Ghost Girl, Loca Por Amor
Enviado por chakogrape • 30 de Mayo de 2013 • 411 Palabras (2 Páginas) • 494 Visitas
Scarlet Kensington sabía muy bien lo que la aguardaba cuando franqueó la
entrada de Hawthorne High y se vio embargada, de pronto, por un aroma floral
nauseabundo y dulzón: el mismo que sólo se percibe en la habitación de un hospital
o en el tanatorio.
—San Valentín —suspiró, en parte de alivio, en parte de temor.
Conforme se dirigía a la taquilla, no pudo zafarse de la fragancia lacrimógena que
emanaba de las mesas de la cafetería, devenidas ahora en tenderetes de flores
apostados cual garitas militares en cada pasillo, en cada rincón, en cada resquicio.
Los alumnos vendían «amor» por ramos. El hecho de que la finalidad de todo aquel
montaje fuese la recaudación de fondos era lo único que hacía algo más pasable tanto
mercadeo.
Ellas guardaban cola y compraban las rosas blancas para regalar a sus amigas, y
ellos se hacían con las de color rosa, más que nada a fin de no exponerse demasiado
ante sus destinatarias o, mejor dicho, ante sus «colegas». Las de este color venían a
ser para ellos poco más o menos que un sustituto de las acostumbradas y rancias
rosas rojas. Exceptuándose, claro está, el ramillete de chicos chapados a la antigua y
matriculados en la rama de empresariales, porque a decir verdad las rosas rojas
parecían ya ligadas de forma indisoluble a los anillos de graduación y broches de
pedida.
Antes que una festividad, San Valentín se había convertido en algo así como otra
temporada más, y, al igual que Navidad o Halloween, parecía adelantarse más y más
con cada año que pasaba. Hasta ahora, Scarlet había optado por ignorar la
celebración, que consideraba una más de las irritantes y exacerbadas engañifas del
marketing. Ni ella ni su novio, Damen, necesitaban un día señalado para declararse
su amor e intercambiar tarjetas o cualquier fruslería, al menos eso había pensado ella
siempre.
Con todo, sus enconados sentimientos hacia la celebración eran ahora más tenues.
Incluso el aroma a flores baratas le resultaba algo menos ofensivo este año. Se trataba
de una costumbre adorable, después de todo, y muy a su pesar había acabado por
reconocerle cierto mérito. Hasta se sentía dolida, aunque poco, todo hay que decirlo,
por el hecho de que Damen no tuviese intención de abandonar la universidad para
pasar unos días con ella, pero este año Scarlet tenía otra razón para participar en
aquella celebración del amor.
Fuere como fuere, tras un largo día saturado de chicas que gritaban de emoción, se
abrazaban a sus amigas con ataques de risa tonta, o se encerraban a llorar en el aseo,
Scarlet estaba dispuesta a afrontar la última clase de la jornada. Embutió sus cosas en
...