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EDIPO REY


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  Tesis  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  623 Visitas

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EDIPO REY

Guía de lectura

1. La obra se abre con una escena introductoria, a modo de prólogo. Edipo se dirige a los ciudadanos congregados ante su palacio, que estarán representados por el coro. Toma la palabra un sacerdote, que hace una exposición de las circunstancias de las que arranca la acción.

2. Aquí, y en varios pasajes de la obra, se llama a los Tebanos «hijos de Cadmo» o «Cadmeos». Cadmo se consideraba el antepasado más remoto del pueblo tebano. ¿Por qué?.

Según la leyenda, Cadmo era hermano de Europa. Cuando la muchacha fue raptada por Zeus, Agenor, su padre, ordenó a sus hijos que salieran en busca de su hermana, diciéndoles que no volvieran a presentarse ante él si no eran capaces de encontrarla. Los jóvenes comprenderían muy pronto que la búsqueda era inútil y se establecieron en distintos países. Cadmo se dirigió a Tracia con su madre y permaneció allí un tiempo. Cuando su madre murió, Cadmo decidió consultar al oráculo de Delfos acerca de su destino. La respuesta que recibió fue la siguiente: debía abandonar la búsqueda de su hermana y fundar una nueva ciudad. Para encontrar el lugar sobre el que se levantaría ésta, debía seguir los pasos de una vaca con los flancos marcados con el signo de la luna. El lugar en el que ésta desfalleciera y cayera muerta se convertiría en su reino. El oráculo se cumplió y, de este modo, se fundó la nueva ciudad de Tebas. Cadmo recibió por esposa a Harmonía, una hija de Ares y Afrodita, de la que tuvo varias hijas, y un solo hijo varón, Polidoro, que heredó el trono de la ciudad. (Ver Genealogía de Edipo)

3. Los ciudadanos de Tebas aparecen en la primera escena congregados ante el palacio de Edipo «coronados con ramos de suplicantes» ¿qué quiere decir esta expresión?

La literatura griega está llena de menciones a los suplicantes. No debemos, sin embargo, pensar que el término alude a cualquier forma de petición; la súplica formaba parte de los rituales propios de la religiosidad griega y seguía un procedimiento preestablecido y conocido por todos. Aparentemente, cualquier persona podía dirigirse en actitud suplicante hacia quien consideraba con mayor poder que él, solicitando su protección. Automáticamente, por su condición de suplicante, esa persona podía contar con el favor de Zeus, que castigaba severamente a quienes se mostraban indiferentes ante el dolor y la indefensión ajena. Dado que quien despreciaba a un suplicante menospreciaba el poder del propio padre de los dioses, podemos entender la fuerza que cobraba quien recurría a esta fórmula.

Para subrayar la naturaleza sagrada de la súplica, ésta se formulaba habitualmente junto a un altar. Los suplicantes acudían a él llevando en la mano, como señal, unos ramos de olivo o laurel atados con hilos de lana y éstos permanecían sobre el altar hasta que la petición se satisfacía.

4. Creonte vuelve de consultar el oráculo de Delfos coronado con ramas de laurel. Edipo considera que esto es un signo favorable ¿Por qué?

El laurel era el árbol sagrado de Apolo y, por ello, se coronaban con sus ramas aquellos que habían recibido buenas noticias en Delfos a través de la Pitia.

5. ¿Por qué se ha producido la peste en la ciudad de Tebas?

La peste es un castigo de Apolo. la divinidad que, como su hermana Ártemis, puede enviar con sus flechas una muerte dulce y repentina. En la Ilíada ya aparece una peste surgida por un motivo semejante, y muchos autores han comentado que en la época en la que vivió Sófocles la ciudad de Atenas conoció una enfermedad de estas características, que para muchos no era sino el castigo que se habían ganado los ciudadanos por su soberbia.

Los habitantes de Tebas, en principio, no han cometido ningún pecado; pero, sin saberlo, son cómplices del asesinato de Layo al haber coronado rey a Edipo, el autor material del crimen. Por otra parte, el propio Edipo no es consciente de la gravedad de su falta. Ha matado a un hombre pero no sabía que éste era su padre ni tampoco sabe que ha tomado a su madre por esposa; además, este destino terrible le estaba reservado desde antes de nacer. Esto nos remite a dos conceptos muy característicos de la religiosidad antigua: en primer lugar, la culpabilidad no recae sólo en quien comete un pecado consciente y voluntariamente; es culpable también quien obra mal sin saberlo. Además, la culpa es como una mancha que se extiende y contamina todo el entorno del autor de la falta. Así, la ciudad de Tebas es víctima del castigo que merece Edipo del mismo modo que éste, a su vez, está marcado desde su nacimiento por una maldición formulada a consecuencia de las acciones de su padre Layo.

6. En la primera intervención larga del coro (párodo) aparecen varias alusiones religiosas. Éstas son las más importantes:

La primera estrofa habla del oráculo de Zeus. Como sabemos, el oráculo de Delfos era del dios Apolo, pero se consideraba que, a través de él, se expresaba también la voluntad de su padre Zeus. Delfos recibe el nombre de Pito por la serpiente Pitón, a la que Apolo dio muerte allí y el epíteto «la rica en oro» hace alusión a los tesoros que llegaban como ofrendas al santuario. Apolo recibe también el nombre de Delios por haber nacido en la isla de Delos, y el de sanador por su poder para curar.

En la segunda estrofa, el coro explica cómo los ciudadanos, por efecto de la peste, se precipitan un tras otro en «la costa del dios de las sombras». Éste no es otro que Hades, dios del mundo de los muertos, envuelto siempre en oscuridad.

En la tercera estrofa la peste se compara con Ares, el dios de la guerra. Como él, la enfermedad provoca innumerables víctimas, sin que ni siquiera se pueda buscar en este caso la protección de los escudos. El coro pide que el mal se aleje de la ciudad y se dirija hacia el lecho de Anfitrita, la diosa esposa de Posidón, que vive en el fondo del mar.

En la antistrofa 3ª el coro emplea otro de los nombres de Apolo: «Liceo», de difícil interpretación. Algunos autores lo han relacionado con la palabra griega (lýkos) que significa lobo, o con el nombre de Licia, la antigua región de Asia Menor. A continuación, la invocación se dirige a Baco o Dionisos quien, según el texto, da nombre a la región. Al parecer, Tebas era conocida como «la tierra de Baco»;y sin duda se podía considerar unida a él por lazos familiares, dado que el dios era hijo de Sémele y, por tanto, descendiente de Cadmo (Ver Genealogía de Edipo). La mitra de oro era uno de sus atributos característicos y se le asocia también con el color rojizo por el vino, del que es dios. Las ménades eran las mujeres que celebraban las festividades en su honor, durante las cuales entraban en una especie de estado de trance o «éxtasis dionisíaco»

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