Ensayo Los cuatro acuerdos – Don Miguel Ruiz

Gerardo Castro Hernández

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Los cuatro acuerdos – Don Miguel Ruiz

El ser humano sueña todo el tiempo sueña sin tener conciencia, incluso aun estando despierto y cada uno tiene su sueño personal donde cada sueño es regido por reglas, miedos constantes creencias y volviéndose una pesadilla sin fin pero a pesar de eso podemos disfrutar de un sueño agradable todos buscamos la verdad, la justicia y la belleza y solo hemos almacenado lo malo en nuestra mentees como si viviéramos en una bruma una bruma que no nos deja ver mas allá de nuestras propias narices que ni tan siquiera es real es un sueño que nosotros mismos nos estamos imponiendo a lo cual los toltecas llamaron “Mitote”.

Con el pasar de los años nos vamos adaptando y creyendo lo que los demás piensan de nosotros, de como deberíamos ser para que los demás nos acepten y seamos algo así como una persona ejemplar sin pensar siquiera en que esa persona ejemplar no nos llena, no nos satisface o como lo podría mencionar una amiga mia después de que somos eso que los demás querían que pasa, se supone que deberíamos ser felices pero no es así, las otras persona que querían que fuéramos así puede que este satisfechas o incluso peor que ni siquiera lo noten después de todo mencionando que era nuestra obligación o que así es como deben ser las cosas , pero y nuestro pensar lo que nosotros queríamos y es mas es así como queríamos terminar o estar.

Bajo esa premisa nunca estaremos felices, nunca estaremos a gusto, nunca estaremos satisfechos, nos rechazaremos a nosotros mismos y empezaremos a seguir la cadena siguiendo la cadena sin fin empezando a juzgar a nuestro cercanos.

Según el libor con cuatro acuerdos sencillos, Don Miguel Ruiz intentara explicar a su manera la forma de superar las creencias que nos limitan en nuestro interior para alcanzar un equilibrio que nos lleve a la felicidad y entendernos.

Habla de la “domesticación de los seres humanos”. De niños nadie tuvo la posibilidad de elegir en qué creer, pero estuvimos de acuerdo con la información tuvimos fe en esa información que otros seres humanos cercanos a nosotros nos transmitieron. La lengua, la religión o los valores morales.

Apoyándose de las creencias toltecas, Ruiz invita a llevar a la práctica estos cuatro acuerdos para conseguir la libertad emocional.

Primer acuerdo – Honra tus palabras

Este parece muy simple pero conforme uno va creciendo nos vamos dando cuenta de cuanto afecta a todos los demás más allá del idioma o el dialecto que hablemos, las palabras y el modo en que las usamos indican nuestras intenciones por que según mi experiencia no solo importa el como tus hablas si no como el otro las recibe por que por mas que tu estes de buenas hables de manera correcta amable, nuestras ideas y nuestra forma de ser no sabes que actitud tendrá la otra persona y como recibirá tus palabras o con que animo te escuchara.

A lo cual Ruiz plantea “sé impecable con tus palabras” yo agregaría “sé impecable y cuidadoso con tus palabras”.

Tienen fuerza propia porque a partir de ellas se construye nuestra tu vida. Puedes influir en tu entorno y en los que te rodean desde crearles o hacerles un bien simple hasta cambiarles por completo su vida.

Sin embargo tienen doble filo. Dependiendo de cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán. Con el uso erróneo nos  podríamos perjudicar en un futuro o incluso a otros, hiriéndonos, generando odio y rencor.

¿Cuál es el primer paso para solucionar eso? Ser impecable y cuidadoso con tus palabras no utilizarlas contra ti mismo. Se trata de tener amor propio y respeto a los demás. Cambiará el miedo por el amor. Expresarás ese amor en relación con tu entorno y serás impecable con tus palabras. Puede que se vuelve recíproco: Si amas, te amarán.

En alguna parte de este acuerdo menciona el chisme a lo cual lo describen como si fuera un virus informático lo cual afecta a todo lo que toca o en este caso al que se entera a lo cual yo menciono el chisme o los chismes en la sociedad son el cáncer ya que lo único que hacen es afectar confundir o dar falsas alegrías.

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