Ensayo:literatura Fantastica
Enviado por trebU • 23 de Junio de 2013 • 1.430 Palabras (6 Páginas) • 899 Visitas
Ante el obvio cuestionamiento[1] acerca de los aspectos más representativos y fundamentales de aquel difuso género literario en el que se agrupan las narrativas “fantásticas”, pretendo delinear aquí de manera, al menos general, aquellas características que me parecen han sido—y siguen siendo—más prominentes en la creación fantástica, tanto pasada, presente como futura.
Para empezar, es evidente la necesidad de establecer parámetros generales en los cuáles enmarcarse para comenzar esta discusión. En ese sentido, la Literatura Fantástica viene a comprender en mi opinión, como género, aquellas narrativas que se distinguen por cierto acercamiento particular hacia la problemática de cómo llevar a cabo su correspondiente Arte Ficcional. Así pues, mientras que la literatura de ficción de corte más “realista” responde a tal cuestionamiento por medio de una aceptación de esta realidad como base y sustento de la obra que crea—es decir, elige dar un status de Realidad Primaria (y por tanto, Verdadera) a la realidad presente, a partir de la cual extrapolar/inferir otras realidades posibles (o sea, ficcionales)—la ficción fantástica se desliga de tal suposición y elige, en cambio, asumir cierta especie de escepticismo fenomenológico ante la supuesta naturaleza verdadera, sólida y única en esencia de la realidad presente. Este escepticismo lleva a este tipo de literatura por un predecible camino de cuestionamiento que, aunque no filosófico ni moral en principio (cf. secciones posteriores de esta discusión), termina proponiendo ciertas preguntas acerca del origen del Mundo presente, sentido de la Existencia—tanto del Mundo en general como de la raza humana en particular—, y resolución de ciertas dicotomías fundamentales—como por ejemplo la que incluye al Bien y al Mal.
A partir de los parámetros propuestos anteriormente mencionados, hay varios hechos de la historia de la literatura fantástica que pueden explicarse con relativa certeza. En primer lugar, la profunda conexión entre las narrativas fantásticas y aquéllas que se han denominado de corte mitológico. En este sentido, la literatura fantástica como fenómeno moderno—es decir, posterior a la invención de la imprenta, que da origen a la literatura masiva, secular y ficcional actual—funciona como fuente mitológica—primeramente secundaria—y, a posteriori, incluso se presentará como alternativa a la fuente mitológica primaria; es decir, el fenómeno religioso en su totalidad. Así, a pesar de que no me parece que la intención de la literatura fantástica sea suplantar a la religión en su labor explicativa de la fundación de la realidad presente, es innegable su tendencia a presentar narrativas acerca del origen del Hombre y el Mundo. En este caso es importante destacar que aunque tales narrativas puedan estar situadas en realidades ficcionales, su impacto valórico y discursivo en la apreciación de la realidad actual es cierto. Un corolario de esta inferencia es que podemos considerar a la mitología como proto-ficción fantástica. Este parentesco literario va incluso más allá de la temática mencionada anteriormente, puesto que se comprueba en tanto el estilo como el tono, congruentes en ambas categorías.
Así pues, la Literatura Fantástica no se aleja en verdad de la realidad por un propósito de mero escape[2]; por el contrario, se aleja de su objeto de estudio—es decir, el Hombre y el Mundo que lo rodea—para poder determinar con mayor objetividad, por así decirlo, la verdad tras ambos fenómenos. En este sentido, esto parece explicar la profusión de criaturas—supuestamente desaparecidas, originarias e incluso anteriores a la Humanidad—que llenan las páginas de la Ficción Fantástica. Elfos, Enanos, Hadas, Dríades, Faunos y Melnibonéses—sólo por mencionar algunos—juegan, entonces, un rol fundamental en la explicación que la Literatura Fantástica ofrece acerca del Hombre y su relación con el Mundo desde una perspectiva pre-humana—o paralela a la humana. En este sentido, son más bien alternativas de respuestas que no invalidan los supuestos de la realidad con respecto a estos temas y pueden incluso a veces emerger como validaciones de profundo significado de las mismas.[3] Incluso, en las obvias diferencias—siempre de corte más bien espiritual/filosófico/fisiológico que simplemente físico—existentes entre las criaturas y los Hombres, aparece una (re-)valoración de la existencia humana y sus grandes misterios. Estas criaturas observan al Hombre desde su particular perspectiva y se fascinan ante el Poder que tenemos en nuestras manos—a pesar de nuestra propia (e innata, dirían algunos) ignorancia acerca de él. Nuestra (relativa) fragilidad—profundamente simbolizada en nuestra Mortalidad—es motivo de explicación constante para la Literatura de corte Fantástico aquí analizada.
Ahora, en tanto Fantástica, este tipo de Literatura
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