ENSAYO DEL LIBRO “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO” POR EL AUTOR VIKTOR FRANKL
Enviado por Nora Almendra Anaya Quintanilla • 24 de Septiembre de 2022 • Ensayo • 1.456 Palabras (6 Páginas) • 187 Visitas
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]
DIRECCIÓN DE PRESTACIONES MÉDICAS
UNIDAD DE EDUCACIÓN, INVESTIGACIÓN Y POLÍTICAS DE SALUD
COORDINACIÓN DE EDUCACIÓN EN SALUD[pic 5]
DELEGACIÓN GUANAJUATO
HOSPITAL GENERAL REGIONAL N°58
CURSO POSTÉCNICO DE ENFERMERÍA
QUIRÚRGICA
ASIGNTURA:
DESARROLLO HUMANO II
TEMA:
ENSAYO DEL LIBRO “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO” POR EL AUTOR VIKTOR FRANKL
ALUMNA:
L.E. ANAYA QUINTANILLA NORA ALMENDRA
COORDINADORAS:
L.E. LUCIA PADILLA MORALES
L.E.O. XOCHITL VÁZQUEZ MORALES
PROFESOR:
CARMEN UREÑO LUNA
León, Guanajuato a 02 de junio 2022
INTRODUCCIÓN.
En este ensayo hablaré del libro “El hombre en busca de un sentido” del autor Viktor Frankl, de su estremecedora experiencia en los campos de concentración; cabe recalcar que nuestro autor estrella de este trabajo era un psicólogo-psiquiatra jefe del Departamento de Neurología en el Hospital Rothschild de Viena, en 1939.
El protagonista nos platica de las personas que compartieron su mismo sufrimiento tanto fuera del campo de concentración como dentro.
El autor menciona una serie de aspectos mentales y emocionales que van desde la apatía, desilusión, pérdida de la voluntad hasta la vuelta a encontrar la esperanza, amor y ganas de vivir.
Señala diferentes etapas en la que existe una serie de acontecimientos donde aparecen emociones y distintos estados psicológicos de los prisioneros. Esto le hace registrar las bases de la tercera escuela de Viena de la Psicología, la Logoterapia, pensada como ciencia del sentido de la vida. Comparte la llave para encontrar el camino para vivir una vida plena. Y es que, en el contexto de las condiciones de la vida infrahumanas de un campo de concentración, donde intentan destruir la dignidad del ser humano, paradojamente puede surgir también con fuerza, la reivindicación de la esperanza.
Su trabajo se convierte en acercar la posibilidad de tomar las riendas de nuestra vida a pesar de las condiciones desfavorables que se tengan. Sin olvidar, que, partiendo de la libertad interior, se puede llegar tanto a la autodestrucción, como a la auto- realización.
Nos hace reflexionar que quizás en una vida rodeada de toda clase de circunstancias favorables como el dinero, salud, familia, sino se tiene la actitud necesaria para la felicidad, incluso se puede llegar a tener una vida vacía llena de infelicidad.
DESARROLLO.
El libro se divide en tres fases que corresponden a los diferentes acontecimientos y fases de cambio. La primera fase, Internamiento en el campo, segunda fase, la vida en el campo y la tercera fase, la liberación.
Primera fase: En esta fase nos relata cómo después de que todos fueron subidos al vagón, fueron recibidos por un comité de bienvenida que en un principio les dio a entender que las cosas no iban a ser tan crueles como pensaba, aunque realmente sería un engaño. Pronto se darían cuenta que el 90% de los que estaban allí eran dirigidos a las cámaras de gas para ser asesinados. Los supervivientes, cuando llegaban al campo dejaban de ser personas para convertirse simplemente en un número, y esto era lo que le despojaba de la realidad. A medida que pasaban las semanas y los meses, todos los anhelos de reencuentro con familiares se disipaban y los prisioneros se volvían más realistas, más resistentes al dolor físico, debido a la obligada supervivencia de unas condiciones tan precarias. Después aparece la pérdida del sentido de la vida, llevando a muchos presos al suicidio, lanzándose en la mayoría de los casos al alambrado eléctrico.
“Nos muestra como las personas se acoplan a las situaciones de la vida y en esas circunstancias al final, pierden toda clase de esperanza”.
Segunda fase. En esta fase está marcada por la apatía que lleva directamente a una especie de “muerte emocional”. Aquí se mostraba en cualquier prisionero que podía asistir inmutable ante las escenas más crueles. El sufrimiento constante durante tanto tiempo le había llevado sin duda a no sentir asco, piedad u cualquier tipo de horror. Esta insensibilidad vista como una crueldad, en realidad servía al prisionero como una especia de protección hacia el mismo, necesario para vivir en un ambiente tan desolador. La idea de sobrevivir un día más se sobreponía a cualquier insulto, humillación, indignación o incluso cualquier castigo físico. Esta forma de pensamiento en cada uno de los prisioneros podía analizarse como la forma más primitiva de la existencia infrahumana que llevaba a la necesidad de no pensar en otra cosa que no fuera comida.
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