El Enigma De La Esfera Roja
Enviado por Karen241098 • 20 de Marzo de 2014 • 371 Palabras (2 Páginas) • 356 Visitas
e pronto la pelota llego a los pies de Irene, ella la tocó y la tomo apretándola fuertemente contra su cuerpo cuando de pronto vio a una niña del otro lado de la acera queriendo su pelota de vuelta, estirando sus manos para que ella se la devolviera, pero Irene aun sabiendo que esa pelota roja no era suya la sentía de ella. Al cruzar la calle para aproximarse a la niña Irene sintió un frio escalofriante que recorrió todo su cuerpo sintiéndose invencible, después observo a esa niña la cual le pareció siniestra , luego intento aproximarse y ella dio unos pasos hacia atrás alejándose de la cerca de su casa, en ese momento cuando vio a la niña a punto de llorar sintió pena por ella pero aun sintiendo esa pena algo en ella le impedía entregarle esa pelota así que para sentirse más segura Irene volvió a la calle en la que se encontraba al principio para ahí poder decidir qué haría con la pelota.
Fue cuando una sonrisa terrible se instaló en su rostro, pues estaba haciendo sufrir a aquella niña y le daba gusto así pues siguió contándole a la doctora lo que sintió al encontrar esa pelota agregando que desde esa vez que encontró esa pelota se dio cuenta de que ella era dueña de su vida y tenía el poder de hacer lo que se le viniera en gana. Ahí fue en donde se dio cuenta de que no quería ser como esa niña (que se había dejado derrotar), que a ella nadie le iba a quitar nada. Después de esto ella se dio cuenta que detrás de esa niña había algo que la podía amenazar, sintió miedo incluso se vio reflejada. Entonces la niña de la acera se acercó a ella pero Irene la empujo tan fuerte que cayó al suelo muerta.
La doctora Dench apaga la grabadora pues desde que Irene había muerto ella había estado reprochándose y sintiéndose culpable de no haberla podido salvar, la doctora conservaba aun la pelota de Irene así que en ese momento la tomó y se dio cuenta de que pese a los años que llevaba guardada (15años) no había perdido aire y seguía conservando ese calor extraño
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