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Enviado por dileniapc05 • 5 de Junio de 2015 • 5.345 Palabras (22 Páginas) • 116 Visitas
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Los cambios demográficos que se han producido en Europa son evidentes y están bien documentados. Hoy en día nacen menos niños de los que nacían hace veinte años y las personas vivimos cada vez más. Ambas tendencias dan lugar a un proceso conocido como envejecimiento de la población. Este proceso, por su parte, tiene consecuencias socioeconómicas difíciles de entender. En este artículo describo el proceso demográfico que causa el envejecimiento y estudio las consecuencias socioeconómicas que origina.
En la última sección analizo con mayor detalle las consecuencias socioeconómicas del envejecimiento y estudio algunas de las posibles vías de reforma del actual modelo de bienestar. Las consecuencias socioeconómicas del envejecimiento tienen implicaciones de largo alcance para el rendimiento económico de un país y son capaces de cambiar de múltiples formas su posición en la economía mundial. Si en el futuro se pasan por alto estos problemas y se evita adoptar reformas, se podrían impedir el crecimiento económico y la productividad. Todos los países europeos hacen frente al mismo dilema. Ante esta situación, tratar los problemas relacionados con el envejecimiento se convierte en un todo un desafío. El país que logre resolver los problemas socioeconómicos derivados del envejecimiento podrá entrar en el periodo del post-envejecimiento con una postura más robusta y con un mejor potencial de crecimiento económico que aquéllos que no lo logren. Me voy a centrar pricipalemente en el caso de España, sobre todo a la hora de ilustrar con ejemplos. Sin embargo, los problemas tratados tienen implicaciones más amplias, por lo que muchas de las sugerencias pueden ser relevantes también para otros países europeos.
El proceso del envejecimiento y las consecuencias demográficas
El proceso del envejecimiento experimentado por los países europeos responde a dos tendencias demográficas: una prolongación de la esperanza de vida y un descenso de la natalidad[1]. La prolongación de la esperanza de vida significa simplemente que la gente vive más tiempo. La esperanza de vida de los europeos ha aumentado a un ritmo estable desde el final de la Segunda Guerra mundial. En el periodo comprendido entre 1975 y1998, la esperanza de vida al nacer de los españoles aumentó en 2,8 meses al año, pasando de 73,34 a 78,71 años (las cifras incluyen ambos sexos). Lo que no queda tan claro es que a medida que aumenta la esperanza de vida, la estructura de la población cambia. El aumento en la esperanza de vida de 73 a 79 años significa que en la actualidad hay muchas más personas con 79 años que antes. En otras palabras, la población envejece.
La tasa de natalidad de Europa empezó a descender en la década de 1960. Para ofrecer un ejemplo gráfico de la importancia que tiene este descenso, vamos a analizar el caso de España. En 1976, en España nacieron 707.498 niños. En 2001, el número de nacimientos fue de 409.857. Aunque el caso de España es extremo, todos los países europeos han experimentado un descenso de la fecundidad que se sitúa muy por debajo del nivel de renovación (2,1 niños por mujer), con un valor promedio de 1,5. Cuando la fecundidad disminuye, cada año nacen menos niños, lo que da lugar a que el promedio de edad de la población aumente y, con ello, que la población envejezca. Más aún, cuando ambas tendencias están presentes, el proceso de envejecimiento acelera su ritmo y su acción es más amplia que cuando únicamente se da una de ellas . En Europa, ambas tendencias están presentes desde finales de la década de los sesenta. Como resultado, muchos países europeos están experimentando un “rápido envejecimiento” de su población (véase Kim y Schoen 1997).
Lo más curioso acerca del envejecimiento es que, aunque el descenso en la fecundidad y la prolongación de la esperanza de vida producen el mismo resultado, las implicaciones estructurales de ambos procesos son muy distintas.
La forma más superficial de explicar los mecanismos de la prolongación de la esperanza de vida es que una persona cualquiera, nacida en un país en el que ésta aumenta, puede morir más tarde de lo que se calculó en el momento de su nacimiento. Es decir, la prolongación de la esperanza de vida se utiliza en el momento en que mueren las personas. Esto significa que el número de personas comprendidas en grupos de edad más jóvenes será prácticamente el mismo, sea cual sea la prolongación de la esperanza de vida en un periodo dado[2].
El descenso de fecundidad es más engorroso y sus impactos sobre la población son mucho más amplios. Por ejemplo, si el número de nacimientos registrado en una población desciende de 100 en el año X a 50 en el año Y, esto significa que en el año Y habrá 50 personas menos que en el año X. Asimismo, implica que en el año Z habrá 50 personas menoresde un año que en el año anterior (Y). Un año más tarde, habrá 50 personas menos con un año de edad y, así consecutivamente,con el envejecimiento de esas personas, el conjunto de la población envejecerá. Un descenso en la fecundidad trae como consecuencia un déficit relativo de población en los gruposde edad afectados, que desaparece una vez que estos abandonan la población al final de sus vidas. Si el cambio en el número de nacimientos es temporal y recupera rápidamente los valores anteriores, no existirá ningún motivo de preocupación. Sin embargo, cuando el descenso es duradero afectará a generaciones enteras más que a grupos de edades concretos.
El descenso de la fecundidad en Europa es conocido desde hace tiempo (véase el gráfico 2). Dicho descenso está cambiando la composición de la población de diferentes formas. Para ilustrar la manera en que afecta a la población, vamos a tener en cuenta la dimensión de la mano de obra potencial de España.
Gráfico 1 – Diferencia entre el número de personas que vayan a cumplir 26 y 65 años, 1970-2040
(Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Madrid)
En el gráfico 1 se compara el número de personas que cumplirán 26 años con el número de personas que cumplirán 65 para el periodo comprendido entre 1970 y 2040. Como resultado, tenemos un gráfico en el que se muestra el crecimiento neto de la mano de obra potencial en España. Tal y como muestra el gráfico, entre 1970 y 2003, el número de personas que cumplirán 26 años supera en aproximadamente 250.000 al de personas que cumplan 65. Debido a los bajos niveles de fecundidad registrados en España durante los últimos veinticinco años, el aumento de la población activa se está viendo mucho más debilitado. Aproximadamente a partir de 2015, la mano de obra potencial empezará a contraerse. Para 2025, la
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