Contabilidad De Costos
Enviado por alex19931993 • 12 de Mayo de 2013 • 1.225 Palabras (5 Páginas) • 361 Visitas
artículos 1 y 2: “Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.” Que nacen, puede ser; pero a los pocos minutos se les hace un mundo aparte, y eso de que “Nadie podrá ser discriminado por su sexo, raza, religión o cualquier otra condición”, me parece digna la comparación con los 10 mandamientos: Todos los conocemos, todos los practicamos, y todos los negamos.
El resumen de los siguientes artículos nos habla de la “libertad y seguridad personal”. La guerra multiplica la prosperidad de los prósperos y cumple funciones de intimidación, castigo y muerte sin tomar en cuenta que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” , mientras se irradia sobre el mundo una cultura militar que posiciona la violencia contra la gente “diferente” donde la frase; “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” suena muy similar a la historia oficial; “Hay verdades que pueden matar a un país”. Para los ciudadanos que no cooperan, su sacrificio puede salvar al país con la promesa de que pasará a la historia
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley […] No quiero ser pesimista pero en Nicaragua nos hemos forjado a golpes de injusticia, con billetes o con un buen abogado. La impunidad reina en los tres poderes: El Legislativo propone, El Ejecutivo dispone y el Judicial se encarga de justificarlo todo y, así, todo se reduce a proteger los intereses de unos cuantos.
Aumenta la inseguridad, y para salvaguardarla aumentan también los gastos militares. Obscenas fortunas alimentan la fiebre cazadora y promueven la invención de demonios destinados a justificarla. El artículo 11 está para proteger: “toda persona es inocente mientras no se compruebe lo contrario“. Tal y como están las cosas en nuestro país, dentro de poco será culpable de terrorismo o narcotraficante toda persona que no camine de rodillas o no se arrastre por el suelo, aunque se pruebe lo contrario
i usted es supersticioso (a), pondrá especial atención al número 13: “Todos tenemos derecho a transitar libremente […] Entrar, es otra cosa. Las puertas de los países ricos se cierran en las narices de los millones que se convierten en una especie de desertores de su país que peregrinan de sur a norte, huyendo de los cultivos destruidos, los ríos contaminados, los bosques arrasados, los precios desorbitados, los salarios empobrecidos, los gobiernos corruptos. Unos mueren en el intento, otros consiguen colarse por encima de quien sea para cumplir su sueño. Un sueño que primero hay que vivir como pesadilla y, ¿todo para qué? Para que una vez dentro, en la tierra prometida, sean los menos libres, los menos iguales y los más buscados, siempre atormentados
Por otra parte, “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”
Los artículos 20 y 21 nos hablan del “derecho a la libertad de reunión y de asociaciones pacíficas”. Se supone que “Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación” si no quiere, pero sí puede “participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos” siempre y cuando haga uso de su “derecho de acceso en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país”, que no viole los derechos de nadie. Ahí
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