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DEL COMERCIO LIBRE AL COMERCIO JUSTO UNA OPCIÓN CIUDADANA PARA IMPULSAR LA EQUIDAD EN LAS RELACIONES NORTE-SUR.


Enviado por   •  24 de Mayo de 2016  •  Resumen  •  3.480 Palabras (14 Páginas)  •  261 Visitas

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DEL COMERCIO LIBRE AL COMERCIO JUSTO UNA OPCIÓN CIUDADANA PARA IMPULSAR LA EQUIDAD EN LAS RELACIONES NORTE-SUR.

Los términos del intercambio entre el norte industrializado y el sur en vías de desarrollo. Su premisa básica es que se puede beneficiar a los productores al reducir la intermediación y crear vínculos directos con los consumidores del norte. El comercio justo es una manera innovadora de abordar la justicia social a nivel global desde abajo y por afuera del ámbito de los gobiernos y de las agencias multilaterales.

La presencia de la desigualdad en el intercambio norte-sur

Podemos ver que por cada 3.6 segundos alguien muere de hambre o por motivos directamente imputables al hambre, ya que el total es de 24000 muertes diarias, lo cual es menos que hace diez años o veinte años. Los datos acerca de la desigualdad son escalofriantes, por ejemplo, enterarse de que el 40% de la población mundial -2500 millones de personas- vive con menos de 2 dólares estadounidenses al día. La revista Forbes publicó su lista de los multimillonarios en 2006.

El requisito para ingresar en ella era contar con una fortuna personal de por lo menos 1 000 millones de dólares estadounidenses. La revista identifico a 793 individuos en esta categoría, un número que cabría cómodamente en solo dos aviones de pasajeros jumbo 747. Sus haberes combinados suman USD 2600 mil millones, que en la notación estadounidense corresponde a 2600 billones.

Esto significa que la fortuna de los 793 individuos nombrados por Forbes en su lista de multimillonarios es de 2.5 veces mayor que el ingreso de cerca del 40% de los habitantes del planeta. Los “perdedores” de esta globalización concebida como mero globalismo –o esfuerzo ideológico para reducir la globalización a su dimensión económica- han sido los productores agropecuarios, principalmente en regiones del sudeste asiático, América Latina y prácticamente todo el continente africano.

Esto se debe en parte al efecto negativo de la ampliación de los acuerdos de libre comercio y de la tendencia global a disminuir las barreras comerciales. Para pequeños productores con fincas que oscilan entre las 5 y las 10 hectáreas, la carencia de apoyo técnico, silos de almacenamiento, medios de transporte, líneas de crédito y canales de comercialización hace difícil competir con empresas agrícolas transnacionales.

Algunos productores primarios han conseguido sacar provecho de la expansión del comercio internacional al ver aumentados los precios de sus productos. Pero por cada caso de éxito hay docenas de fracasos;  la norma es el deterioro  de la competitividad y, en general, de las condiciones de vida de los productores y de sus familias.

Esto se debe en parte a las políticas de austeridad y de reducción de los subsidios a los productores recomendadas por organismos multilaterales, y a las reglas que deben seguir los países una vez que ingresan a la Organización Mundial de Comercio.

Los gobiernos estadounidenses y de los países de la Unión Europea brindan a sus productores subsidios generosos y muchas veces ilegales, dado que están reñidos con los lineamientos de la propia OMC. Estos subsidios eliminan las ventajas comparativas que tienen los productores del mundo subdesarrollados y otorgan una ventaja absoluta a los del primer mundo, con lo cual se pervierte la propia lógica del libre comercio.

La administración del presidente Luiz Inacio de Silva en Brasil, con el apoyo de otros países latinoamericanos y de varios gobiernos africanos, lidero una de las pocas iniciativas efectivas para contrarrestar esto. Lo interesante es que lo hizo en nombre del libre comercio: causo al gobierno estadounidense de proporcionar subsidios ilegales a sus productores y lo llevo a juicio en las instancias contenciosas de la OMC por quebrantar las normas de comercio aprobadas por los Estados Unidos y por todos los demás países miembros de esta organización.

El panorama tampoco es muy alentador si se miran la resistencia y las propuestas emanadas de las organizaciones campesinas. Las  estrategias de las propias asociaciones de productores primarios son muy diferentes entre sí. Algunas han intentado hacer presión directa sobre sus gobiernos a través de movilizaciones y manifestaciones. Algunas de las experiencias más conocidas son el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil o El Campo no Aguanta Más en México.

En términos generales no hay un comportamiento unidimensional sino una mezcla variable de estas estrategias. Si hay que buscar un común denominador, sería que casi todas ellas ven al gobierno como principal interlocutor y destinatario de sus demandas. Pero si bien las perspectivas de los productores en zonas rurales no son las mejores, la globalización también abre nuevas posibilidades para la solidaridad y la cooperación internacional.

 La apuesta de Fair Trade: historia, iniciativas y organización.

La idea del comercio justo nació en Europa a raíz de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Desarrollado, celebrada en Ginebra en 1964. En esta reunión los gobiernos de países en vías de desarrollo acuñaron la consigna de  “Trade, not Aid” (“Comercio, no Ayuda”) para exigir que los países industrializados abrieran sus mercados a los productos agrícolas provenientes del sur.

Años más tarde apareció una de las primeras experiencias de comercio justo desde fuera y por debajo del nivel gubernamental- una tienda de comercio justo instalada en la ciudad holandesa de Brenkelen en 1969.

La consigna liberal decimonónica de Free Trade o comercio libre- hace referencia al esfuerzo de un, variado y creciente número de organizaciones y colectivos en distintas regiones y países del mundo. La idea es que las condiciones de vida de los productores agropecuarios mejorarán en la medida en que reciban un precio justo por sus productos y se reduzca el número de intermediarios. El estudio demostró que la tajada más grande corresponde a quienes se encargan de transportar y tostar el café y a los que se encargan de verlo. Entre ambos se quedan con casi el 80% de los ingresos.

Fair Trade tiene dos grandes  objetivos. El primero de ellos es tratar de garantizar un acceso justo y directo a los productos de los campesinos y trabajadores agrícolas de África, Asia y América Latina a los mercados europeos, de Australia y Nueva Zelanda, de Japón, de los Estados Unidos y Canadá.

Además, como señala Wempe, si bien el precio pagado por los productos es mayor que su precio de mercado, no lo es tanto como para ello, a) genere una producción ineficiente, y b) distorsiones el mercado mediante la sobreproducción por parte de cooperativas trabajando con FT. El segundo objetivo es de más largo plazo y consiste en un esfuerzo por modificar las actitudes, los valores y las pautas de consumo en países del primer mundo. El comercio justo:

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