Jane Austen - críticas hacia las clases sociales, las costumbres.

  Jane Austen nace en 1775 en Hampshire, Inglaterra. Es una autora que criticaba la costumbre de su época como demostró en la obra Orgullo y Prejuicio, en la cual profundizaremos más adelante. Tata temas de los cuales, no se hablaba y se condenaban en su época. Sin embargo ella logra utilizar sus personajes para hablar de esos temas desde un cierto humor ridiculizando las costumbres sociales de aquellos años.

  El objetivo de este ensayo es mostrar como la autora critica los momentos en que vive, su época, las críticas hacia las clases sociales, las costumbres.

  Un ejemplo de esa crítica, es la caracterización ridícula de la señora Bennet, cuya carencia de educación e inteligencia se describe como la causa de su obsesión por el matrimonio. El señor Bennet le pregunta a la señora Bennet si el joven rico que compró la casa en Netherfield es soltero o casado, a lo que ella contesta, “¡Ah, soltero, querido, claro! Un hombre soltero de gran fortuna.         ¡Esto es muy bueno para nuestras hijas!” Luego la autora describe un poco a la señora Bennet, “era una mujer estrecha de mente, más bien inculta y de temperamento inestable” (…) “la empresa de su vida era casar a sus hijas”.

  Hay muchos pasajes en la obra de Jane Austen dedicados a los "talentos", por talentos nos referimos a las diferentes habilidades que una mujer que busca marido debe cultivar para atraer la atención de éste. Un claro ejemplo es un diálogo entre Darcy y la señorita Bingley en Netherfield, éstos hablan de los conocimientos que debe poseer una dama. "Me resulta increíble cómo todas las jóvenes tienen tanta paciencia como para cultivar todos esos talentos." (…) "Todas pintan, forran biombos y hacen bolsitas de malla. No habré conocido a una que no sepa hacer todo esto, y estoy seguro de que jamás me han hablado de una chica por primera vez sin referírseme lo talentosa que era." (…) "Una mujer debe tener un amplio conocimiento de música, canto, dibujo, danza, y lenguas modernas para merecerse esa palabra; y, aparte de todo esto, debe haber algo en su aire y en su manera de andar, en el tono de su voz, en su forma de relacionarse con la gente y en su expresión, de no ser así, no merecerá completamente la palabra." “No me extraña que sólo conozca a seis mujeres cultivadas.   Lo que de veras me sorprende es que conozca a alguna.” Elizabeth Bennet, una de las protagonistas es sencilla, y carece de dichos talentos, esto demuestra que la autora busca romper esa regla abogando por una educación más liberal para la mujer.

  En otro episodio de la novela, Lady Catherine interroga a Elizabeth en relación a su educación y la de sus hermanas, mostrando su disconformidad:

“¿Dibuja usted? ― No, en absoluto. ― ¿Y alguna de sus hermanas? ― No, ninguna de ellas. ― Es muy extraño. Pero supongo que no han tenido la oportunidad. Su madre tendría que haberlas llevado a Londres todas las primaveras en busca de buenos profesores. ― Mi madre no habría puesto el menor reparo, pero mi padre detesta la ciudad. ― ¿Les ha dejado ya su institutriz? ― Jamás hemos tenido una. ― ¿Que no han tenido institutriz? ¿Cómo es posible? ¿Cinco hijas educadas en casa sin una institutriz? Es la primera vez que oigo algo semejante. Su madre ha debido ser una esclava de su educación. Elizabeth tuvo dificultades para no sonreír mientras aseguraba a su anfitriona que no había sido ese el caso”.

  Orgullo y Prejuicio deja claramente reflejado que la vida de la mujer gira en torno del matrimonio. Es la forma en la que se retrata ese afán, donde Austen sitúa la crítica hacia esa opción única destinada a las mujeres.

  Cabe aclarar que en esos tiempos las propiedades eran heredadas a un pariente lejano, si es que no existiera un hombre en la familia como heredero. En la familia Bennet eran cinco mujeres haciendo más urgente la presión para encontrar un esposo entre las hijas que serán despojadas de todo a la muerte del padre. Como ejemplo, encontramos el caso de Collins como heredero de los bienes de la familia Bennet. “Los bienes del señor Bennet consistían casi exclusivamente en unas tierras que le rentaban dos mil libras anuales, y que, por desgracia para sus hijas, al no tener un vástago varón, serían heredadas por un pariente lejano”.

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