Isabel Allende
Enviado por moradoazul • 24 de Enero de 2013 • 932 Palabras (4 Páginas) • 589 Visitas
1.Isabel Allende en el marco de la narrativa hispanoamericana de fines del siglo XX.
En 1962 se publicaba en España La ciudad y los perros de Vargas Llosa. En 1967 llegaba Cien años de soledad de García Márquez. Por esas fechas, aparecen asimismo novelas como Sobre héroes y tumbas de Sábato, El astillero de Oneti, El siglo de las luces de Carpentier, La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, Rayuela de Cortázar, Paradiso de Lezema Lima etc. Para los lectores españoles, desatentos a la novela hispanoamericana hasta entonces, obras como estas produjeron el mayor asombro. Inmediatamente se “descubrió” y se devoró con avidez la obra de los autores citados y de otros ya mencionados o que habremos de mencionar. Era el llamado “boom” de la novela hispanoamericana. Se imponía la existencia de una gran narrativa. Y tal ha sido, sin duda, uno de los grandes acontecimientos literarios de nuestro tiempo.
• En realidad, los nuevos novelistas hispanoamericanos continuaban en la línea de innovaciones señaladas en el apartado anterior, de tal modo que la frontera entre algunos de aquellos autores y éstos puede parecer arbitraria. En cualquier caso, es evidente que los nuevos novelistas llevan tales innovaciones a sus últimas consecuencias, a la par que enriquecen aún la novela con nuevos recursos.
CARACTERÍSTICAS
a) Se confirma la ampliación temática y, en especial, se incrementa la preferencia por la “novela urbana”. Cuando aparezca el ambiente rural recibirá un tratamiento muy nuevo.
b) la integración de lo fantástico y lo real se consolida. El “realismo mágico” es, en efecto, uno de los rasgos principales de los nuevos novelistas.
c) pero es en el terreno de las formas en donde se observa una mayor ampliación artística. La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación.
d) la experimentación de la novela afectará, de modo particular, al lenguaje mismo, con la superposición de estilos o registros, con distorsiones sintácticas y léxicas, con una densa utilización del lenguaje poético, etc.
• Por debajo de todo ello, late el convencimiento de la insuficiencia práctica y estética del realismo. Pero esta ruptura con la técnica realista no supone exactamente un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla desde ángulos más ricos, más reveladores y más válidos estéticamente. Ésta evidente preocupación estética tampoco supone que el escritor abdique de propósitos testimoniales o de denuncia; al contrario: novelistas como los que citamos suelen proclamar ideas sociales y políticas muy avanzadas. Pero, como ha dicho Julio Cortázar, “el primer deber del escritor revolucionario es ser revolucionario como escritor”; es decir, romper con los moldes expresivos heredados de otras épocas y proponer un arte nuevo, más acorde con las profundas mutaciones de nuestro tiempo. Por último, si estéticamente, nos encontramos ante una novela acorde con la narrativa universal contemporánea,
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