Ensayo de la fiebre del oro, fiebre de la plata

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       República Bolivariana de Venezuela

                       Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas UNEXCA

                                 Cátedra: Formación Socio Critica

                                         Sección 302-41

Ensayo de la fiebre del oro, fiebre de la plata

Profesor:        Integrantes:                                                       Gilver José                                                          Villasmil, Johan C.I N°  14.525.299

Caracas, 08 de Marzo de 2022[pic 2]

El libro que se procede a leer, habla sobre el inicio de la maldición de un continente, no uno cualquiera sino en el que habita el americano. Habla sobre como la riqueza de la tierra  en América Latina, ha sido una maldición para los ciudadanos que habitan en ella, en vez de bañarse en sus bondades naturales, solo ha servido para que sean los lacayos de los pueblos con poder, con dinero que una vez llegaron a esta tierra con la cabeza baja buscando oportunidades y al poco tiempo se sublevaron en  prepotencia y altanería sometiendo con su dinero y negociación a un pueblo que solo soñaba con tener comodidades, trabajar para un futuro, comer de sus cosechas y vivir plenamente como lo imaginaba.

Una imaginación que fue arrebatada como una cachetada que se le da a un niño, donde un día se vio a un espejo y descubrió que se encontraba sin nombre, sin apellido, sin un techo donde acobijarse de la fría realidad, así es como inicio el Latinoamericano, a pesar de que han pasado siglos desde nos visitaron sin retorno los extranjeros, la situación no ha cambiado mucho, solo que ha sido más llevadera por decirlo así.

Según Galeano (1971),” Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno” (pág.16). Cuando se leen estas líneas la mente viaja automáticamente al pasado a como se inicio todo, pero lo que se debe de notar es que estas líneas están atadas al tiempo, tiempo que ha pasado pero no ha cambiado sus orígenes, ya que se siguen cargando las viejas costumbres, se creen en las viejas promesas y de esta manera se sigue entregando a manos llenas las riquezas naturales y no naturales de la tierra. No solo cuidándose de los extranjeros sino de su misma sangre, sus mismas raíces, los que se autoproclamaron americanos, seres con unas garras tan largas como las de un gavilán, estas hienas extranjeras siempre se encuentran a la espera de cualquier equivocación para tomar tierras, frutos, riquezas y hasta mujeres, dejando desolación y ruina  a su paso.

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