Edipo Rey
Enviado por Rebe99 • 28 de Septiembre de 2013 • 616 Palabras (3 Páginas) • 377 Visitas
El origen de esta tragedia se da cuando el oráculo le revela a Layo lo que le pasará a él y a su esposa si tienen un hijo.
Ejemplo: (Ubicado en página 79 y 81)
Yocasta.- Escucha a este hombre y observa, al oírle, en qué han quedado los respetables oráculos del dios.
Edipo.- ¿Quién es éste y qué me tiene que comunicar?
Yocasta.- Viene de Corinto para anunciar que tu padre, Pólibo, no está ya vivo, sino que ha muerto.
Edipo.- ¿Qué dices, extranjero? Anúnciamelo tú mismo.
Mensajero.- Si es preciso que yo te lo anuncie claramente en primer lugar, entérate bien de que aquél ha muerto.
Edipo.- ¿Acaso por una emboscada, o como resultado de una enfermedad?
Mensajero.- Un pequeño quebranto rinde los cuerpos ancianos.
Edipo.- A causa de enfermedad murió el desdichado, a lo que parece.
Mensajero.- Y por haber vivido largos años.
Edipo.- ¡Ah, ah! ¿Por qué, oh mujer, habría uno de tener en cuenta el altar vaticinador de Pitón o los pájaros que claman en el cielo, según cuyos indicios tenía yo que dar muerte a mi propio padre? Pero él, habiendo muerto, está oculto bajo tierra y yo estoy aquí, sin haberle tocado con arma alguna, a no ser que se haya consumido por nostalgia de mí. De esta manera habría muerto por mi intervención. En cualquier caso, Pólibo yace en el Hades y se ha llevado consigo los oráculos presentes, que no tienen ya ningún valor.
Yocasta.- ¿No te lo decía yo desde antes?
Edipo.- Lo decías, pero yo me dejaba guiar por el miedo.
Yocasta.- Ahora no tomes en consideración ya ninguno de ellos.
Edipo.- ¿Y cómo no voy a temer al lecho de mi madre?
Yocasta.- Y ¿qué podría temer un hombre para quien los imperativos de la fortuna son los que le pueden dominar, y no existe previsión clara de nada? Lo más seguro es vivir al azar, según cada uno pueda. Tú no sientas temor ante el matrimonio con tu madre, pues muchos son los mortales que antes se unieron también a su madre en sueños. Aquel para quien esto nada supone más fácilmente lleva su vida.
Edipo.- Con razón hubieras dicho todo eso, si no estuviera viva mí madre. Pero como lo está, no tengo más remedio que temer, aunque tengas razón.
Yocasta.- Gran ayuda suponen los funerales de tu padre.
Edipo.- Grande, lo reconozco. Pero siento temor por la que vive.
Mensajero.- ¿Cuál es la mujer por la que teméis?
Edipo.- Por Mérope, anciano, con la que vivía Pólibo.
Mensajero.- ¿Qué hay en ella que os induzca al temor?
Edipo.- Un oráculo terrible de origen divino, extranjero.
Mensajero.- ¿Lo puedes aclarar, o no es lícito que otro lo sepa?
Edipo.- Sí, por cierto. Loxias afirmó, hace tiempo, que yo había de unirme con mi propia madre y coger en mis manos la sangre de mi padre. Por este motivo habito
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