El Cuervo

He visto a un cuervo color tizón que cojeaba. En mi tierra sabemos que los cuervos son almas de difuntos revenidos. Y este cuervo cojeaba sobre un poniente rojizo muy ventoso.

«Defiendo el periodismo que matiza y no el que aporrea» habló Valentí Puig en este día. Combinar la brillantez literaria y el análisis conformarán, según él, y Dios le oiga, el periodismo del futuro. Si antes la opinión venía del púlpito y después de la intelectualidad, ahora viene a fondear, como un carguero, en las tormentosas aguas de la prensa.

Joaquín Estefanía coincide. La prensa -que no debe considerarse un cuarto poder sino un límite social que nos protege- es LA manera de explorar la realidad de nuestro tiempo. El periodista del futuro no habrá de arrojar información sino contextualizarla, ponerla en su sitio por medio de un ejercicio reflexivo. Pero Estefanía nos advierte sobre la autocensura -esa tentación del que come diariamente-. El silencio es peligroso y el que calla otorga.

Eduardo San Martín también cree que los periódicos del mañana serán esencialmente de opinión o no serán. «Ofrecemos, un día después, algo que el ciudadano ya ha recibido gratis».

«Vales tanto como tu último artículo» -dice el frontispicio del National Geographic y recuerda Rodríguez Lafuente, despiadado.

El cuervo color tizón levanta el vuelo y yo me voy en autobús hasta Madrid.

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