Recuerdos De Un Veterano
Enviado por tazzita • 21 de Septiembre de 2011 • 1.887 Palabras (8 Páginas) • 2.341 Visitas
RECUERDOS DE UN VETERANO
¡Noche de invierno! Es verdad:
Sopla afuera el cierzo impío;
Algo hay más fiero y más frío:
¡Mi espantosa soledad!
Nunca como en esta vez
Me sentí más abatido;
De los mares del olvido
Es un puerto la vejez.
¡Ochenta años! qué de engaños,
De luchas, de desventuras,
De lágrimas y amarguras,
Caben en tan largos años.
Nací antes del siglo; fué
Mi padre un labriego honrado,
Que, ignorante é ignorado,
Vivió en brazos de la fe.
Hizo el bien, ignoró el mal,
Y su música más sana
Fué la voz de la campana
De su parroquia natal.
Sin deudas ni sinsabores
Dejó el mundo el mismo día
Que con Hidalgo nacía
La Independencia en Dolores.
Mi edad, de glorias avara,
Vio en esa causa una aurora:
Pasó Hidalgo por Zamora
Con rumbo á Guadalajara.
Yo, con doce primaveras,
Fui á presentármele ufano:
— ¿Quieres, me dijo el anciano,
Ser un soldado de veras?
¡Si no puedes, chiquitín,
Con arcabuz ni escopeta! —
— Señor, dadme una corneta,
Comenzaré de clarín. —
¡Oh recuerdo, que seduces!
Fui su clarín, ¿qué más gloria?
¡Yo di el toque de victoria
Sobre el Monte de las Cruces!
Yo, en mi hermosa juventud,
Vi aquella cabeza cana
Fulgurar en la mañana
Que abolió la esclavitud.
Yo anuncié la dispersión
Que tristes memorias deja,
Cuando nos tomó Calleja
El puente de Calderón;
Y después que por malditas
Rencillas lo traicionaron,
¡Yo vi cómo se llevaron
Su cabeza á Granaditas!
Entre penurias y duelos
Que venció mi ardiente fe,
Seis meses después logré
Incorporarme a Morelos.
¡Nadie á este genio conoce!
¡Era de la guerra el rayo!
Dígalo aquel dos de Mayo
De mil ochocientos doce.
En que con heroico pecho,
Al despuntar la mañana,
Seguido de Galeana,
Que fué su brazo derecho,
En Cuautla, con férrea mano,
Rompió, sin temer reveses,
El sitio que por tres meses
Sostuvo á Calleja y Llano.
Aquel esfuerzo viril
Hace ¡oh mundo! que te asombres;
¡Con Morelos tres mil hombres
Vencimos á doce mil!
Lleva el indomable Aquiles
A Huajuápam sus legiones:
Toma catorce cañones
Y mil doscientos fusiles.
Después Tehuacán ataca,
Y, nunca de aliento falto,
Como un león, por asalto
Se apodera de Oaxaca.
¡Semidiós de nuestra historia!
Firme le seguí hasta el fin,
Pues con él fué mi clarín
El clarín de la victoria.
Aquí estás viejo instrumento,
¿Quién al verte te respeta?
Dirán: «es una corneta»
¡Mienten! ¡es un monumento!
Contigo siempre fui en pos
De los héroes a la guerra:
¡Los héroes son de la tierra
Los elegidos de Dios!
Tus breves toques sonoros,
Anunciando fuego ó diana,
Oyeron Bravo, Galeana,
Sesma, Mier y Matamoros.
Cuando á sargento ascendí,
Pude haberte abandonado;
Pero al mirar tu pasado
¡No te entregué, te escondí!
Reliquia de mi existencia,
Todos tus toques benditos
Se apagaban á los gritos
De “¡muerte ó independencia!”
Te guardé.... después los cielos
Su protección nos negaron,
Y de rubor se nublaron
Viendo morir á Morelos.
Mató el gobierno español
A aquel atleta entre atletas,
Quedaron varios planetas,
¡Pero les faltaba el sol!
Joven, patriota y entero,
Seguir quise la campaña
Y fui al Sur, á la montaña,
Con el General Guerrero.
En las Mixtecas con él
Burlamos la adversa suerte....
¡Qué valeroso y qué fuerte
Era el insurgente aquel!
Debajo de la ceniza
Que mi cabeza emblanquece,
Lo busco y se me aparece:
Pelo crespo, tez cobriza.
Ojos negros y profundos,
Gran talla, frente serena;
Su afán, romper la cadena
Que ligaba los dos mundos.
Fué el firme entre los soldados;
Todos desmayado habían;
Con Calleja unos morían,
Otros iban desterrados.
Sólo Guerrero en su ley,
Con su esfuerzo inquebrantable,
Llegó á ser el indomable
Que diera espanto al Virrey.
Nada torció sus anhelos,
Que aquel corazón de bronce
Desde el ochocientos once
Entró á servir con Morelos.
Después solo, en las montañas,
Tenaz la causa sostuvo,
Y veinte triunfos obtuvo
En veinte heroicas campañas.
En todas ellas venció:
Recordarlas me conmueve,
Desde el once al diez y nueve,
A todas asistí yo.
Aquí está; su augusta mano
Me dio en Cuautla este machete,
Diciendo:”Sargento, vete
Por la cabeza de Llano”.
Veloz como un huracán,
En mil lances renombrados,
Temblar hizo á los soldados
De Luces y de Lañán.
Entre nosotros ninguno
Dejó jamás á Guerrero:
Vino en fin el diez de Enero
Del ochocientos veintiuno.
Fecha que el triunfo decide;
A Acatempam nos llevó,
Donde á Guerrero esperó
Don Agustín de Iturbide.
No es mi memoria tan mala
Y vivo guarda el recuerdo,
Pusiéronse ambos de acuerdo
Y se fraguó el plan de Iguala.
Publicado, al mes siguiente,
A Valladolid rendimos,
Luego á Querétaro, y fuimos
A Puebla directamente.
Renace aquí todavía
La emoción santa y sincera,
Que tuve al ver la bandera
De la amada patria mía.
...