Crítica de Luna caliente

Enfriando la “Luna caliente”.

“Sabía que iba a pasar; lo supo en cuanto la vio (…). Ramiro la miró y supo que habría problemas”, narra Giardinelli en el inicio de su obra. Con esta oración se da paso al lector para que se adentre en la historia que Giardinelli evocó con gran audacia. Y no se quedó en papel, pues la novela fue adapta por Vicente Aranda al mundo del cine bajo el mismo nombre. Ese hecho demuestra el interés que despierta en las personas para ser leída, interés que la llevó a la pantalla grande.

La historia presenta a Ramiro Bernárdez, un joven argentino de 32 años de edad, quien regresa a su hogar en el Chaco (Argentina) después de haber estudiado en Francia durante ocho años. Braulio Tennembaum, un médico amigo de su padre lo invita a una cena familiar, en donde Ramiro se verá atrapado por la belleza irresistible e insinuante de la hija de Braulio, Araceli. La noche caliente provoca que Ramiro irrumpa en la habitación de la niña, tornándolo del deseo a la violencia en poco tiempo. Conmocionado por todo lo ocurrido y con muchos pensamientos en su cabeza, se escapa a su auto para meditar sobre lo sucedido con Araceli. Sin darse cuenta y en rápidos pasos del tiempo, Ramiro se encontrará metido en una serie de embrollos y conflictos morales que le darán un giro radical a toda su vida. Finalmente, Ramiro sabe que es imposible librarse de todo lo que ha pasado. La luna caliente había hecho de las suyas para siempre.

Una gran novela escrita por el talento y la habilidad de Mempo Giardinelli, pero que sucumbe ante las fallas en varios instantes. Se esboza una buena trama y enmaraña al lector desde el primer momento utilizando acertadamente las figuras literarias en distintos puntos a lo largo de la historia. Algo también interesante de resaltar es el hecho de tratar de  construir una novela multigénero: usar en cierta medida la clásica novela policial que transmite un aire de incertidumbre y dramatismo a su conjunto, proyectar con gran notoriedad y en un tono de eufemismo el género de la novela negra en la que se está columpiando en todo el transcurso de la historia, e incluir en ciertos momentos el análisis y las críticas que maneja en el fondo de la novela, invadida por el contexto político de la época y la condición del ser humano. Con una manera de escribir llamativa y términos procedentes del lugar donde ocurre la historia hacen que el lector se apegue más al contexto narrado. Se mueve entre el trasfondo de varios temas e ideas: el deseo, la pasión y el erotismo; los conflictos interiores, las debilidades y los anhelos por salir adelante del ser humano; y el miedo y la angustia. Todo sumado, augura a los nuevos lectores una gran velada en compañía de un buen libro.

Sin embargo, se mencionaba anteriormente, presenta algunos fallos y tachones que manchan el conjunto de la obra en cierta medida (no exageren al imaginar la mancha). Comienza a atrapar al lector poco a poco por la ligereza que maneja, la incertidumbre, las escenas planteadas y la sorpresa que aguarda. Pero luego se vuelve repetitiva, los personajes se van hacia la monotonía y sus acciones ralentizadas ya no generan el mismo ambiente del inicio. El aclamado elemento sorpresa se vuelve corrupto por el mismo Giardinelli al usarlo en ocasiones que hasta sobraban, además, en algunas partes se generan acciones que no tienen mucho sentido o confusas para el fiel lector.

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