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De la fabula a la novela.


Enviado por   •  14 de Marzo de 2017  •  Monografía  •  3.050 Palabras (13 Páginas)  •  222 Visitas

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                               DE LA FÁBULA A LA NOVELA

                       EL GATO Y EL RATÓN DE GÜNTER GRASS

  El análisis que emprenderemos estará orientado a dar una explicación sobre uno de los aspectos que llama nuestra atención la novela: está escrita en clave de fábula. Son varias las características  propias de este género que nos hacen reflexionar sobre lo planteado. Específicamente creemos que tiene un diálogo con El gato y el ratón de Esopo.[1]  A su vez, el procedimiento que destaca en la escritura es la figura metonímica que funciona como nombramiento de ciertos elementos para plantear lo que subyace al relato. Por otro lado desarrollaremos la manifestación externa de lo grotesco en  los cuerpos de algunos personajes adolescentes vinculado a su proceso de iniciación hacia la vida adulta en un contexto bélico. Así, mostraremos al protagonista descripto de un modo grotesco: repulsivo y satírico. También, señalaremos que en oposición a los cuerpos grotescos de los adolescentes, se muestran actitudes grotescas cómicas en los oficiales de la Luftwaffe con un propósito degradatorio. Finalmente, se darán algunos argumentos que sostengan la idea de que la novela tiene un planteo de culpa y vergüenza por no haber protegido y ayudado al desertor Mahlke.

   El concepto que brinda Marta Marín sobre la fábula resalta la presencia de animales como personajes humanizados que caracterizan al género. Por esto, podemos sostener que el título de la novela se inscribe con esa característica de la fábula para mostrar al gato y al ratón como dos entes antagónicos. Dicho de otra manera, son dos posiciones subjetivas encontradas que están en desigualdad social.[2] En esta dualidad, siguiendo la lógica del género, uno de ellos está en condición superior. Inicialmente el gato negro de pechera blanca está en posición de acecho que pone nervioso y altera al ratón (la nuez de Mahlke) escondido - más adelante volveremos sobre esta idea para desarrollarla y vincularla con la fábula de Esopo-. Otro aspecto que nos hace pensar en elementos de la fábula es la fórmula inicial de la novela. “…y una vez, cuando ya Mahlke sabía nadar,…” similar a la fórmula inicial de la fábula, específicamente la de Esopo. “… y una vez un gato muy hambriento…” Pero este inicio en la novela no pretende un espacio y un tiempo indeterminado como el de la fábula; sino, más bien, este inicio in media res va a permitir al narrador nombrar de manera retrospectiva el lugar de los acontecimientos y la época en la que se desarrolla la historia. Periodo que abarca desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial hasta sus últimos días que, además, coincide con la adolescencia del protagonista y algunos personajes.                                                                

    En la fábula de Esopo un gato desea comerse a un ratoncito. El felino acude a una serie de artilugios para seducir al inocente y hacer que salga de la ratonera. Primero alaba su belleza, después le ofrece rico queso, almendras y bizcochos. Deseoso y seducido, el ratoncito, por estos manjares, sale haciendo oídos sordos a la constante advertencia de la madre que nada puede hacer cuando está siendo devorado. Por supuesto que la trama argumental de la novela de Grass no es similar, idéntica; pero sí se puede visibilizar en ella la forma de seducir a Mahlke a través de la innombrable y deseada golosina que alteraba tanto a la nuez-ratón que solo una vez obtenida se tranquilizará y que también será el principio de su derrota orientada a su posterior desaparición. Y detrás de esa cosa deseada estaba todo el aparato político-militar nazi seduciendo a toda una generación de niños y jóvenes alemanes para que vayan detrás de ella. Ese objeto con cinta, la gran y enorme golosina deseada, es la Cruz de Hierro. Toda una tradición militar se condensa en la medalla degradada por el nazismo que la había retocado en 1939. En el capítulo VIII se da una breve biografía de ella.

      “Escribir una novela significa colocar lo inconmensurable en lo más alto al representar la vida humana. En medio de 1a plenitud de la vida, y mediante la representación de esa plenitud la novela informa sobre la profunda carencia de consejo, del desconcierto del hombre viviente”. Sugiere Walter Benjamin en su artículo acerca de El narrador. En la novela El gato y el ratón esa falta de consejo está presente en cada momento. Solo la distancia temporal permite que se produzca ese diálogo entre el padre Albán y Pilenz que los hace reflexionar y recordar sobre lo que había sucedido en los tiempos de guerra. En esos encuentros fue el cura quien  alentó a Pilenz para que escribiera a manera de desahogo por alguna culpa que señalaremos más adelante. En este desafío, el que ocupa el centro de sus recuerdos es, su entonces condiscípulo, Joaquín Mahlke. Además, aquel momento específico en el que es difícil recordar cómo fue a parar aquel gato tan cerca de Mahlke y estar en posición de acecho y amenaza para devorarse la nuez-ratón. En distintos pasajes de la novela es recurrente la expresión que recuerda  ese momento contado inicialmente y que será una justificación de su escritura. “Y ahora yo, que mostré tu nuez al gato y a todos los gatos del mundo, me veo obligado a escribir”.[3] Así, en la novela, Mahlke, constituido como héroe, va a ocupar ese lugar con tenacidad, esfuerzo y madurez en todos los “frentes”: en el Instituto, en el Servicio del Trabajo y sobre todo como soldado raso luego suboficial finalmente como comandante de tanques en el frente de batalla. Todo para obtener aquello que ofrecía el gato negro, gris o ambos colores: la Cruz de Hierro.

[pic 1]Cruz de Hierro: el perfecto contrapeso para calmar la nuez de Mahlke.

   Si seguimos manteniendo la línea de relacionar la fábula de Esopo con la novela de Günter Grass y como ya adelantamos anteriormente, podemos afirmar que la connotación del sustantivo gato, en la novela, va más allá de su animalidad. En él; de manera general, están las Fuerzas Militares del régimen nazi que habían montado todo un aparato de seducción dirigido, específicamente, a las nuevas generaciones que, como el gato de la fábula de Esopo se come al ratón desobediente de la madre, fueron devorados; y de manera particular, el funcionario del Partido Klohse. Por otro lado, sostenidos en la dualidad antagónica de la fábula, también tenemos que darle una connotación al término ratón. Con la lógica anterior ella está en los jóvenes alemanes de esa época y en Mahlke, nombrado metonímicamente por la nuez, como protagonista de la novela.

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