Empleados cualificados como patrimonio empresarial.

Ensayo “ Los desafíos de la gerencia para el siglo XXI” por Peter Druker.

Por: Cindy Ibáñez Delgado

Empleados cualificados como patrimonio empresarial

El trabajo en la época antes de Taylor era medido de acuerdo a las destrezas del empleado. Aún en los países considerados como del tercer mundo predomina este enfoque, sobre todo en las empresas que se dedican al sector manufacturero y de servicios.

De acuerdo con el texto de Peter Drucker: “ Los desafíos de la gerencia para el siglo XXI”, se vaticina que las empresas del futuro están llamadas a enfocar sus esfuerzos en cambiar la visión que tienen del empleado, esto significa valorar y promover la cualificación del personal, especialmente aquellos que manejen tecnologías, conocimiento y especialmente la administración de si mismos.

Al analizar esta predicción frente a la realidad colombiana, se nota un panorama lúgubre, ya que se puede observar que gran parte de las empresas nacionales se dedican a sectores en donde predomina la labor física, como lo afirma el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero Nieto, quien afirma que en Colombia una tercera parte de las empresas que se crean son del sector comercio: venta de productos al por menor y al por mayor (El Tiempo, 2016).

Pero, esta falencia debería ser un llamado de atención no solo a quienes impartan la gerencia en las empresas sino también a los gobiernos de turno, aunque el texto de Drucker (1999) tenga 17 años desde que salió a la luz pública, las palabras del pensador administrativo siguen hoy vigentes y como él lo menciona, las empresas que se dediquen a la producción, administración y análisis de conocimiento tienen una gran ventaja frente a otros sectores.

Además del conocimiento, existe otro valor quizás igual o más importante que puede poseer una empresa y son los empleados, sobre todo aquellos que dominan la información que su entorno le suministra a favor de la empresa en la cual trabajan. Por tal motivo, convertir al empleado en el patrimonio empresarial, no solo es un valor agregado sino el gran desafío de los líderes de las empresas, un desafío que se puede realizar a través de la comunicación organizacional.

Alcanzar dicha meta será la diferencia en el ámbito competitivo empresarial globalmente. Los líderes de las empresas deben lograr que sus empleados además de usar bien el conocimiento y la tecnología de la época presente, se conviertan en empleados productivos por el uso que le dan al conocimiento en pro de los objetivos de la empresa. Lo anterior implica aparte de una gran voluntad de los líderes empresariales, un nuevo esquema organizacional, que a largo plazo generará impacto sobre el sistema económico nacional e internacional.

¿Pero cómo se hace esto? Integrar el conocimiento en las empresas implica en pocas palabras, involucrar a los empleados. La nueva empresa debe crear un valor de credibilidad no solo en la sociedad, sino dentro de sí misma, con sus empleados, y esto se logra por medio de la vinculación activa de estos; hoy en día, esto no es una novedad sino una tendencia, la participación de los empleados es cada vez más activa, a diferencia de las décadas pasadas (Blasco, 2002).

Invertir en los empleados tiene otro impacto positivo, y es que estos son medidos por su capacidad de producción de acuerdo a la forma de que se apropien del conocimiento como se mencionó y no por su edad. Lo anterior, contribuye como responsabilidad social de las empresas, ya que se promueve la vinculación de los adultos mayores que carecen de empleo o que pueden estar próximos a ser retirados de las compañías por su inminente jubilación. A veces parece que las empresas hoy en día desconocen el aporte que puede generar la experiencia a los nuevos retos que le impone la sociedad a las empresas.

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