Knight hace en este capítulo: la democracia que es resistente a las revoluciones y la autocracia es la mejor opción posible de la gobernanza en las actuales circunstancias internacionales. También, se señala que aunque la democracia está celebrando su victoria en el mundo latinoamericano, posee algunas problemas. Es difícil estar en desacuerdo con Knight de que la democracia en su punto culminante “tiene un aspecto cansado y macilento” (Knight, 2005:156). La actual crisis de confianza en la sociedad chilena (en general) y la política (en particular), es un buen ejemplo para confirmar esta hipótesis de que la democracia no está haciendo tan bien. Con todos estos escándalos que involucran a los miembros de la Iglesia Católica que ocultan la pedofilia o, por ejemplo, hijo de Bachelet participando activamente en los esquemas de corrupción, desaparece la fe de la gente en el buen carácter de la democracia, desaparece la creencia de que la democracia es capaz de eliminar los malos elementos corruptos dentro de sí mismo. La gente está cada vez más y más insatisfechos con su calidad de vida y esto puede hacernos pensar que el espíritu revolucionario de la sociedad no está muerto, sólo está durmiendo. Lo que necesita es mayor agravamiento de la situación económica y par de escándalos políticos. Además, el empeoramiento de la situación económica en Chile, en parte generada por el reformismo económico imprudente y rápida del actual gobierno (por ejemplo, la reforma tributaria) también puede dar un estímulo para la futura generación de gente en el poder de emplear algunos métodos más o menos autocrático para evitar transformaciones indeseables en la esfera política y económica.

En el mismo libro, en el sexto capítulo que lleva el nombre “Populismo y Neopopulismo en América Latina” Knight presenta una revisión crítica de las definiciones de "populismo" en América Latina, señalando las dificultades de la utilización de este concepto como resultado de la amplia gama de significados que ha adquirido. Este capítulo establece que el populismo es un concepto que, a pesar de las críticas repetidas, se niega a desaparecer de los estudios latinoamericanos. Un punto interesante que uno puede descubrir sobre el populismo en este capítulo (si uno no está muy familiarizado con este concepto) es que el populismo no pertenece a ninguna ideología, mientras que a menudo erróneamente etiquetado por la gente común ser de izquierda o de derecha. Otro dato interesante que uno puede aprender es que el populismo no requiere la demagogia explícito. Es decir, la retórica extravagancia del líder es innecesario para el populismo eficaz. Knight da ejemplo de Lázaro Cárdenas en México y Getúlio Vargas en Brasil: ninguno de ellos era un gran orador, pero ambos ganó el apoyo de la población por sus hechos, sus imagen y carrera política. Se sugiere que el populismo se define mejor en términos de un estilo politico que se caracteriza por una relación explícita de los lideres con 'la gente', una mentalidad de "ellos y nosotros", y a menudo, pero no necesariamente un período de crisis y la movilización. Se subraya que ninguno de hace de estas características es excepcional, anormal o irracional. Se dan muchos ejemplos, pero se da la atención especial a México. El capítulo pone en duda algunas opiniones comunes: que el populismo es típicamente urbana, refiere a determinadas fases históricas de desarrollo, o deriva distintivamente de alianzas multi-clase o manipulación de la élite. También muestra la duda sobre la validez y exactitud de la noción de "populismo económico" que se puso de moda en el mundo académico moderno. Por último, el capítulo señala el reciente fenómeno de "neopopulismo", encarnada por actores políticos como Salinas, Menem, Fujimori. Knight considera que la definición de "neopopulismo" está suelto. Según él, la definición imprecisa de "neo-populismo" resulta en la limitada utilidad de este concepto.

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