El Surgimiento De Los Mercados Emergentes Resumen

INTRODUCCION

Durante todo el siglo pasado, los inversionistas veían con mala cara cualquier inversión en el Tercer Mundo ya que la asociaban con retraso, inseguridad. Las multinacionales que se establecían en los mercados en desarrollo lo importaban todo, salvo la mano de obra barata y las materias primas.

Pero este cuadro comenzó a cambiar hace unas décadas, cuando las compañías de los mercados en desarrollo comenzaron a globalizarse: estas no sólo contaban con mano de obra barata y materias primas sino, además, con la experticia técnica propia de las multinacionales occidentales. Habían nacido, pues, las multinacionales de los “mercados emergentes” (término acuñado por el autor en 1981 para referirse a los países en desarrollo: desde Brasil hasta China).

El autor ofrece no sólo un recuento histórico de cómo nacieron las multinacionales de los países emergentes sino, además, su visión de cómo cambiará la economía global en los próximos años, también desde las investigación del autor las empresas de talla mundial.

Porque son llamados hoy en día empresas de talla mundial

EL SURGIMIENTO DE LOS MERCADOS EMERGENTES

“No existen mercados por fuera de los Estados Unidos”

En el año 1974 el presente autor empezaba a trabajar en una conocida empresa estadounidense, con esta experiencia se dio cuenta que tenía una manera diferente de pensar respecto a los mercados.

El hombre veía las cosas desde otra perspectiva, lo que se denominaba “el Tercer Mundo” el cual le parecía atractivo. Mas delante de haber continuar con su trabajo, a este ya no le causaba la misma emoción y decidió empezar a estudiar a los países considerados del Tercer mundo ya que estos le generaban gran expectativa y curiosidad.

Su inicio fue en 1971 y comenzó con Corea del Sur un país que en ese entonces tenía un PBI perca pita de 225 dólares, un país que no tenía los grandes edificios de hoy. Continuando con su viaje este llego a Vietnam, luego con Japón que seguía atacado con la depresión de la posguerra, China y la India.

Luego empezó a viajar continuamente al continente asiático en donde encontró que ahí ya se estaban subcontratando la mano de obra en un mercado que gozara oferta abundante y barata de este elemento.

Es ahí donde comenzó el arduo trabajo de este hombre y en donde nace el entusiasmo por la floreciente perspectiva de hacer negocios en el Asia.

En 1979 después de haber administrado el principal banco de inversión tailandés, este se dirige a trabajar en la Internacional Finance Corporation (IFC). En un comienzo la idea de una inversión de portafolios en las economías en desarrollo se miraba con recelo y con inseguridad.

Sin embargo bajo el liderazgo del director y posterior amigo David Gill, pudieron convencer. En septiembre de 1981 se encontraba en el podio de la sede principal de Salomon Brother, ante un grupo de gerentes importantes de inversión en donde les tenía que vender la idea de un “Fondo de capital para el Tercer Mundo”. Aunque asistieron entre 20 y 30 administradores de fondos, sin embargo la gran mayoría se mostraban reacios, aunque les agradaba la idea pero estos sentían que no le daba la mínima seguridad en su inversión.

Francis Finlay, de J.P Morgan anoto: ´Tienen ahí una idea bien interesante, jovencito, pero ¡Fondo de capital para el Tercer Mundo´!

Es ahí cuando se dio cuenta que el término que utilizaba Tercer Mundo aun generaba el estigma que el mundo tiene, una imagen plagada de asociaciones negativas, inseguridad, retraso entre otras.

Luego de haber pensado en modificar este nombre ya que quería transmitir otra cosa, y es ahí donde nace “Mercados Emergentes”. Este término Mercados Emergentes alude a cambio, progreso y dinamismo. Luego se cambio el nombre y se denomino, “Fondo de crecimiento para los mercados emergentes”.

Hace 25 años los inversionistas sofisticados pensaban que era absurda la idea de invertir aunque fuera una pequeña porción de sus respetables fondos de jubilación, sin embargo ahora hay países que han pasado de tercermundistas a la de de emergentes, incluso algunos son reconocidos incluso como grandes potencias económicas.

La globalización no tiene fronteras

CAPITULO 1

¿Quién sigue?

Ahora el mundo ha cambiado, la tecnología tiene como uno de esos cambios. Los países que antes eran considerados como tercermundistas son capaces de realizar productos altamente tecnificado y poniéndose de par en par con los productos de las trasnacionales.

Incluso prototipos que las superan un ejemplo de ello es High Tech Computer Corp. (HTC); una empresa taiwanesa que había producido el iPAQ; y luego exitosamente teléfonos manuales.

Esta experiencia era inusual, ahora estas empresas desconocidas poseían un gran potencial a largo plazo, incluso si eran pocas las empresas y las economías que a esas alturas fueran globalmente competitivas. Gracias al creciente poder de China, de la India y de otros mercados emergentes, y al consecuente cambio en la demanda de consumo que marcha a toda prisa de Occidente y se dirige a la creciente clase media de esos mercados, hemos ingresado formalmente al siglo de los mercados emergentes.

Las economías del antiguo tercer mundo pronto resurgirán como las economías del futuro y dejaran de ser las economías apenas periféricas que habían sido desde la primera Revolución Industrial. La segunda revolución industrial constituirá nada menos que un terremoto económico que causara una modificación de grandes dimensiones ene l centro de gravedad de la economía global, porque lo alejara de las economías desarrolladas y las acercara a las economías emergentes. Según los las proyecciones de Godman Sachs, apenas cuatro de los mercados emergentes de mayor tamaño (conocidos como BRIC: Brasil, Rusia, la India y China) superarían a los siete países industrializados mas grandes, los de G7 (los Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y Canadá) para el 2040. A mediados del presente del presente siglo, los mercados emergentes, combinados, prácticamente duplicaran en tamaño a actuales economías desarrollados. Una nueva clase de empresa será la que desempeñe un papel crucial en la generación de ese cambio; un selecto numero de esas empresas merece de verdad sea considerado de talla mundial. No obstante, en “Occidente” (como aun se denominan convenientemente mas no correctamente a los países desarrollados que agrupan a los Estados Unidos, Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda)

Seguimos aferrándonos a la noción reconfortante de que al menos “nuestras” empresas principales

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