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Crónica de un gigoló


Enviado por   •  1 de Marzo de 2019  •  Ensayo  •  1.933 Palabras (8 Páginas)  •  172 Visitas

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Crónica de un gigoló

A simple vista, Fernando parece un chico normal (estudia, se comporta como los demás jóvenes, de vez en cuando rumbea, etc.) a ninguno se le pasaría por la mente, que los fines de semana este joven deja de lado su estudio para convertirse en uno de los gigolos1 más solicitados de Cali, pero todo tiene un inicio…

Siempre a eso de las cuatro y media de la mañana cuando el reloj sonaba sin parar, Juan Fernando se desahogaba lanzando madrazos al inocente aparato, así permanecía durante diez minutos, ese era el tiempo que usaba para desperezarse2. Luego de desprenderse de la almohada, entraba al baño y en no más de una hora salía listo, en varias ocasiones su madre, doña Rosalba, le lanzó baldados de agua por encima del baño para que se afanara.

A las siete de la mañana salía corriendo, para poder llegar a tiempo al colegio y sentarse cerca del profesor, para que lo pudiera ver y así tener en cuenta a la hora de poner las calificaciones. En el descanso, se dedicaba a cotizar3 en los salones de octavo y noveno, le iba muy bien, debido a su buen aspecto y presencia, muy pocas veces recibía una negativa por parte de las niñas.

A las doce y media del día regresaba alegre y le daba un beso gigante a doña Rosalba, luego de almorzar se ponía a repartir las cajas de arepa de plancha que realizaba su madre para vender y así poder pagarle los gasto del colegio, ropa etc. ya en la noche, después de realizar las tareas, cenaba, se cepillaba y se acostaba como a eso de las nueve cuando su madre terminaba de empacar las últimas arepas en las cajas y de ver la telenovela.

En la cama, cerraba los ojos e imaginaba, dejaba que su mente lo llevara lejos del mundo, donde absolutamente nada pudiera interrumpir su pensamiento, en ese lejano escenario visualizaba un bosque tan hermoso como el de la película de BAMBI4, donde podía hablar con los animales y defenderlos de los crueles cazadores.


Fernando soñaba con ser biólogo, en algunas ocasiones dedicó varios textos escolares en forma de poesía, a la belleza y el actuar de los animales. Los reptiles hacían parte de su estudio escuelero, ya que los podía conseguir fácilmente en su casa y en el Jarillon5 del rio cauca.

En el 2012, sorprendentemente obtuvo un gran puntaje en las pruebas del icfes, con el cual entro a la universidad del valle a estudiar lo que siempre había soñado. Doña Rosalba había salido corriendo a contar el histórico acontecimiento a sus vecinas, su felicidad era incontenible. Ya en la mañana siguiente “la periodista del barrio”, la vendedora de arepas de la esquina, se encargó de regar la información más detalladamente. Fernando era el centro de los elogios, ya que muy pocas veces un joven como él, en un barrio más muerto que vivo, uno de los suyos logra entrar a una universidad como la valle.

Es imposible que todo salga perfecto, para un joven que llega a una universidad pública como la Valle, procedente de un colegio público y del estrato más bajo existente, la matricula no debería ser un impedimento ni un vil obstáculo que trabe los sueños de una persona. Cuando en una familia se vive con menos de un salario mínimo mensual, pagar quinientos mil pesos de un solo golpe, resulta bastante complicado, sin embargo doña Rosalba no iba a permitir que acabaran con un sueño que también era de ella, así que le tocó pedir prestado a un gota a gota6.

La universidad también significa gastos y Juan pensó en buscar un empleo que se ajustara a su horario, ya que el estudio seguía y sigue estando en primer lugar, sin embargo, muy pocos dan empleo a estudiantes y los trabajos que hay, no son muy bien vistos por la intachable sociedad.

Debido a su buen físico, un amigo le ofreció trabajar de acompañante7, Juan ni siquiera sabía que significaba eso, pero estaba tan preocupado por tener dinero qué sin preguntar fue al lugar donde contratan jóvenes para ese cargo.

Quedó estupefacto al enterarse del verdadero oficio de un acompañante, pues venía de una familia conservadora y bastante religiosa, sin embargo la necesidad


lo hizo aceptar, más adelante tuvo que extender sus servicios a hombres, acabando totalmente con su legado de católico fiel.

Conozco a Juan Fernando desde hace un año y nunca había escuchado su lado trágico, lo es porque arrancarse las costumbres y creencias de una manera tan rápida no debe ser nada sencillo, pero como a muchos les puede suceder, el mundo impulsa a situaciones donde las decisiones se deben tomar demasiado rápido.

Lo que más le afecta es saber que doña Rosalba no se imagina ni siquiera un poquito a lo que se dedica los fines de semana, ella piensa que la luz de sus ojos trabaja como ayudante de una veterinaria, si aquella luchadora pero enferma señora se diera por enterada, quizás hasta allí le soportaría su corazón. Juan Fernando vive con esa terrible angustia, sin embargo no sé puede considerar siquiera dejarlo, ya que es imposible en un fin de semana sacarse por lo menos quinientos mil pesos en otro empleo que sea más “digno”.

Fernando a manera de tragedia, describe al mundo de la prostitución masculina, como una pequeña muestra del resultado general de una sociedad cruel y malvada, que arrincona y que desgarra las buenas intenciones del ser humano.

Para Juan la prostitución es el camino ancho que se sigue cuando no hay más salidas, pues al ver en peligro su sueño optó por escoger una ruta que lo sacara rápido del apuro. A pesar de que Juan Fernando lleva cerca de dos años y medio ejerciendo el trabajo de la prostitución, hablar sobre el tema le produce vergüenza, y más si se habla de la actividad detallada que realiza cada fin de semana.

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