El análisis de la trilogía de "Libación de Medios"
Enviado por crazihomies • 28 de Mayo de 2012 • Reseña • 973 Palabras (4 Páginas) • 584 Visitas
COÉFORAS
Las coéforas es la segunda obra de la Orestíada. Narra el encuentro entre los dos hijos de Agamenón y Clitemnestra, Electra y Orestes, y su venganza por la muerte del padre. La segunda tragedia de la trilogía toma el nombre del coro, constituido por las portadoras de libaciones, esto es, las «coéforas», esclavas de la casa del rey, que acompañan a Electra con libaciones a la tumba de Agamenón. Después de que Clitemnestra haya asesinado a su marido, Orestes quiere vengarse de su madre.
Trata de la culpa en la que incurre Clitemnestra al matar a su marido Agamenón, que no ha de quedar sin castigo por las Erinias.
En el palacio de Argos, Clitemnestra, que ahora comparte el trono y la cama con su amante Egisto, se despierta de una pesadilla: sueña que dio a luz a una serpiente y que esta serpiente ahora se alimenta de su pecho, del que saca sangre en lugar de leche. Alarmada por esta pesadilla, que es una posible señal de la ira de los dioses, ordena a su hija, la princesa Electra, a quien mientras tanto Clitemnestra ha reducido prácticamente a la condición de esclava, que haga libaciones sobre la tumba de Agamenón. Un grupo de mujeres, las coéforas, la acompañan para ayudarla.
Electra llega a la tumba de su padre y allí encuentra a un hombre que acaba de poner un rizo de su pelo sobre la piedra. Electra expresa un rencor y un odio terrible contra su madre Clitemnestra, que mató a su padre y vive con su amante Egisto. Comienzan a hablar y gradualmente comprende que el hombre es su hermano Orestes (que había sido enviado fuera a la corte real de Fócida desde la infancia, por motivos de seguridad), y quien, en sus pensamientos, ha sido su única esperanza de venganza. Juntos planean la venganza por la muerte de su padre y para ello pretenden asesinar a su madre Clitemnestra y a su nuevo marido, Egisto, mientras el coro les advierte:
Pero es ley que las gotas de sangre
Vertidas por tierra exigen otra sangre.
Homicidio grita la Erinis, que en nombre
de las primeras víctimas
envía calamidad sobre calamidad.
Orestes duda si matar o no a su propia madre, pero tanto Apolo como su amigo Pílades, el hijo de Estrofio, rey de Fócida, le convencen de que eso es lo correcto. Orestes y Pílades pretenden ser unos viajeros normales que vienen de Focea y piden hospitalidad en el palacio. Clitemnestra es engañada por su hijo, quien le llega a decir que Orestes ha muerto. Encantada por las noticias, Clitemnestra envía a un criado a llamar a Egisto.
Aprovechándose de la hospitalidad del palacio, Orestes mata primero al usurpador y después a su madre. Las muertes de ambos, como es usual en el teatro griego clásico, tienen lugar fuera de escena.
Orestes mata primero al usurpador. Los gritos de muerte de Egisto no advierten a tiempo a Clitemnestra. Desesperada, intenta apelar a los sentimientos de su hijo, pero Pílades le recuerda las órdenes de Apolo. Clitemnestra le advierte de la venganza de las erinias:
Clitemnestra: Mira, guárdate de las perras
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