El Aspecto Transgresor En La Literatura gótica Presente En Frankenstein.

El aspecto transgresor en la literatura gótica presente en Frankenstein.

La literatura gótica aparece a finales del siglo XVIII en Inglaterra, este es un estilo asociado al movimiento del romanticismo, dentro del cual una de sus principales exponentes es Mary Shelley con la novela Frankenstein publicada en 1818. Este estilo nace como reacción a las ideas dominantes en la Ilustración, donde la razón influenciaba de manera fundamental el modo de pensar y por lo tanto la literatura. Ahora, la novela gótica da a notar un ambiente más irracional, en el que se presentan situaciones fantasiosas y sobrenaturales, alegadas de todo tipo de coherencia y moralidad.

Fred Botting en su ensayo Gótico, nos muestra como una característica esencial en la novela de este estilo, el exceso gótico, lo que se ve reflejado principalmente en la transgresión a diferentes modelos morales y sociales, predominando la ansiedad y la ruptura de lo racional.

En este ensayo pretendo identificar el aspecto trasgresor de la literatura gótica y cómo este se presenta en la novela Frankenstein.

La transgresión, como expresión del exceso gótico, se manifiesta tanto en Frankenstein como en la novela gótica en general de diferentes formas como:

La ruptura a las leyes físicas, generando ambientes donde ocurren eventos maravillosos y fantásticos que escapan de la realidad, como se puede ver en este extracto: “Sorprendido y encantado, la abracé; pero cuando le imprimí el primer beso en los labios, se le pusieron lívidos, de un color mortal; pareció que le cambiaban los rasgos y vi que lo que tenía en brazos era el cadáver de mi difunta madre; su cuerpo estaba envuelto en una mortaja, y vi pulular los gusanos en los pliegues de la tela.” (58)

Por otro lado, existe una transgresión a la realidad, a lo racional, que al ser una novela gótica, esto se presenta con hechos diabólicos o sobrenaturales que generan miedo y suspenso. Por ejemplo, en situaciones donde los personajes pierden el sentido, pasando por momentos de extrema ansiedad: “Me refugié en el patio de la casa en la que me alojaba, donde permanecí el resto de la noche, paseándome de un lado a otro con la mayor con la mayor agitación, escuchando con atención, captando cada sonido y temiéndolo como si fuera a anunciar la llegada del cadáver demoniaco al que yo había dado vida tan miserablemente.” (58-59). Incluso, en esta novela se llegan a abarcar temas tan morbosos como la profanación de tumbas para así convertir algo inanimado en una criatura viviente como Frankenstein: “Con una angustia que casi era un suplicio, apresté los instrumento vivificadores que me permitían infundir la chispa de la vida en el ser inerte que tenía a mis pies.” (57)

Además, la autora Mary Shelley utiliza la transgresión con el fin de reforzar los valores de la sociedad, centrándose principalmente en la injusticia y el conocimiento,

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