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Increíbles recuerdos


Enviado por   •  2 de Octubre de 2011  •  Monografía  •  11.302 Palabras (46 Páginas)  •  707 Visitas

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Increíbles recuerdos llegaron a mi mente, cuando me recordé en el salón de química, pase la mirada por todos lados....me quede dormida....todavía podía sentir el hilito de saliva en la comisura de mis labios, mi cabello totalmente hecho un desastre y mis ojos... como si los hubieran pegado con pegamento, lance un sonoro suspiro, los de alrededor voltearon a verme, entre ellos unos intrépidos ojos ámbar verdusco, interesantes y juguetones, acompañados de una tosca sonrisa y el moveo de su nariz, sonrió y pregunto:

-¿Me juntas en tu equipo de química?- al terminar tomo su cuaderno y lo guardo con firmeza en su mochila.

Nada me pasaba por la mente, dirigí mi mirada apresurada hacia el pizarrón donde yacía la información, tendríamos que hacer un proyecto libre, algo sobre química claro, fije mi vista hacia ese amanecer verde, como me encantaban esos ojos.

Con la garganta seca debido a que no había tomado agua, le conteste secamente -Claro- fueron mis últimas palabras antes de dirigirme con la maestra a que me revisara los trabajos.

¿Porque me seguía con la mirada ese tal Max? me movía y me seguía, me miraba con tanta emoción contenida, se le notaba en el rostro, una cara admirable ponía.

A pocos pasos llegue con la maestra que rápidamente me quito el cuaderno de las manos, la deje, tenia ordenados todos los trabajos, mire nuevamente aquellos ojos y analice más profundamente su cuerpo; Ese rostro maduro, esos pómulos marcados, aquel corto pelo negro-café, aquella ancha espalda, esos brazos marcando musculo y sus torneadas piernas, es un poco más bajo que nuestros demás compañeros, pero un tremendo demonio cuando se lo proponía.

Sonó el timbre, tome mi libreta, agarre mi mochila y espere a que Sara y Amelie también tomaran sus cosas para marcharnos a clases.

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La hora de receso se había acercado, tome mi sándwich y mi jugo que probablemente Sara me lo quitaría, pero yo le quitaría sus galletas; camine junto a ellas platicando el chisme más reciente, sonreían y reían al igual que yo, mi pie se doblo por un instante, una piedra se metió en mi camino, mi cuerpo sutilmente se iba a estrellar contra el suelo, cerré los ojos, ya esperaba el golpe...... no fue así.... sentí un calor abrazador subira mis mejillas, alguien había detenido mi caída, pero había puesto una de sus manos en mi pecho, roja estaba, los latidos de mi corazón hacían que no escuchara nada además de mi respiración agitada, alce la cabeza y nuevamente esos ojos, aquellos labios pronunciaron una palabras que no pude escuchar, fui parándome poco a poco, dándome la vuelta lentamente, puse mi mano alrededor desu cuello, me fui acercando pausadamente a su rostro.....

-¡¡Natalie!! ¡¿Estás bien?!- Se oyó un grito, me solté y él me soltó y caí al suelo, apenada.... ¿Que había estado a punto de hacer?...todavía en mi nariz estaba esa colonia de ese hombre dulce y varonil.

Nuevamente mis ojos fueron imanes para sus ojos, me miro con sorpresa y se alejo con paso apresurado mientras que Sara y Amelie estaban expectantes de aquel espectáculo.

-¡¡Que roja estas!! ¡¡Peor que un tomate!! ¡¡Jajajaja!!- Me pusieron las dos de pie mientras que yo le daba una patada a Sara por pronunciar esas palabras.

Corrí al salón, quería estar simplemente sola para que se fuera ese color de mi cara.

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Los días pasaron y la fecha de entrega estaba próxima y yo no tenía ganas de hacer nada, ¿Qué podríamos hacer? ya se me ocurriría algo...., oigo el tintineo de unos nudillos contra la puerta, baje apresurada por las escaleras, y abrí con alegría la puerta, tal vez sería mama....

Totalmente equivocada estaba, no era mi madre, era ese hombre de aquella espalda ancha y ojos.... me maldecí eternamente, de seguro mi cara ya estaba peor que roja que un tomate...

Tome la puerta y pretendí cerrarla con todas mis fuerzas, pero una mano la detuvo...

-Si no quieres verme está bien pero tenemos que hacer el proyecto- trague en seco, me deslice por la puerta, cerré la casa y me recargue en esta.

-No es eso, solo que.....

-No intentes evitar lo inevitable Natalie...- acerco su rostro al mío y me dio un beso corto, puro y húmedo.

Se separo rápidamente y salió corriendo hacia un volvo plateado estacionado cerca de mi casa, abrió la puerta, entro, prendió el motor y me miro con aquella mirada de pasión.

Partió, mi corazón estaba a punto de estallar en mi pecho, deslizándome hasta llegar al suelo por el filo de la puerta, muda y estática..... Ese sería el primer día donde mis labios desearan los de él.

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Intente pensar que era un sueño de mala fama, cerré los ojos y los abría y repetía esa acción hasta cansarme.... solo sirvió para darme cuenta que solo era la cruel y hermosa realidad.

Simplemente eso había cambiado cada uno de mis sentidos, ya había experimentado otros besos y mejores, pero ese beso fue tan......apasionante y húmedo.... me reprendí mentalmente, debería dejar de pensar en eso si no quería morir de un ataque al corazón.

Llegue en un día normal, pero yo no estaba normal, parecía nerviosa, ¿¿Parecía?? , estaba nerviosa, no quería encontrarme con esos ojos.

Amelie saludo desde la esquina del salón de español, Sara estaba acostada sobre la paleta de la banca, como de costumbre, las salude y no pude evitar mirar por todo el salón para ver si estaba "el".

-¿A quién buscas, he?- Dijo Sara calmada y con la cara de dormida, le negué con la cabeza, alzo las cejas.... no me creyó.

Se oye un azote hacia la puerta de fierro del salón, ahí seve a Max enojado, ¿¿Enojado?? , furioso, se sentó en la banca más cercana a la puerta, aventó su mochila y detuvo sus ojos en Sara, ella los noto y se sobresalto.

La maestra llego a el salón, nos dio clase, mantenía la mirada fija hacia él, seguía enojado, se dio cuenta de mi mirada y me la correspondió, en una abrazante y sofocante mirada, me quede helada, intente concentrarme en el trabajo y así trate, pero el seguía con su mirada quemadora.

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