HIPOCAMPO DE ORO
Enviado por Alesimond • 12 de Diciembre de 2014 • 471 Palabras (2 Páginas) • 971 Visitas
“EL HIPOCAMPO DE ORO”
El hipocampo de oro es un cuento del escritor peruano Abraham Valdelomar, es uno de los más logrados cuentos fantásticos del autor. Publicado por primera vez en 1920 en la revista Stylo, Nº 1, en 1920, como una obra póstuma del escritor, fallecido el año anterior. Tiene sin embargo un antecedente, lo que se llama un antetexto, titulado «El príncipe Durazno», que fue publicado en la revista Variedades, en octubre de 1919, es decir, poco antes de la muerte de Valdelomar.
Está ambientado en una aldea de pescadores indígenas, la playa adyacente y un bosque lejano. Se inspira sin duda en el ambiente en que el que Valdelomar vivió su niñez en la ciudad de Pisco, con su vecina caleta de San Andrés de los pescadores.
Estructura
El cuento está dividido en seis bloques o capítulos cortos, numerados con dígitos romanos.
I.- Comienza presentando a la señora Glicina, una mujer blanca que vivía en un aldea de indígenas, y que tenía una tortuga.
II.- Se hace una descripción física de Glicina; según el narrador, tenía una belleza en proceso de perfección.
III.- Se resalta el hecho que la señora Glicina era viuda y estéril. Cierta vez se aloja en su casa un navegante con figura de príncipe con quien tuvo un fugaz amorío; éste parte pronto en su nave y desde entonces la señora Glicina es conocida como la viuda de la aldea.
IV.- Tiempo después de su encuentro amoroso, Glicina se encamina por la orilla, hacia el sur. Unos pescadores le advierten de la salida del Hipocampo de Oro, el rey de las profundidades marinas, que salía a buscar nuevos ojos, su copa de sangre y el azahar del Durazno de las dos almendras, elementos vitales para poder continuar siendo soberano en el fondo del mar. Glicina espera la llegada del Hipocampo y producido el encuentro se entabla un diálogo. El Hipocampo le explica sus necesidades y le dice que sería capaz de dar cualquier cosa por obtenerlas. Glicina se ofrece a darle sus ojos y su sangre y a buscarle el azahar de durazno, todo ello a cambio de la capacidad de procrear un hijo, el fruto de su amor con el caballero navegante. El Hipocampo se lo promete y le indica el camino para llegar al bosque donde se encuentra el Durazno.
V.- Glicina, luego de un penoso viaje, llega al bosque y consigue el azahar de los tres pétalos del Durazno de las dos almendras.
VI.- Glicina retorna donde el Hipocampo y le entrega lo prometido: una copa llena de su sangre, sus ojos y el azahar de los tres pétalos. El Hipocampo, en retribución, le otorga la facultad de tener un hijo, que nacerá a la mañana siguiente, pero le advierta que ella morirá después. Pero Glicina está dispuesta a tal sacrificio, pues su mayor deseo era tener un descendiente.
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