Ensayo Julieta Marques De Sade
Enviado por Franz1989 • 5 de Diciembre de 2014 • 1.303 Palabras (6 Páginas) • 1.096 Visitas
ENSAYO A “JULIETA Y EL VICIO ALTAMENTE RECOMPENSADO”
Una de las figuras literarias más controversiales, por su talento, erudición, y principalmente por el universo planteado en su obra, fue sin duda, Donatien Alphonse Françoise de Sade o mejor conocido como el “Marqués de Sade”. El motivo de la denominación controversial a la que es acreedor, es debido al contenido explícito que expone en sus múltiples escritos, mismo que ha sido desde sus tiempos juzgado por la sociedad, sobre todo por aquellas esferas en que impacta gravemente con un recelo severo. La cultura de cada sociedad, los convencionalismos que privan las conductas meramente “naturales” del ser humano, así como la disfuncionalidad del recato, el deber, y la virtud en un mundo operado por los deseos carnales; son bosquejos que maneja a lo largo de sus novelas como una proyección que demanda justicia a lo que la materia es por inherencia. Su esencia y propósitos igualmente van sujetos de una serie de antítesis que se oponen al estilo de vida reprimido —perspectiva de Sade en la sociedad de su tiempo—, contra el cuál transgrede además de algunas novelas y obras de teatro, en ambas obras hermanas “Justina” y “Julieta”. En este ensayo habré de abordar el entorno que contextualiza el escritor francés en esta última con detalles que van desde lo impúdico hasta lo verdaderamente grotesco y blasfemo.
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La virtud, en la obra de Sade, no encuentra cabida. Se le muestra como el lado vulnerable dentro de la sociedad. Puede ser allanada, minada con múltiples agravios y aunque la voluntad de los que padezcan aquellas desventuras sea inquebrantable, no evitarán que la fortuna les recompense siempre de la misma manera. Por otro lado, la cara antagónica; el vicio, es la llave de este mundo. Los placeres terrenos, los ultrajes a fin de conseguir bienestar y riqueza es lo que funciona. La virtud no sirve para ello. Son esta serie de silogismos los que crean el universo de “Juliette”.
A los siete años de edad, Julieta ya tenía los primeros espasmos de lo que sería su realidad, placeres que aunarían en ella como un medio para conseguir lo que anhelase. Existen algunas teorías que exponen la situación que provoca la demandante necesidad de satisfacción de la líbido y las diversas maneras que ésta puede ser satisfecha. En uno de los ensayos para una “Teoría sexual” del psicoanalista, Sigmund Freud, expresa que el instinto sexual “falta en absoluto” durante la infancia, etapa en la que la protagonista afronta un verdor y astucia suspicaz que se desarrolla comúnmente hasta la pubertad donde el instinto, esta vez, es parte fundamental del desarrollo normal. El entorno de Julieta, en Panthémont, permite, o mejor dicho, procrea una “inversión” en sus inclinaciones al verse rodeada solo de mujeres. De esta manera, Julieta empieza a encontrar en sus compañeras el “objeto amoroso” más asequible hasta entonces.
Hasta este punto, Julieta se ha iniciado en el mundo de la lujuria con una precocidad “exclusiva” —como el mismo autor le denomina—, y una serie de sofismas que le fueron inculcados por la abadesa Delbéne en el convento. Su conducta cambiará al salir del resguardo de los monjes y descubrirá todo tipo de vejaciones a las que será sometida —no sin ser retribuida sobremanera— hasta llegar a un “individualismo igualitario” en el que según Sade, “el hombre tiene derecho a poseer al prójimo para gozar y satisfacer sus deseos”. Siguiendo esta premisa, se trata de una reducción de la individualidad del ser humano a la de un simple objeto, una “herramienta”, como dijera la Clairwil a Julieta. Antes de humillar, golpear y acribillar —e incluso dar muerte— a un grupo de doncellas (sus compañeras de juego): “…los hombres son instrumentos y deben usarse como tales; no hay que amarlos ni aborrecerlos…”. La igualdad del individuo de la que habla Sade, esta claramente evidenciada en este fragmento. Ser iguales
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