Endecha Para Dos Veteranos

3º) “Endecha para dos veteranos” (de “Redobles de tambor”)

El último rayo del sol

cae débilmente en el domingo que termina,

aquí en el pavimento, y lanza allá su mirada,

a una sepultura doble recién abierta.

Mirad, la luna sube,

se eleva de oriente la luna redonda de plata,

hermosa sobre los tejados, tétrica, luna fantasma,

luna inmensa y silenciosa.

Veo una triste procesión,

y oigo el sonar de los clarines enérgicos que se acercan,

que inundan las calles de la ciudad,

como con voces, como con lágrimas.

Oigo el redoble de los grandes tambores,

y oigo el zumbido persistente de los tambores pequeños,

y cada uno de los golpes de los grandes tambores convulsivos,

me atraviesa de parte a parte.

Pues traen al hijo con el padre

(cayeron entre los primeros, en el furioso ataque,

los veteranos, el hijo y el padre, cayeron juntos,

y la doble sepultura les aguarda).

Más cerca suenan los clarines,

y los redobles de los tambores son más convulsivos,

y la luz del día se ha desvanecido en la calle,

y la enérgica marcha fúnebre me envuelve.

En el cielo oriental flota

y se mueve, luminoso, el vasto fantasma afligido

(es el gran rostro transparente de una madre,

brillando en el cielo intensamente).

¡Oh, enérgica marcha fúnebre, te amo!

¡Oh, luna inmensa con tu cara de plata, me acaricias y consuelas!

¡Oh, mis dos soldados! ¡Oh, mis veteranos que vais a la sepultura!

Lo que tengo también os doy.

La luna os da luz,

y los clarines y tambores os dan música,

y mi corazón, ¡oh, soldados míos, oh, mis veteranos!

mi corazón os da amor.

1865/1881

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