El Rayo Que No Cesa
Enviado por yayo20132013 • 19 de Junio de 2013 • 221 Palabras (1 Páginas) • 428 Visitas
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos (El rayo que no cesa), de Miguel Hernández:
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Primitiva prisión de la ternura
donde toda pureza se encadena
y elemental candor se configura.
Minúsculo recinto donde estrena
su frescor el rocío, su ala el viento;
envidia del jazmín y la azucena,
de eternidad efímero alimento.
Al lado del arroyo, alegoría
demuestras, en el pétalo y aliento,
cópula de purísima armonía,
de candor, de perfume. Ruborosa
morada de la gracia y la alegría,
oh fugitiva, permanente rosa
y siento más tu muerte que mi vida.
Primitiva prisión de la ternura
donde toda pureza se encadena
y elemental candor se configura.
Minúsculo recinto donde estrena
su frescor el rocío, su ala el viento;
envidia del jazmín y la azucena,
de eternidad efímero alimento.
Al lado del arroyo, alegoría
demuestras, en el pétalo y aliento,
cópula de purísima armonía,
de candor, de perfume. Ruborosa
morada de la gracia y la alegría,
oh fugitiva, permanente rosa.
Jaime Campmany
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