El príncipe de Nicolás Maquiavelo

El príncipe de Nicolás Maquiavelo

El estadista y escritor político Nicolás Maquiavelo, en su magistral obra “El Príncipe” recoge un conjunto de consejos para el príncipe Lorenzo de Pedro De Médecis Duque de Florencia, a través, de la observación de casos reales sobre cómo gobernar los Estados y conservarlos exitosamente, ya que, desde su percepción, ser un buen gobernador, no necesariamente es ser un gobernador bueno.

En tal sentido, Maquiavelo aconseja al príncipe no ir en contra de su pueblo y hacer lo posible para evitar el uso de la fuerza. Así mismo, puntualiza que el príncipe debe gobernar desde el mismo terreno de su pueblo y no a distancia, para así lograr tener un mayor control de la población, pero siempre tratando de acercarse a sus gobernados y que estos le amen en vez de temerle.

Por tal motivo Maquiavelo concluye que es mejor ser temido que amado, puesto que, en momentos de crisis o rebelión la gente podrá olvidar que te ama, pero no que te teme. Sin embargo, un príncipe debe tener una postura definida y no titubeante ante sus seguidores, para lo cual, recomienda dejar que la responsabilidad de aplicar los castigos recaiga sobre otros, mientras que él sea el que otorgue los beneficios.  

Otra importante recomendación la encontramos en el capítulo XVI, donde Maquiavelo expone que, un príncipe no puede ser liberal tratando así de ser amado,  puesto que, la liberalidad no puede mantenerse en el tiempo y conlleva un gran gasto económico que solo podrá ser recuperado aumentando los impuestos y al hacer esto comenzara a ser odiado  por sus gobernados.

Hace también referencia a la forma en la que debe de conducirse un príncipe y aconseja mantener la fuerza y la cautela al mismo tiempo, este debe ser como el León capaz de ahuyentar a los lobos y como el zorro capaz de evitar las trampas, además debe poseer un conglomerado de virtudes que si bien es menester tenerlas es más importante aparentarlas, dado que los pueblos siempre lo van a juzgar por las apariencias y los resultados.

Finalmente, habla sobre la fortuna, que si bien juega un papel importante en cómo se adquieren los principados, un príncipe no pueden dejar todo en manos de esta y debe estar preparado, muy cauteloso ante las adversidades, de tal manera, que puedan salir bien librado de ellas.

El príncipe, es pues, en mi opinión, una excelente guía estratégica contemporánea para los gobernantes, pero debe interpretarse y aplicarse dado el caso, con mucha cautela ya que este es un libro dirigido a príncipes y duques de la época del renacimiento y muchos de los consejos allí expresados en la actualidad podrían encontrar resistencia en un congreso o un parlamento, incluso en el mismo pueblo.  

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