Introduccion Al Derecho
Enviado por lindenman • 23 de Agosto de 2013 • 11.632 Palabras (47 Páginas) • 438 Visitas
Capítulo segundo
Concepto de ciencia y ciencia jurídica
Las perspectivas o planos de análisis del derecho son diversos, desde la Menor abstracción de las ciencias jurídicas particulares a la mayor abstracción con pretensión totalizante de la reflexión filosófica centrada principalmente en los fines del derecho desde una visión externa, pasando por los análisis generales y formales de la teoría general del derecho que intentan responder al fenómeno jurídico desde una visión omnicomprensiva pero interna al derecho.
En este capítulo se describen esos planos y su relación con otras ciencias auxiliares del derecho.
I. Definición de ciencia, teoría y filosofía de la ciencia
Aristóteles hace 24 siglos concibió a la ciencia como una progresión que va de la observación de los hechos a los principios generales y regresa a los hechos. El científico, según él esta girita, debía inducir principios y deducir de ellos enunciados sobre los fenómenos. Así, la explicación científica para nuestro autor implicaba una transición del conocimiento de los hechos al conocimiento de las causas de los hechos. El científico, a diferencia del que se apoya en el conocimiento práctico, conoce el porqué de los fenómenos y su causa, mientras que el que aprende algo a través de la experiencia, sabe qué se debe hacer pero no sabe por qué.
El método aristotélico y previamente el platónico se llama racionalista, es un método que desconfiaba, muchísimo más en Platón que en Aristóteles, de la experiencia sensible para conocer y sostenía que la vía principal del conocimiento era la razón. Todavía con René Descartes, en plena época moderna, se sostenía que la verdad se manifiesta sólo través de la razón; sin embargo, el método racionalista ha tenido detractores desde la antigüedad.
En la Edad Media, Bacón señalaba que el verdadero método era el experimental, la naturaleza es el auténtico libro y todos podemos leerlo a través de nuestros sentidos. La idea de que la objetividad del conocimiento viene garantizada por la ausencia de ideas preconcebidas y de hipótesis y de que el método experimental garantiza los descubrimientos científicos, se desarrolló en Inglaterra con la obra de David Hume, quien sostuvo que sólo la experiencia es el criterio de verdad. En la obra del filósofo Kant se intenta poner de manifiesto el carácter creativo de la ciencia sin negar su carácter empírico, es decir, conjuntar la tradición racionalista con la empirista. Para Kant, el conocimiento empírico presupone un marco general de ideas y principios: del libro de la naturaleza no se puede sacar ninguna conclusión, la naturaleza no revelará sus secretos sin que el científico pregunte y le obligue a contestar. Posteriormente a Kant, y durante el siglo xx, los empiristas lógicos del “círculo de Viena” y posteriormente el empirismo crítico de Karl Popper, incorporan cuestiones muy importantes para la reflexión de las ciencias alas que Kant no había prestado mucha atención, como el peso que tiene la justificación de las hipótesis y teorías, su verificación y las probabilidades en el conocimiento de algo para ser verdadero.
Hoy en día es difícil precisar cuáles son las características, límites y alcances del conocimiento científico. Una definición fácil nos diría que la ciencia tiene que ver con el acceso a conocimientos objetivos y verdaderos; sin embargo, no podemos como seres humanos arribar a conocimientos objetivos verdaderos sobre todas las cosas y fenómenos ni todos los fenómenos permiten de parte del observador-científico un conocimiento exacto.
Karl Popper señaló que la ciencia no puede alcanzar nunca conocimientos verdaderos, que a lo más que puede, esa aspirar a conocimientos que en ese momento se consideran los más adecuados, dado el nivel de desarrollo del conocimiento. El método científico, según Popper, está integrado por el ensayo y error para poner a prueba de manera permanente el conocimiento científico y, por la posibilidad de falsar, esto es, la factibilidad de demostrar que el conocimiento que se pretendía como adecuado en un momento es posteriormente incorrecto al someterse análisis e investigación.
Se ha dicho que lo que caracteriza al conocimiento científico es que observa los fenómenos y que el resultado de esas observaciones integra teorías o hipótesis que posteriormente son susceptibles de verificación; sin embargo, la observación y verificación no juegan papel alguno en ciertas ciencias como las formales (la lógica o las matemáticas). Tampoco puede decirse que los hechos pueden observarse en estado puro, porque todo hecho es observado previa una interpretación teórica con la que observamos los hechos, es decir, los enunciados teóricos preceden a los enunciados observacionales. La inducción tampoco permite, desde un punto de vista de necesidad lógica, sostener leyes universales, dado que sólo pueden someterse lógica y necesariamente a verificación enunciados particulares. La propia teoría de Popper sobre la falsación puede ser puesta en duda, en tanto que al no observarse los hechos en estado puro, pues se observan usando teorías previas, es posible que posteriormente, por el progreso de la ciencia, esas teorías que permitieron demostrar que el hecho era verdadero correcto válido, resulten falsadas a la luz de nuevas perspectivas teóricas.
Ante la imposibilidad de caracterizar todo el conocimiento científico con la observación y la verificación, algunos piensan que lo característico de la ciencia radica en que el conocimiento científico puede ser identificado por el uso de un método científico; sin embargo, no existe un método válido y universal para acceder y analizar el conocimiento científico. Feyerabend considera que no hay métodos, que en ciencia todo vale, que ninguno de los llamados “métodos” aseguran el trabajo científico. Otros, como Lakatos, proponen como definitorio del método científico la manera en que trabajan los científicos por “programas de investigación”, los que están integrados por hipótesis teóricas generales —el núcleo— que se aceptan convencionalmente y por hipótesis auxiliares y condiciones iníciales que sirven de “cinturón protector” para proteger a las hipótesis generales de la falsación. El programa debe ser coherente —racional— y progresivo para permitir el descubrimiento de nuevos fenómenos. El problema con el “método” de Lakatos es que no resuelve los dilemas que suscitan “programas de investigación” que manejan hipótesis y teorías opuestas sobre un fenómeno, pues su teoría no proporciona una vía segura para saber cuál de las hipótesis y teorías en oposición y contraste es la mejor.
Algunos como Kuhn establecen que la ciencia
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