Capítulo 7 de la Odisea

La vuelta a Ítaca, que corresponde a la parte final de La Odisea, narra el regreso de Ulises (Odiseo) a su hogar tras 20 años de ausencia, en los que luchó en la Guerra de Troya y enfrentó innumerables peligros en su travesía de regreso. Este tramo es crucial, ya que se enfoca en la estrategia y el ingenio de Ulises para recuperar su hogar y reunirse con su familia, todo mientras permanece oculto para evaluar la situación y enfrentarse a los pretendientes de su esposa Penélope.

Llegada a Ítaca

Tras recibir la ayuda de los feacios, quienes lo llevan en su barco hasta la costa de Ítaca, Ulises finalmente regresa a su patria. Sin embargo, al llegar, Atenea, la diosa de la sabiduría, lo cubre con un disfraz de anciano mendigo para que pueda moverse sin ser reconocido. Esto le permite observar la situación en su hogar sin alertar a los pretendientes que han invadido su palacio, consumiendo su riqueza y compitiendo por la mano de Penélope, creyendo que Ulises está muerto.

Encuentro con Telémaco

Atenea guía a Ulises hasta la cabaña del fiel porquerizo Eumeo, quien lo recibe sin saber que está en presencia de su señor. Mientras tanto, Telémaco, el hijo de Ulises, regresa de su propio viaje en busca de noticias sobre su padre. Cuando llega a la cabaña, Atenea revela la verdadera identidad de Ulises ante Telémaco, quien, al principio, duda y luego lo abraza lleno de emoción. Juntos, padre e hijo traman un plan para deshacerse de los pretendientes.

Regreso al palacio y la prueba de Penélope

Ulises, aún disfrazado de mendigo, entra en su palacio y observa el comportamiento de los pretendientes. Algunos lo tratan con desprecio, pero Penélope, aunque no lo reconoce, lo trata con respeto y amabilidad. Mientras tanto, su fiel perro Argos, viejo y enfermo, reconoce a su amo, pero muere poco después de verlo.

Penélope, desesperada por la presión de los pretendientes, anuncia que celebrará un concurso: se casará con aquel que sea capaz de disparar una flecha a través de doce aros usando el arco de Ulises, una hazaña que solo su esposo podría lograr.

La masacre de los pretendientes

Ninguno de los pretendientes logra tensar el arco. Ulises, todavía disfrazado de mendigo, pide intentarlo. A pesar de las burlas de los pretendientes, lo logra con facilidad y, tras disparar la flecha, revela su verdadera identidad. Con la ayuda de Telémaco, Eumeo y el fiel servidor Filetio, Ulises masacra a los pretendientes en una feroz batalla dentro del palacio. Atenea le otorga su favor durante la lucha, asegurando su victoria.

Reunión con Penélope

Después de la matanza, Penélope no está completamente segura de que el hombre frente a ella sea realmente Ulises. Como prueba, ella le menciona que su cama está construida alrededor de un árbol, un detalle que solo él conocería. Ulises responde correctamente, confirmando su identidad, y finalmente, ambos se reúnen en un emotivo reencuentro.

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