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Recuerdos De Un Veterano


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2011  •  1.887 Palabras (8 Páginas)  •  2.325 Visitas

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RECUERDOS DE UN VETERANO

¡Noche de invierno! Es verdad:

Sopla afuera el cierzo impío;

Algo hay más fiero y más frío:

¡Mi espantosa soledad!

Nunca como en esta vez

Me sentí más abatido;

De los mares del olvido

Es un puerto la vejez.

¡Ochenta años! qué de engaños,

De luchas, de desventuras,

De lágrimas y amarguras,

Caben en tan largos años.

Nací antes del siglo; fué

Mi padre un labriego honrado,

Que, ignorante é ignorado,

Vivió en brazos de la fe.

Hizo el bien, ignoró el mal,

Y su música más sana

Fué la voz de la campana

De su parroquia natal.

Sin deudas ni sinsabores

Dejó el mundo el mismo día

Que con Hidalgo nacía

La Independencia en Dolores.

Mi edad, de glorias avara,

Vio en esa causa una aurora:

Pasó Hidalgo por Zamora

Con rumbo á Guadalajara.

Yo, con doce primaveras,

Fui á presentármele ufano:

— ¿Quieres, me dijo el anciano,

Ser un soldado de veras?

¡Si no puedes, chiquitín,

Con arcabuz ni escopeta! —

— Señor, dadme una corneta,

Comenzaré de clarín. —

¡Oh recuerdo, que seduces!

Fui su clarín, ¿qué más gloria?

¡Yo di el toque de victoria

Sobre el Monte de las Cruces!

Yo, en mi hermosa juventud,

Vi aquella cabeza cana

Fulgurar en la mañana

Que abolió la esclavitud.

Yo anuncié la dispersión

Que tristes memorias deja,

Cuando nos tomó Calleja

El puente de Calderón;

Y después que por malditas

Rencillas lo traicionaron,

¡Yo vi cómo se llevaron

Su cabeza á Granaditas!

Entre penurias y duelos

Que venció mi ardiente fe,

Seis meses después logré

Incorporarme a Morelos.

¡Nadie á este genio conoce!

¡Era de la guerra el rayo!

Dígalo aquel dos de Mayo

De mil ochocientos doce.

En que con heroico pecho,

Al despuntar la mañana,

Seguido de Galeana,

Que fué su brazo derecho,

En Cuautla, con férrea mano,

Rompió, sin temer reveses,

El sitio que por tres meses

Sostuvo á Calleja y Llano.

Aquel esfuerzo viril

Hace ¡oh mundo! que te asombres;

¡Con Morelos tres mil hombres

Vencimos á doce mil!

Lleva el indomable Aquiles

A Huajuápam sus legiones:

Toma catorce cañones

Y mil doscientos fusiles.

Después Tehuacán ataca,

Y, nunca de aliento falto,

Como un león, por asalto

Se apodera de Oaxaca.

¡Semidiós de nuestra historia!

Firme le seguí hasta el fin,

Pues con él fué mi clarín

El clarín de la victoria.

Aquí estás viejo instrumento,

¿Quién al verte te respeta?

Dirán: «es una corneta»

¡Mienten! ¡es un monumento!

Contigo siempre fui en pos

De los héroes a la guerra:

¡Los héroes son de la tierra

Los elegidos de Dios!

Tus breves toques sonoros,

Anunciando fuego ó diana,

Oyeron Bravo, Galeana,

Sesma, Mier y Matamoros.

Cuando á sargento ascendí,

Pude haberte abandonado;

Pero al mirar tu pasado

¡No te entregué, te escondí!

Reliquia de mi existencia,

Todos tus toques benditos

Se apagaban á los gritos

De “¡muerte ó independencia!”

Te guardé.... después los cielos

Su protección nos negaron,

Y de rubor se nublaron

Viendo morir á Morelos.

Mató el gobierno español

A aquel atleta entre atletas,

Quedaron varios planetas,

¡Pero les faltaba el sol!

Joven, patriota y entero,

Seguir quise la campaña

Y fui al Sur, á la montaña,

Con el General Guerrero.

En las Mixtecas con él

Burlamos la adversa suerte....

¡Qué valeroso y qué fuerte

Era el insurgente aquel!

Debajo de la ceniza

Que mi cabeza emblanquece,

Lo busco y se me aparece:

Pelo crespo, tez cobriza.

Ojos negros y profundos,

Gran talla, frente serena;

Su afán, romper la cadena

Que ligaba los dos mundos.

Fué el firme entre los soldados;

Todos desmayado habían;

Con Calleja unos morían,

Otros iban desterrados.

Sólo Guerrero en su ley,

Con su esfuerzo inquebrantable,

Llegó á ser el indomable

Que diera espanto al Virrey.

Nada torció sus anhelos,

Que aquel corazón de bronce

Desde el ochocientos once

Entró á servir con Morelos.

Después solo, en las montañas,

Tenaz la causa sostuvo,

Y veinte triunfos obtuvo

En veinte heroicas campañas.

En todas ellas venció:

Recordarlas me conmueve,

Desde el once al diez y nueve,

A todas asistí yo.

Aquí está; su augusta mano

Me dio en Cuautla este machete,

Diciendo:”Sargento, vete

Por la cabeza de Llano”.

Veloz como un huracán,

En mil lances renombrados,

Temblar hizo á los soldados

De Luces y de Lañán.

Entre nosotros ninguno

Dejó jamás á Guerrero:

Vino en fin el diez de Enero

Del ochocientos veintiuno.

Fecha que el triunfo decide;

A Acatempam nos llevó,

Donde á Guerrero esperó

Don Agustín de Iturbide.

No es mi memoria tan mala

Y vivo guarda el recuerdo,

Pusiéronse ambos de acuerdo

Y se fraguó el plan de Iguala.

Publicado, al mes siguiente,

A Valladolid rendimos,

Luego á Querétaro, y fuimos

A Puebla directamente.

Renace aquí todavía

La emoción santa y sincera,

Que tuve al ver la bandera

De la amada patria mía.

...

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