EMPRESAS GENERADORAS DE VALOR

La mayoría de las empresas se han empeñado en una ciega persecución de beneficio principalmente a través de la reducción de los costos y no se ha dado prioridad a un entorno totalmente importante (La generación de valor).

El crecimiento es una enigmática y cambiante clave que muy pocos directivos de corporativos o empresas han podido descifrar y explotar con éxito. No hay medida alguna que nos dé una idea clara de nuestra forma de crecer ni de la clase idónea de crecimiento. Los teóricos financieros modernos han llegado a la conclusión de que el crecimiento de que el crecimiento de los ingresos empresariales es un hecho aleatorio, impredecible y que se escapa a cualquier control por parte de la dirección.

Muchas empresas o compañías han preferido a lo tradicional y seguro. En vez de hacer suya la causa del crecimiento y dimensionarse adecuadamente para este propósito. Se ha optado por ajustar la infraestructura empresarial a la consecución de una rentabilidad más alta.

Todo es cuestión de equilibrio. Cuando las empresas encuentran el adecuado equilibrio entre beneficio y crecimiento como objetivos estratégicos, entran en una dinámica que las encamina a lo que es llamado en este libro de crecimiento de las empresas como “crecimiento generador de valor” Para generar valor en una empresa es fundamental el contemplar andar por caminos nuevos, hacer cosas que no son comunes hacer o incluso no hechas con anterioridad, como por ejemplo el equipo que diseño y construyo el “Hyperion” en el astillero holandés Royal Huisman no pretendió hacer un yate ligeramente superior a los que ya existían mediante la adición de algunas mejoras. La idea que este equipo tenía en mente era buscar nuevos caminos que realmente reflejaran una innovación dentro de la navegación; para ello, partiendo de cero, crearon un barco único que combinaba la velocidad, la potencia y el lujo y que, además, estaba equipado con la mayor red electrónica jamás ensamblada para un barco no industrial.

La lucha realizada por las empresas para sacar ventaja y hacerla mayor no solo se ha convertido en algo mucho más prometedor, beneficioso e intenso, sino que también en algo que es constante, que nunca se acaba.

La superación de cualquier barrera que se interponga con el crecimiento es una cuestión de actitud. El conocimiento de cómo crecer y las ganas de hacerlo se perdiendo paulatinamente a

medida que las empresas emprendían planes de reducción de costos y de recursos humanos, lo cual comenzó durante las décadas de los setenta y ochenta.

A principios de los años setenta se dieron a conocer varias teorías maltusianas y estas hicieron una llamada al mundo para que se promocionara la armonía con la naturaleza y llegaron a la conclusión de que la limitación deliberada del crecimiento era una tarea difícil pero no imposible.

En base al comportamiento y actitud de las

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