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El País De Manuelito


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2013  •  1.905 Palabras (8 Páginas)  •  382 Visitas

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El País de Manuelito

(Alfonso Barrera Valverde)

Manuelito salió en la madrugada de su hogar sin despedirse de nadie, solo quería buscar su camino ya que no tenía padre y su madre murió dejándole como herencia patrones los cuales estaban esperando que trabaje pero preferible coger algo de comer, un camino que seguir, en este caso al sur, buscar trabajo por mi propia cuenta y a demás a conocer el mundo. Mientras caminaba se puso a pensar en su desayuno contemplando su caserío ya lejano dirigiéndose por un camino hasta llegar a un río y, volviendo la mirada al frente se detuvo dándose cuenta que al dejar una casa se necesita otra casa, meditó durante medio minuto y luego tiró sus zapatos sobre unas piedras y metió los pies en el agua durante un rato, después se puso sus zapatos, cogió la bolsa con comida y siguió su rumbo desconocido disfrutando de su libertad. En el camino encontró a leñadores que llevaban su carga en carros alados por burros, Manuelito los saludó y cuando quería decirles que no cortaran más árboles los burros lo interrumpieron rebuznando y callándole sus verdades, pero bueno ya habrá otra oportunidad. Al llegar a una ciudad, al estar por doblar la esquina escuchó unos ladridos y, Manuelito sin saber si correr o convertirse en piedra llegaron dos mujeres que insultaron a los perros los cuales salieron huyendo; las mujeres le pidieron a Manuelito que las acompañe pero él agradeciéndoles se negó, prefirió continuar solo. Ya cerca del medio día divisó una laguna con casas blancas en la orilla, y al pasar junta a ellas en una había un letrero con grandes letras “HOTEL”, siguió caminando por la orilla jugando con los botes que estaban ahí y vio de nuevo “HOTEL” pero en un bote más grande ¿Cómo un bote puede ser hotel?, Manuelito subió a este de un brinco, todo le pareció más grande y tendiéndose para admirar al cielo, se durmió. ¿Qué haces aquí chico? Manuelito se despertó y quiso salir corriendo pero lo sujetaban de sus brazos. Fue llevado al hotel donde lo juzgaron severamente y un hombre gordo que escuchaba, nada menos que el dueño del lugar, pronunció su sentencia --Que trabaje-- el empleado dijo -- ¿En dónde lo pongo?-- -- En el comedor, que se gane la vida--. ¿Ese era su castigo?, si lo que más quería era trabajar. Un sábado mientras Manuelito estaba en su tiempo libre, Rosaura, su compañera de trabajo, recibió la visita de su hermano Pedro que tenía treinta años; los tres conversaron sobre varios temas y sus dos amigos estaban sorprendidos por el desenvolvimiento de un niño, de Manuelito. Se hicieron grandes amigos, Pedro venía de un caserío cerca de Otavalo y sabía tejer y fabricar tapices, un buen trabajador con una trenza y su traje típico que mereció la admiración del niño; se hubiera quedado mucho tiempo con su nuevo amigo cuando llegó un mensajero llamado Rafael que le informó – Dicen los patrones que vayas a trabajar con ellos que no te va a faltar nada, y si sigues huyendo va a ir con las autoridades ya que eres menor de edad y no te desperdicies con otros—Manuelito dijo—no gracias—y Rafael regresó por donde vino. Si quería seguir siendo libre debía partir pronto y Pedro lo ayudó, no le prometió nada pero lo llevó con él para que conozca a su gente y su trabajo.

Entraron en la casa blanca muy aseada con cuartos entablados y dos eran los principales el de dormir y el de los telares con mucha gente convocada para recibirlos, gente que estaba trabajando dirigidos por un anciano con un bastón que servía para dar órdenes; el anciano se llamaba Taita Valle y le dijo a Pedro que le enseñara, Pedro llevó al niño al patio en donde le dio su primera lección, un cuento. Pedro – Sabes que en los tapices tejemos muchas figuras especialmente aves raras que existieron hace mucho tiempo vistas por nuestros ancianos y recordadas de generación en generación... – Manuelito escuchó con silencio y puso mucha atención. De lunes a sábado Manuelito solía trabajar y los domingos jugaba con los demás niños; un día llegó a la casa de los telares una carta que Pedro había estado esperando, era para salir a otro país, había conseguido una beca, pero antes debía vender algo de mercadería en otros lugares y llevó a Manuelito consigo ya que él también quería viajar, conocer el mundo y como no tenía a dónde ir, pero luego Pedro iba a dejarlo para poder viajar…

Los dos fueron caminando, vendiendo lo que tenían y cobrando; pasaron por un páramo, cogieron varios autobuses hasta llegar, ya en la noche, al chota para cobrar, ahí Manuelito conoció a Benedixión, los dos pidieron posada y descansaron, durante la noche, Pedro y Benedixión quedaron de acuerdo en que Benedixión iba a llevar con él al niño ya que no podía continuar su viaje con su amigo porque ya iba a viajar, así que Manuelito se despidió de Pedro prometiéndole que le escribiría y que van a volver a encontrarse y se fue a Esmeraldas con su nuevo amigo…

Manuelito, después de un tiempo decidió dejar el palacio verde de Esmeraldas para poder continuar con su viaje para conocer más lugares, para conocer a los amigos de Pedro, aunque le habría gustado quedarse. El niño viajó a Quito, cogió el autobús para llegar a la capital mientras miraba por la ventana del vehículo un hombre le preguntó hacia dónde iba y Manuelito le entregó un papel con las direcciones de los amigos y el hombre decidió llevarlo, el hombre le contó varias historias hasta aún después de bajar del autobús y Manuelito

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