EL NUEVO RESUMEN DEL LIBRO "EL LADO POSITIVO DEL FRACASO" DE JOHN MAXWELL

EL LADO POSITIVO DEL FRACASO

1. ¿Cuál es la mayor diferencia entre la gente que triunfa y la mediocre?

Todos alguna vez nos hemos preguntado por qué a algunas personas les va tan bien en todo lo que emprenden, como si tuvieran un dedo mágico que convierte en oro todo lo que toca. Por lo general las personas tenemos varias teorías para explicarlo, algunas de ellas son el trasfondo familiar, la riqueza, la oportunidad, una alta moralidad o la ausencia de dificultades, más el autor nos asegura que ninguna de estas cosas es la clave y señala que la principal diferencia entre la gente mediocre y la gente de éxito es su percepción y su reacción al fracaso.

El autor nos cuenta tres posturas suyas frente al fracaso durante su juventud: tener miedo al fracaso, no entender lo que es el fracaso y no estar preparado para el fracaso. Hay que tener una opinión realista sobre el fracaso, muchas personas se están preparando para el éxito cuando deberían estar preparándose para el fracaso, pues como dijo J. Wallace Hamilton, fracasar es mucho más común que triunfar; la pobreza está más generalizada que la riqueza; y la desilusión es más normal que los logros. Es iluso pensar que pueda existir el éxito sin el fracaso, los fracasos son inevitables, pero no son infranqueables, un ejemplo de esto es Mary Kay. La señora Mary Kay tenía una increíble habilidad y 25 años de experiencia en ventas, sin embargo, por ser mujer, nunca pudo crecer profesionalmente en una sociedad machista. Así fue que decidió crear su propia empresa de cosméticos, pensando en que ella sí le daría la oportunidad de ascender a las mujeres a las que empleara. A pesar de que su abogado y su contador la desalentaron y le auguraron un fracaso, y a pesar de que su esposo murió un mes antes de arrancar con el negocio, ella no claudicó y hoy todos conocemos Mary Kay por ser una empresa exitosa que factura 1 billón de dólares en ventas al año.

La principal manera de lograr el éxito es, en lugar dejarse derrotar por los fracasos, transformar los fracasos en victoria. Por ello el primer paso hacia el lado positivo del fracaso es reconocer que hay una gran diferencia entre las personas mediocres y las que triunfan.

Redefinamos fracaso y éxito

1. Una nueva definición de fracaso y éxito

Mediante la experiencia de vida de Tony Gwynn, un famoso beisbolista de las grandes ligas, el autor nos muestra como no debemos juzgar anticipadamente una situación aislada y clasificarla como fracaso, pues deberíamos más bien mantener en mente todo el cuadro de la situación. Tony, por ejemplo, tenía más de cinco mil outs en toda su carrera (un número gigantesco), sin embargo, junto con ellos tenía también tres mil hits, marca sólo alcanzada por unos cuantos beisbolistas consagrados.

Tenemos que cambiar la perspectiva que tenemos del fracaso, y para ello el autor nos muestra siete cosas que el fracaso NO es:

1. La gente cree que el fracaso se puede evitar, y no se puede

2. La gente cree que fallar es el resultado de algo, y no lo es

3. La gente cree que el fracaso es algo objetivo, y no lo es

4. La gente cree que el fracaso es un enemigo, y no lo es

5. La gente cree que fallar es algo irreversible, y no lo es

6. La gente cree que el fracaso es un estigma, y no lo es

7. La gente cree que después del fracaso ya no hay más, y no es así

La única verdad es que todos los éxitos pasan por el fracaso. Pero como dijo Thomas Edison, “muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por derrotados”. Así fue como le pasó al fundador de Chick-fil-A, una cadena de restaurantes en Estados Unidos, cuyo fundador pasó por tres momentos difíciles que a cualquiera hubieran derrumbado de continuar en el negocio: la muerte de su hermano y socio, el incendio de su segunda sucursal y una operación médica que lo dejó convaleciente varios meses, sin embargo estos problemas lo llevaron a reinventar por completo su restaurante, creando las pautas por las que hoy es un negocio tan exitoso.

El segundo paso hacia el lado positivo del fracaso es aprender una nueva definición de fracaso.

1. Si falló, ¿significa que usted es un fracasado?

En este capítulo, el autor nos muestra una realidad, que mucha gente lucha con sentimientos de fracaso y que en todos estos está la pregunta central de si se es un fracasado, pero ese es un problema, pues en sus propias palabras “es casi imposible que una persona crea que es un fracasado y al mismo tiempo luche por salir adelante”. Para ejemplificar esto de la mejor manera, nos cuenta un poco sobre la vida de la señora Erma Bombeck, quien tenía el sueño de ser una escritora. El consejero estudiantil le aconsejó que lo olvidara, pero no lo hizo. Comenzó escribiendo obituarios, pero poco a poco fue abriéndose camino en el mundo de las noticias impresas, hasta que consiguió el trabajo que siempre soñó durante treinta años, publicó quince libros, fue reconocida como una de las veinticinco mujeres más influyentes de los Estados Unidos, aparecía frecuentemente en el programas de televisión y revistas, recibió innumerables honores y distinguida con quince doctorados honorarios. El camino no fue fácil, pues ella superó dos abortos, el cáncer de mama y otras dificultades.

El truco para lograr esto fue mentalizarse “No soy una fracasada. Sólo fallé al intentar hacer algo. Hay una gran diferencia entre una situación y otra”.

El autor nos muestra siete habilidades que tienen los triunfadores y que los ayudan a no dejarse vencer por los errores que cometen, sino que los hacen seguir hacia adelante:

1. Los triunfadores rechazan el rechazo

2. Los triunfadores ven el fracaso como algo temporal

3. Los triunfadores ven los fracasos como acontecimientos aislados

4. Los triunfadores son realistas en lo que esperan

5. Los vencedores se concentran en lo que pueden hacer

6. Los triunfadores varían las estrategias

7. Los triunfadores siempre insisten

Una emocionante historia de triunfo es la de Rudy Ruettiger, cuyo sueño era ser un jugador de football en la Universidad de Notre Dame, sin embargo sus notas eran tan malas que tuvo que abandonar el instituto para trabajar. Tras dos años de trabajar en una planta eléctrica, entró a la marina, de donde salió motivado a cumplir sus sueños. Regresó a su ciudad, ingresó de nuevo al bachillerato y obtuvo unas excelentes calificaciones, gracias a las cuales pudo entrar a la universidad de sus sueños y jugar football allí.

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