El Ambiente Como Protagonista Del Relato En El Palacio De La Risa De Germán Marín
Enviado por Roci.ebu • 9 de Junio de 2015 • 1.763 Palabras (8 Páginas) • 319 Visitas
El Palacio de la Risa Rocío Ergas
El ambiente como protagonista del relato 08/04/2015
Análisis de textos literarios
La novela de Germán Marín El Palacio de la Risa corresponde a un tipo de narración en el cual, a pesar de tener una trama y una historia bien elaboradas, la descripción del ambiente parece protagonizar el espacio literario. En este texto, particularmente, el protagonista procede a relatar la historia a partir de recuerdos inspirados por el ambiente en el que se encuentra –el terreno en el que se hallaba la Villa Grimaldi.
Es por esto que el espacio físico y la reacción que éste provoca en el personaje son centrales en la construcción del relato. Bajo esta luz, resulta imperativo para la ambiciosa comprensión del sentido del texto un comentario acerca de la posición que ocupa el protagonista en el espacio.
Para comprender la posición en la que se encuentra el personaje, es necesario considerar que la novela comienza con su regreso a Chile tras un exilio de diecinueve años. Este hecho condiciona al protagonista a una dualidad narrativa. En cuanto a los hechos relatados, el personaje corresponde tanto a un actante interno como a uno externo.
Lo primero se justifica fácilmente gracias al carácter autobiográfico de la narración, es decir, el protagonista relata una historia en la que él mismo es el protagonista (al menos en mayor parte). Como actante interno, su relación con el ambiente material se entiende como una conexión entre el protagonista y sus recuerdos. Al llegar a la propiedad que solía llamarse Villa Grimaldi, el personaje se sumerge en el mar de su memoria, gracias a lo cual nos enteramos de su juventud y de la historia de la misma casa. “Compelido por una extraña necesidad, llamé en voz alta a mi viejo amigo Antonio, mediante el cual había llegado a esa mansión, años de años atrás” (p. 104). Es posible afirmar que aquella “extraña sensación” corresponde a la reacción nostálgica del protagonista, como actante interno, al estímulo material del ambiente. Al hablar de la relación del personaje con el espacio temporal ocurre el mismo fenómeno, lo que se evidencia en el siguiente fragmento: “Desde luego, al imaginar aquel día lejano, que ahora era el presente que fluía, se me aparecía también Mónica” (p. 99). Esta conexión generada con el espacio desde el actante interno engendra una horizontalidad temporal en la que toma lugar el recuerdo de su pasado.
Por otro lado, el exilio engendra en el personaje de Marín la condición de actante externo a la acción. El tiempo de su ausencia ha creado una distancia entre el relato y sí mismo o, más bien, entre él y el espacio en el que se desarrolla la historia. “Era un extranjero en mi propio país” (p. 193). El narrador comprende su alienación, y comprende también que esto condiciona su acercamiento hacia el ambiente. “…quedando como persona al margen de todo” (p. 98). Estas aclaraciones resultan esenciales dado que van a limitar la relación que el protagonista tiene con el espacio, tanto físico como temporal.
La ausencia del narrador durante casi dos décadas logra distanciarlo de la realidad temporal del resto de los chilenos: “Yo no venía del extranjero, sino del pasado, el que al parecer nadie quería, pues, de acuerdo a lo que había captado, aquel tiempo ya no representaba nada en la vida actual de los chilenos” (p. 97). Este fenómeno demuestra que su relación con el espacio temporal se ha vuelto irremediablemente disonante.
Su carácter de actante externo en el relato también condiciona su sensibilidad a los estímulos. Esto se ve explicado bajo el siguiente fenómeno: “En diversos instantes del exilio, bajo una oscura confusión llena de imágenes, había pensado en el momento de ese reencuentro” (p. 98). Como el narrador relata, en su mente se ha construido una especie de expectativa de la realidad, ilusión que va a afectar la forma en que perciba su entorno y los estímulos del espacio.
Producto de esta idealización de la propiedad, el protagonista hallará que la percepción que del terreno tenía se ve distorsionada. Esto se ve argumentado por la siguiente cita: “Me llamaba la atención que el espacio en el cual se levantara el parque, hoy se viera menos vasto, apretado por las murallas lindantes, como así también el horizonte, cerrado por la presencia inmediata de la cordillera que parecía más cercana que antes” (p. 101). Esta disonancia entre su expectativa y el estímulo sensorial de la realidad se explica gracias a la distancia que se ha creado entre él mismo y sus recuerdos.
Otro ejemplo de la idealización del terreno que se construye en su mente durante el exilio se ve reflejado en acotaciones como “…me sorprendió que faltaban los álamos
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