El Giro Cultural
Enviado por xiag • 16 de Febrero de 2013 • 765 Palabras (4 Páginas) • 444 Visitas
El giro cultural
José Enrique Ruiz-Domènec dice que el decenio comprendido entre 1988 y 1998 es un “auténtico borde fronterizo” y lo califica como una “década decisiva” para la historiografía, pues en ese tiempo parecían agotados no sólo el materialismo histórico y el estructuralismo sino también la historia cuantitativa y la historia social y el giro lingüístico no acababa de convencer a todos los historiadores, ya que aún imperaba la idea de que la historia debía explicar más que contar.
La respuesta a esta encrucijada vino dada, como no podía ser de otra forma, por la colaboración entre las distintas formas de hacer historia, por el diálogo con las ciencias sociales más afines y por un acercamiento a las posturas filosóficas posmodernas. Según Jörn Rüsen, el término “posmoderno” se aplicó originariamente en el ámbito de la producción artística y de ahí su uso se extendió al ámbito de la filosofía y al resto de las ciencias sociales.
Su significado más inmediato hace referencia a una etapa histórica posterior a la modernidad que se origina a partir de la propia crisis de la modernización. Esta crisis se hizo patente en los ámbitos económico, social, político y científico. Expresada en una sola idea, la posmodernidad no es otra cosa que una crítica profunda a la idea de progreso que sustentó la actividad económica, cultural e intelectual de la sociedad “occidental” desde la Ilustración hasta la década de los años setenta del siglo XX. Rüsen considera que la posmodernidad aplicada a la historia y la historiografía es una crítica contra los postulados racionalizadores que caracterizaron el pensamiento histórico, estos permitieron realizar una interpretación de la información contenida en los materiales reunidos y analizar las relaciones existentes entre las fuerzas materiales y mentales de una sociedad.
Las críticas a la posmodernidad han generado un gran corpus teórico y ensayístico cuyos planteamientos vistos en conjunto pueden resumirse afirmando, primero, que la historia existe y que no habrá un final de la historia hasta que no fenezca la especie humana; segundo, asegurando que es necesaria una idea de la “unidad de la experiencia histórica” para no caer en un relativismo; tercero, que es necesario siempre utilizar categorías históricas para poder pensar históricamente y con lógica; cuarto, que siempre es necesario un concepto de historia relacionado con el propio crecimiento y transformación del mundo, y quinto, que es necesaria la existencia de un método histórico que evite el relativismo y caer en el ensayo o la literatura.
Debemos señalar que la “historia cultural” se consolidó al iniciar la década de los noventa como una nueva forma de hacer historia en la que se conjugan “posestructuralismo, lingüística, antropología y posmodernidad”; fueron tres las claves que estimularon este giro cultural:
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