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El Erizo y el Zorro


Enviado por   •  7 de Enero de 2016  •  Informe  •  2.000 Palabras (8 Páginas)  •  369 Visitas

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En “El Erizo Y La Zorra”, uno de los ensayos más reconocidos de Isaiah Berlin, el filósofo británico nos recuerda un verso del poeta griego Arquíloco: “La zorra sabe muchas cosas, sin embargo el erizo sólo una e importante”.  A partir de este verso, Berlin nos propone diferenciar a los pensadores, a los artistas y en general a todos los seres humanos en dos clases: las zorras y los erizos.

Al respecto, Mario Vargas Llosa, quien recientemente editó la versión en español del mencionado ensayo, manifestó que la clasificación propuesta por Berlin permite “entender dos actitudes ante la vida” y es por tanto “una aportación indispensable para el entendimiento del hombre y de la sociedad”. La opinión del escritor peruano acerca de la propuesta de “El Erizo Y La Zorra” constituye pues la razón central que me indujo a dedicar este documento al desarrollo de un análisis e interpretación de mi personalidad y mi visión del mundo, de acuerdo a las dos actitudes planteadas por Berlin en su afamado ensayo. Para ello, partiré de una profundización de ambas clases de seres humanos, para luego definirme como erizo o zorra y finalmente rescatar el aporte que la mencionada obra hace a la comprensión de los hombres y del mundo.

EL ERIZO

En la personalidad del erizo subyace una visión centrípeta del mundo. Los erizos son individuos que demuestran tener ideas absolutamente claras acerca de cómo se estructura la sociedad en la que vivimos. Partiendo de esta concepción particular, los erizos buscan ordenar y clasificar, de una manera sistemática, los sucesos, las personas y las sociedades. El erizo afirma tener un norte claro y definido de hacia donde quiere ir y cómo debe llegar. Es ordenado, vehemente, persistente y esforzado para la consecución de sus objetivos. Tiene una sola palabra y la expresa con claridad y firmeza, buscando influir en el comportamiento de los otros.

El erizo tiende a dividir a las personas y a sus comportamientos en buenos y malos, correctos e incorrectos, trazando líneas claras y definidas, en donde el abanico de colores queda restringido al blanco y al negro. Al asumir con tremenda fuerza la validez de su razonamiento, los erizos tienden a ser autosuficientes y muy poco tolerantes con quienes no se adhieran a su visión del mundo. Con justa razón Berlin nos señala que, disfrazado o explícito, en todo erizo hay un fanático.

Las características de los erizos me llevan a pensar en personas que cobraron gran notoriedad a lo largo de la historia, pero no siempre por las mismas razones. Creo poder identificar, afortunadamente, muchos hombres y mujeres, que con objetivos claros, tenacidad y coraje, buscaron influir en el mundo de una manera positiva. Desgraciadamente, también se pueden nombrar a muchos erizos que, en el extremo opuesto, buscaron  dominar y  sojuzgar a sus semejantes, basados en visiones intolerantes, dominadoras y totalitarias, acarreando con ello muerte y miseria.

LA ZORRA

En la personalidad de la zorra subyace una visión centrífuga del mundo. Las zorras son aquellos que tienen una visión múltiple de la realidad y de las personas. Esta visión termina siendo tan compleja, que prácticamente los imposibilita a encontrar una explicación coherente y satisfactoria de los acontecimientos y sucesos que los rodean. Las zorras reevalúan constantemente sus ideas, a fin de realizar los virajes que pudiesen ser necesarios. Por esta razón, dan la impresión de ser personas dubitativas, inconstantes y con dificultad para ejecutar sus ideas.

La visión del mundo y de las personas que tienen dichos individuos, los lleva a proyectarse hacia el entorno que los rodea, tratando de conocerlo y entenderlo, a fin de adaptarse a las diferencias y a los cambios que pudieran producirse. Las zorras son por la tanto permeables y eminentemente conciliadoras, gracias a su disposición para aceptar la diversidad humana.

Las características de la zorra me conducen a recordar a personajes muy destacados, quienes por su tolerancia y respeto a la pluralidad se convirtieron en motor de grandes cambios que resultaron beneficiosos para la humanidad. No obstante, la personalidad de zorra también puede ser asociada a personas timoratas e indecisas, que no supieron asumir decisiones firmes y evitar con ello grandes conflictos.

¿ERIZO O ZORRA?

Habiendo profundizado en las características propias de las personalidades del erizo y de la zorra, cada uno de nosotros puede realizar un ejercicio de introspección, a fin de reconocerse predominantemente en uno u otro tipo. Para ello, el punto de partida constituye la definición de nuestra propia visión de la vida y de los hombres; es decir, la identificación de la manera cómo comprendemos el mundo y las personas que nos rodean. Me veo pues obligada a construir mi propia visión del mundo, siendo ello un requisito indispensable para reconocerme y definirme como un erizo o una zorra.

Los grandes pensadores de la historia definieron su visión de la vida en base a sus conocimientos del mundo y de los hombres, y a las experiencias que fueron acumulando a lo largo de sus vidas. Definir mi visión de la realidad es pues, sin duda alguna, una tarea compleja, ya que mis conocimientos y experiencias pueden resultar bastante limitados, e incluso insignificantes, cuando se comparan con los de aquellos hombres que, por su manera de concebir la vida, dieron origen a grandes cambios en las sociedades de todos los tiempos, marcando un hito en la historia de la humanidad. Aún así, haré un intento por lograr mi cometido.

Para dar inicio a la construcción de mi propia visión de la vida, quisiera recurrir a “La Sociedad Sitiada”, obra del escritor polaco Zygmunt Bauman, en donde el autor afirma que “la forma humana de ser en el mundo es una forma que contiene la idea de felicidad”. Este es el punto de partida de mi visión del mundo y de los hombres. La felicidad es el ideal que une a la humanidad más allá de su diversidad; es aquello a lo que todos los seres humanos aspiramos, aunque lo busquemos en lugares distintos y sigamos diferentes caminos para alcanzarlo. En esta búsqueda por la felicidad, todo aquello que el hombre se propone podrá ser concretado. Con esfuerzo, perseverancia y amor nada resulta inalcanzable. Esa es mi visión de la vida, de los hombres y del mundo: simple, optimista y claramente centrípeta.

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