Comentario I Have a Dream

Judit Segura Romero

PEPUCO 03

Igualdad para ser libres

“I Have a Dream” o, en español, “Yo tengo un sueño”, es un discurso que fue pronunciado por el pastor estadounidense Martin Luther King en 1963, al final de la marcha de Washington. Además de ser uno de los mejores discursos de la historia, es considerado un hito fundamental en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos. Su principal objetivo fue denunciar los atropellos y abusos sufridos por los afroamericanos debido al conflicto racial de los últimos cien años de historia estadounidense, y exigir la justicia y la libertad a la que tenían derecho como ciudadanos norteamericanos. Las cuatro ideas fundamentales del texto son la injusticia racial, la búsqueda de la igualdad, la hermandad y el sentimiento de cambio.

El discurso se realiza en primera persona del plural, para así poder incluir al oyente en la problemática a tratar. Es profundamente optimista, esperanzador, propone el ideal de una sociedad fundamentada en los valores de la igualdad y la fraternidad, con pleno reconocimiento de los derechos civiles y las libertades individuales de la comunidad afroamericana. Luther King se lamenta de que los afroamericanos continúan sin ser libres en los Estados Unidos, que siguen siendo relegados y segregados. Busca la igualdad en un futuro, y recuerda la necesidad de seguir avanzando en su propósito hasta que se haga justicia, pese a las dificultades, a la situación de injusticia generalizada y a los tensos escenarios que se vivían en el país a causa del racismo.

Sin embargo, dice, a pesar de todas las adversidades y los obstáculos, que él tiene “un sueño”, un sueño de justicia e igualdad, de fraternidad entre blancos y negros, un sueño en que las barreras de la segregación racial sean superadas, para que un día en Estados Unidos el sueño de la libertad y la igualdad de derechos para todos los ciudadanos.

También habla de una deuda histórica del Estado americano con la comunidad afroamericana, contraída desde la Declaración de la Independencia, en la que se afirmaba que todos los hombres eran iguales, y claramente se contradice.

Exige derechos como la libertad, la vida y la felicidad, de los cuales eran tan merecedores los hombres negros como los hombres blancos. Los ideales de igualdad y fraternidad conducen su lucha. Entiende la importancia de reconocer a la comunidad blanca como igual, como hermana, y no como enemiga. Su profunda conciencia humanista lo aparta del discurso revanchista o vengativo hacia los blancos que otros líderes adoptaron. Pese al escenario adverso, lleno de dificultades y confrontación racial, Luther King mantiene un tono de optimismo, de esperanza, que invoca los valores más profundamente enraizados en la sociedad norteamericana desde su nacimiento como nación: los ideales de libertad e igualdad.

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