Historia Abierta Del Arte Colombiano Capitulos 6 Y 7
Enviado por jdsosar • 29 de Septiembre de 2014 • 479 Palabras (2 Páginas) • 362 Visitas
CAPITULO VI:
COMIENZO DE LA ESCULTURA MODERNA: NEGRET.
En este capítulo la autora señala que si bien en apariencia la pintura y la escultura llevaron caminos similares a lo largo de la historia, la verdad es que la naturaleza distinta de ambas artes les hizo tomar rumbos separados.
La pintura desde un principio estuvo regida por la realidad, pero llegaría un rompimiento de lo establecido al buscar la exaltación de la obra en sí y los valores personales del autor, llegando al extremo de no solo separarse dela realidad sino de tomar una posición completamente opuesta a esta, es pues el arte abstracto, impresionista y los ismos modernos.
Sin embargo la escultura al querer entrar en el juego de renunciar a la realidad pierde su impacto, ya que la escultura por su naturaleza intrínseca se limita y confina a su material y a su espacio físico, para revolucionar la escultura se necesitaba un cambio en la forma que esta se había venido haciendo. La pintura evoluciono bajo el problema del color, la escultura se desarrolló en vista al problema del espacio, se dan juegos del interior y exterior y del recorrido del espectador, no se trata del espacio por sí mismo sino de la forma en que se interactúa con él.
Es así como el siglo XX se daría un momento histórico donde fuerzas contenidas serian desencadenadas de golpe siendo incontenibles en un principio.
En mi opinión personal el desarrollo del arte entrando al siglo pasado es más que natural, todos los procesos humanos, especialmente los creativos parten de las rupturas y divergencias de paradigmas, impulsados por nuevas formas de hacer las cosas gracias a los desarrollos tecnológicos, desde el principio del arte este ha devenido en sacudidas que revolucionan lo que consideramos arte y consideramos bello, en una época se valoraba la representación, en otras el mensaje, y así sucesivamente, la creatividad parte de la novedad y la individualidad y cada vez que se establece un consenso estético, tendrá este su contraparte. Esto lejos de tornar el arte confuso, lo llena de dinamismo y hace que este se reinvente y renueve.
CAPITULO VII:
LAS DOS LINEAS EXTREMAS DE LA PINTURA COLOMBIANA: BOTERO Y RAMIREZ VILLAMIZAR.
En este capítulo previamente se hace la observación que la historia del arte colombiano, al igual que con el estudio de la historia en general, se toma el camino equivocado de tomar los hechos como elementos aislados proclives a ser clasificados agrupados y categorizados por la casualidad de producirse en un lugar geográfico.
Los hechos históricos artísticos son como el lenguaje, que cobra un sentido en función no de los elementos en sí, sino de la forma en que estos conjugan y se relacionan con el entorno en que se encuentran, desafortunadamente esto no es una prioridad clara en el arte colombiano, no se trata de describir sino de un desarrollo en concordancia al ámbito
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