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Comparación Entre La Metamorfosis Y El Axolotl


Enviado por   •  8 de Abril de 2014  •  2.922 Palabras (12 Páginas)  •  1.507 Visitas

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Analisis Comparativo de La Metamorfosis y el Axolotl

“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto”. Así comienza la Metamorfosis de Franz Kafka, con Gregorio Samsa convertido en un insecto al despertar, intenta dormir para ver si así se le pasará su transformación, reconoce sus patas que ahora son de un insecto y lentamente comienza a preocuparse, no por la transformación sino porque debe tomar el tren para ir al trabajo. Entre las vueltas que se da en la cama, piensa en cada minuto qué pasaría si no va a trabajar, intenta levantarse y cae, su cuerpo le impide levantarse e ir al trabajo. Suena la puerta, es su familia quien ya ha notado que Gregorio no se levanta, se preocupan y comienzan a presionarlo para que se levante, pues este es el sustentador económico de la casa. La preocupación no sólo invade a la familia, sino también al jefe, quien manda a un trabajador en su nombre a buscar a Gregorio, éste decide marcharse de la casa de Gregorio pues Gregorio no le responde. Gregorio desesperado sale en búsqueda de él. La madre al verlo transformado se aterra, grita y corre a los brazos del padre, quien espanta a Gregorio con su bastón. Es así como Gregorio queda encerrado en su cuarto mientras el hombre se marcha, la casa queda en silencio.

Ahí permaneció toda la noche, al despertar Gregorio sentía dolor en su costado izquierdo, en donde se había hecho una gran cicatriz producto de una caída que se había hecho la mañana anterior, entre todo el ajetreo. Sentía hambre, de la cual no se había dado cuenta, se acercó a la puerta se encontró con un plato de leche que tenía trocitos de pan en su interior, sintió una felicidad tan grande al ver la comida, pues además la hermana (a quien le otorgó tan noble acción) sabía lo mucho que le gustaba la leche, al ver el plato se lanzó con todo el rostro a beber de ella, pero el comer le resultó más complejo que moverse, pues debía comprometer todo el cuerpo en esta acción y el dolor de la herida era intenso. En cuanto bebió notó que no sólo lo difícil que era alimentarse, sino también que no le gustaba la comida, de hecho, se apartó con repulsión del plato.

A la mañana siguiente, la puerta estaba con llave, tenía la llave puesta por fuera, la casa estuvo en silencio y por la noche oyó cómo se apagaron las luces, se dio cuenta que su familia había estado tras la puerta escuchándolo, pues oyó sus pies marcharse de puntillas desde su puerta. Al encontrarse en su habitación, oscuro, supo que no vendrían a verlo de seguro hasta el otro día, observó los muebles y todo le pareció tan lejano a sí, ahora todo le era inútil. Recorrió la habitación, estuvo en un estado de semisueño durante toda la noche, abatido por el hambre que sentía, no había comido nada desde la última entrada de la hermana.

Durante los próximos dos días, los oyó (mientras comían) hablando sobre cómo debían comportarse con él, seguramente no lo querían dejar morirse de hambre. Y en el transcurso del día hablaban de lo mismo. Un día la madre entró con la hermana, venían a llevarse las cosas de Gregorio, en un principió se puso alegre al pensar que tendría más espacio, pero el hecho que se llevaran sus cosas lo aterró y se puso sobre su cuadro, la madre al verlo se desmayó, la hermana lo amenazó con el puño, pensando que este les haría daño. En cuanto llegó el padre, la situación se agravó más, éste se molestó tanto que lo persiguió por la casa, incluso le lanzó frutas, una de ellas se le incrustó en la espalda, y ahí quedó, herido en su habitación.

Los padres habían alquilado uno de los cuartos a tres huéspedes lo que hizo que la atención ya no fuera en torno a él, de hecho todos en la casa estaban preocupados de servir a los huéspedes. La hermana les tocaba el violín y los padres corrían de un lado a otro atendiéndolos. En una oportunidad se percataron de su presencia, pues Gregorio no soportó más y quiso salir de su habitación, la situación fue caótica, y los huéspedes quisieron largarse, todos pedían disculpas, pero finalmente el padre los hecho. Este fue el hecho que sobrepasó a la familia, claramente ese bicho ya les era insoportable.

Gregorio en su habitación por fin se sintió a gusto, ya parecía no percibir el dolor que lo había acompañado por días, y comenzó a recordar a su familia con cariño, inmóvil en su cuarto. Al otro día ya estaba muerto, su cuerpo seco e inmóvil fue retirado de la habitación, la familia pareció no pensaba que dentro de esa bestia existía su hijo.

La familia entera se dispuso a reflexionar sobre el futuro, decidieron que debían irse de viaje para olvidar todo lo que habían vivido este último tiempo y se dispusieron encontrarle esposo a Grete, la hermana que ya estaba en tiempo de casarse.

El Axolotl de Julio Cortázar comienza así: “Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl”. Un narrador, cuyo nombre no sabemos, ni qué hace, ni donde vive, cuenta que de un día a otro se obsesionó con los Axolotl, investigó su origen y descubrió en ellos el origen azteca, no quiso mirar obras especializadas. Se dirigió a observarlos al acuario. Iba todas las mañanas, a veces incluso por las tardes. El guardia sonreía cada vez que lo veía llegar, éste sólo se apoyaba sobre el fierro a mirarlos. Contemplaba su anatomía, su cuerpo rosado, su cola, su patas, en cada detalle veía algo captaba su atención, pero esto fue mayor al ver los ojos, ojos dorados; “(...)los ojos de oro seguían ardiendo con su dulce, terrible luz; seguían mirándome desde una profundidad insondable que me daba vértigo”. Admiraba su quietud, y era capaz de observarlos durante horas quieto, tratando de ir más allá de lo visible a través de, justamente, sus ojos, de encontrarse realmente con ese animal tras el vidrio, a través de ellos quería encontrarse con todo lo desconocido que le parecía el axolotl. No desconocido del todo, pues en el momento que los vio por primera vez, vio que en lo diferente que son los axolotl del ser humano, estaba la cercanía entre él y ellos, pensaba que algo tan lejano del ser humano no podía ser un animal.

Pensó que podían ser esclavos, esclavos de su cuerpo inmóvil, luego sintió que eran horribles jueces, que mediante su mirada ellos lo estaban observando a él, entonces les temía. De pronto ya se sentía uno de ellos, fue en los ojos de los axlotl que se encontró siendo uno de ellos, llegando a verse a sí mismo como un hombre parado frente al vidrio, se vio acercando su cara y pegando su mirada sobre ellos, sobre sí. Pensando

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