Grandes tragedias de Shakespeare, Macbeth

De entre todas las grandes tragedias de Shakespeare, Macbeth ha pasado a la posteridad como una de las más perfectas, junto a Otelo, Hamlet y El Rey Lear. Escrita hacia 1606, para agasajar a Jacobo I, recién nombrado Rey de Inglaterra y que, hasta entonces, lo había sido de Escocia,la fuerza dramática de la pieza es extraordinaria y el componente trágico impresionante. Macbeth, una de una de las mayores tragedias de la literatura universal, es el drama de la ambición política sin lìmites . El protagonista es el oportunista que no duda en traicionar y asesinar para lograr el poder absoluto. Pero, si éste es perverso, no es menos siniestra su esposa, que no duda en alentarlo en sus malèvolos planes cuando se muestra arrepentido, aunque por fin, los remordimientos terminen aniquilándola. De regreso de la batalla, victoriosos de la batalla, Macbeth y Banquo, dos generales del ejército del Rey Duncan, se encuentran con tres brujas que les presagian que el primero llegará a ser rey y que los hijos del segundo heredarán el trono. Al llegar a sus tierras, Macbeth le comenta a su esposa lo ocurrido y entre ambos se `ponen de acuerdo para planear terminar con la vida del rey. La oportunidad se presenta inmejorable cuando éste al visitarles en su castillo deciden perpetrar el magnicidio.Convencido que los hijos de Ba<nquo usurparan el trono, ya convertido en rey decide ejecutarlos también, al igual que a la familia Macduff, de la cual las brujas le habían prevenido en un nuevo encuentro que se cuidase. Finalmente, los enemigos de Macbeth se unen para destronarlo, con ayuda del ejército inglés. El argumento de la obra de Shakeaspeare cautiva al espectador, y alcanza niveles de expectación tanto o más que la mejor película de intriga y acción. Lo mas valioso den la obra, entre tantísimas otras cosas resultan ser las reflexiones de Macbeth y su esposa respectos de sus actos y, aún más que éstas, los distintos estados de ánimo por los que atraviesan, desde la euforia y el optimismo por disfrutar del poder tan injustamente logrado hasta los desasosiegos producto de su remordimiento de conciencia. Asì, de este modo, el espectador de la obra presencia como Macbeth contempla aterrado, como si se tratara de otra persona, sus propias infamias. Esa perspectiva de observar como una mente esclarecida y perspicaz consuma esas monstruosidades perturba de forma profunda. Realmente pocos como Shakespeare han sabido interpretar las honduras psíquicas de un hombre malévolo y avieso. Macbeth corresponde al grupo de las obras escritas en la época de madurez del dramaturgo, a las obras oscuras de su enjundia. Atrás habían quedado por entonces, obras del tipo de, Sueño de una noche de verano, Mucho ruido y pocas nueces o El mercader de Venecia. Algo ocurrió en la vida del escritor en esos años que tiñó toda su producción de oscuridad, a la vez que de insondables rimbombancias. Hay un gran acierto en la verosimilitud de esta

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