“Historia de una pasión Argentina” del escritor Eduardo Mallea

INDICE

INTRODUCCION

A raíz de una tarea encomendada por las profesoras de la catedra “Comunicación Oral y Escrita”, tenemos la responsabilidad de realizar un informe de lectura del libro “Historia de una pasión Argentina” del escritor Eduardo Mallea.

El libro presenta la visión del autor acerca de la población Argentina. Si bien no realiza un análisis demográfico o económico, presenta dentro de un marco poético, la caracterización de dos tipos de argentinos, los que “viven” de la Argentina y los que forman parte de ella. También desarrolla, desde un punto de vista crítico, su visión del futuro de la población y pone en juego el concepto de “Argentinidad” y su evolución hacia las futuras generaciones.

La obra empieza con una autobiografía del autor en el que explica los primeros años de vida, su relación con su padre, madre, hermano y su ciudad natal “Bahía Blanca”. Cuando pasa a formar parte del mundo universitario, expone una suerte de queja sobre los dirigentes políticos, sobre la visión desvirtuada del país y de la perdida de la identidad como argentinos.

Capítulos más adelante, Mallea destaca cualidades del hombre argentino y lo separa del egocentrismo. Se presenta el pensar el otro como la única forma de progreso y tristemente menciona el crecimiento de una Argentina Invisible que se destaca por la pérdida de la conciencia de nuestras acciones.

Por último, el autor cuenta experiencias de sus viajes hacia el interior del país y hacia Europa. Es en estos viajes que realiza sus últimos comentarios de la “Argentina Invisible” y cuestiona su vida, su necesidad de realizar un aporte a la humanidad para sentirse completo.    

HISTORIA DE UNA PASION ARGENTINA

PREFASIO

El prefacio empieza desatacando una terrible angustia que siente el autor a causa de la patria y que esto fue lo que dio inicio a la reflexión. Compara al país con una mujer y quiere hacerlo así “porque mujer es lo que atrae amor; y mater”. Presenta al argentino como hijo de esta hermosa mujer llena de virtudes y quiere saber si esas virtudes todavía forman parte de la verdadera Argentina.

Mallea dirige su discurso a los “argentinos que sufren la Argentina como un dolor de la carne” y los separa del argentino calculador que “hace” y “vive de” la Argentina. Establece a la racionalidad como base de una “nacionalidad inminente” y destaca que el “amor sin inteligencia de corazón” es el “amor que mata por proteger”, como una especie de reacción animal.

El escritor inicia una crítica sobre la pérdida de identidad como pueblo y que es imperioso establecer un camino diferente para las futuras generaciones. Esta pérdida de identidad la relaciona con la perdida de la memoria sobre el origen de nuestro país, del “cómo y para qué” vivimos. Compara esta pérdida con la parábola del “Hijo Prodigo”, que perdió todas sus posesiones por el disfrute en los deleites vanos.

En la obra describe las ilusiones de un pueblo que empezaba a formarse y de los ideales que se les transmitían a los inmigrantes que llegaban a poblar el suelo argentino. La pérdida de esos ideales se los adjudica a los propios argentinos por nuestro mutismo y falta de esfuerzo.

Por último, el poeta habla de él mismo, de su deseo de formar una relación con el lector y que espera influir en el para reencontrarlo con su propósito de darse a los demás.

Capítulo I “El atlántico”

El escritor narra su propia infancia con detalles geográficos, composición familiar, contexto de crecimiento argentino, cómo era impartida la educación y más.

Tanto su madre como su padre eran personas honestas y laboriosas. Su vida era muy tranquila y el oficio de su padre, médico, implicaba que pasase mucho tiempo solo con su madre. Sin embargo, esto no impidió que sintiera una gran admiración por aquel hombre, al cual admiró desde pequeño. Creció en una buena familia, sencilla y honesta, que si bien pudo haber tenido mucho se conformó con poco.

Cerca del año 30 con su hermano estudiando en Buenos Aires, su padre fue dejando la medicina para dedicarse a la educación de sus hijos. Y fue entonces cuando Mallea entendió lo mucho que le impresionaba su tierra, Argentina. Estaba tan impresionado de cómo crecía, en todas las direcciones: norte, sur, este y oeste. Y no sólo esto, sino las distintas riquezas que tenía.

“Al norte, al sur, al este, al oeste, crecían poblaciones; hongos furtivos junto a la roca de un centro multitudinario; al norte laboraban los ingenios; al noroeste corría entre trapiches el zumo de copiosas vides; hacia los Andes, la pampa, el centro, se multiplicaban bíblicamente los ganados y cereales; en la capital crecía la piedra, el otro; […] y hacia el sur, tierra prometida, […] iban a desprenderse los llamados ferrocarriles faraónicos”. [1]

[1] Mallea, Eduardo. Historia de una pasión argentina (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2001), p. 14.

En su vida escolar marca dos grandes diferencias. Una existente entre los mismos profesores, y otra entre sus compañeros contemporáneos.

“[…] descubría en esos casi niños una sombrosa seguridad en las propensiones, los gustos y los proyectos. Años más tarde, al cursar los años del colegio nacional, no encontré en mis compañeros argentinos una determinación comparable a la de aquellos recién llegados”.  [2]

Sobre sus profesores, las diferencias radican en la preocupación hacia la educación de los alumnos. Los execrables, según Mallea, son aquellos profesores que enseñan desde la comodidad y no lo hacen apasionadamente. Aquí deja ver el escritor que “el menor esfuerzo” es contraproducente.

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