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EL LENGUAJE DE LA ARQUITECTURA


Enviado por   •  31 de Agosto de 2014  •  1.799 Palabras (8 Páginas)  •  252 Visitas

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EL LENGUAJE DE LA ARQUITECTURA

UN ANÁLISIS SEMIÓTICO.

La publicación del conjunto de artículos titulado "El significado en la arquitectura. Venía a ser todo un nuevo enfoque en la arquitectura, basado en la teoría de los signos. Este campo, sin embargo, esta bien fincado por la labor inicial de ciertos teóricos italianos, a principios de los años cincuenta comenzando por Pane (1948) y otros que le siguieron.

Sin embargo, desde aquellos primeros días como cabe suponer, se ha ido extendiendo en muchas direcciones. En un principio, predominan los escritos de Ferdinand de Saussure (publicados en 1959 en inglés con el título Course in General Linguistics), cuyo propósito al explorar la naturaleza del lenguaje había sido, como el mismo afirmara, establecer una teoría general de los signos-entendiéndose como signo, en este sentido, sólo aquello que puede hacer las veces de otra cosa, teoría que llamo semiología.

En todo ámbito es inevitable encontrarse con significados. Cuando se ve o se piensa asume un significado o posición dentro del sistema significante. "Todo tiene significado", los semiólogos se han reservado ese "todo" como su propio territorio: la semiología, o sea la teoría de los signos, expone el modo en que todo puede adquirir significado. Creada a principios del siglo pasado, puesta en auge a mediados de los años setenta por Claude Levi-Strauss, Roland Barthes y Humberto Eco, clama ser la promesa de una nueva ciencia, una física y lógica de la cultura.

La semiótica entró por primera vez en el debate arquitectónico en Italia, durante el inicio de una "crisis general del significado" a finales de los años cincuenta, y los arquitectos ponían en duda el estilo internacional, en busca de alternativas locales, regionales o históricas frente aún tambaleante modelo universal.

FUNCIÓN Y SIGNOS: LA SEMIÓTICA DE LA ARQUITECTURA

Humberto Eco

Arquitectura y comunicación

Semiótica y arquitectura

Si la semiótica además de ser la ciencia de los sistemas reconocidos de signos tiene que ser realmente una ciencia que estudie todos los fenómenos culturales como si fueran sistemas de signos, en la hipótesis de que todos los fenómenos culturales son en realidad sistemas de signos, o en la de que una cultura se puede entender cómo comunicación, entonces uno de los campos en los que sin duda se encontrará con más precisiones es el de la arquitectura.

La Arquitectura cómo Comunicación

La Consideración Fenomenológica de la relación del hombre con los objetos arquitectónicos señala que, comúnmente, el hombre experimenta la arquitectura cómo comunicación, al propio tiempo que se percata de su funcionalidad.

Imaginemos el punto de vista del hombre que comenzó la historia de la arquitectura. El hombre hipotético de la edad de piedra, obligado por el frío y la lluvia se guarecen en un rincón, en algún hueco de una montaña, en una caverna. Protegido por esta examina la cueva, advierte la amplitud y entiende como límite de un espacio exterior, y el principio de un espacio interior. Una vez pasada la tormenta, quizá abandone la cueva y la vea desde afuera: allí advertirá la entrada como "hoyo que da acceso al interior", y esa entrada le recordará la imagen del interior. Es así como toma forma una "idea de cueva", que es útil, que le permitía pensar posteriormente en la cueva como posible objetivo, en caso de lluvia. Pero también le permite reconocer en otra caverna la misma posibilidad de protección que encontró la primera vez. En la segunda cueva que encuentre, la idea es rápidamente sustituida, es decir por un modelo, a partir de lo cual puede reconocer cierto contexto de fenómeno como "caverna".

El modelo (o concepto) funciona también que ahora puede reconocer a distancia la cueva de otro o una caverna que no tiene intención y utilizar. Ese hombre ha aprendido que la cueva puede tener varias apariencias pero el modelo ya está codificado, no todavía a un plano social, sino al plano de ese individuo que hace proposiciones y se las comunica, sin salir de su propia mente. Y, probablemente ya en ese momento, podría comunicar el modelo de la cueva a otros hombres, por medio de signos gráficos. El código arquitectónico generaría un código icónico y el "principio de la caverna" se transformaría en objeto del trato comunicativo.

Lo que ha ocurrido, como dice Roldán Barthes, es que tan pronto como haya una sociedad, todo uso se convierte en signo de sí mismo.

cuando se utiliza una cuchara para llevarse el alimento a la boca, su uso constituye desde luego el cumplimiento de una función, a través del empleo de un artefacto que permite y promueve esa función; sin embargo, al decir que promueve la función se indica que dicho instrumento cumple también con una función comunicativa: comunica la función que se cumple.

La cuchara promueve cierta manera de comer y significa esa manera de comer, de la misma manera como la caverna promueve el acto de guarecerse y significa la existencia de una posible función, y ambos objetos significan, aún cuando no sean usados.

Estimulo y comunicación

Cabe hasta aquí reflexionar la relación que existe entre estimulo y comunicación, o si lo que se considera comunicación es simplemente estimulación.

Recordando lo estudiado en otras partes de la materia, diremos que un estimulo es una serie compleja de eventos sensoriales que provocan cierta respuesta. No hay duda de que una escalera actúa sobre un individuo como un estimulo: si ha de pasar por donde hay una escalera, la escalera le estimula a subir.

Por otro lado, existen

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