Jornada de errores médicos

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Ensayo Jornadas errores

Universidad: Universidad Anáhuac

Asignatura: Calidad En Salud

16 documentos

Ensayo Jornada de errores médicos 1 Ensayo Jornada de errores médicos Introducción El libro de Jornadas de errores médicos cuenta la historia de 12 amigos, “los apóstoles”, de diferente especialidades, que se reúnen 20 años después de graduarse en un hotel de Acapulco. El Dr. y Senador Erasmo Vidal, se encarga de organizar el evento a la perfección y propone que cada uno cuente su peor fracaso o error durante su vida profesional. Desarrollo Las ramas de los 12 apóstoles son, ginecología, pediatría, cirujano plástico, cirujano general, gastroenterología, urgenciólogo, ortopedista, psiquiatría, radiología, otorrinolaringólogo, cirujano y un político. Empieza la platica el ginecólogo, Dr. Gerardo Aldape, comentando el caso de una mujer que nunca había podido tener familia, y luego del interrogatorio le diagnostica un tumor. Lo conversa con un especialista del tema y deciden operarla de urgencia, ante la sorpresa que el tumor, era un bebe, que pierde la vida. Por estos motivos, toma la decisión de jamás volverse a apresura en un diagnóstico, antes de haber hecho los estudios correspondientes. El pediatra, Dr. Felipe Orzuela, le continua, contando el caso de un niño de escasos recursos en muy mal estado general, con desnutrición, que presentaba una bolita con mucho dolor en el sitio, creyendo que se trata de un ganglio, decide hacer de cirujano y sentirse destacado. Realiza todo lo necesario para una cirugía, asepsia y antisepsia. Al realizar la incisión comienza a salir un liquido café con olor a contenido del intestino. Se percata en ese instante que la bolita era perforado un asa del intestino. En ese instante en su propio auto, lleva al niño y a la madre a un hospital de Guanajuato, al área de urgencias para que los profesionales puedan solucionar el tema. El Dr. presencia la intervención y se sincera con el mismo, comentando que no podría ser cirujano. El cirujano plástico, Dr. Arnulfo Lagos, tuvo una cita de urgencia de un reconocido artista, Carlos, para que lo ayudase a mejorar su rostro, cansado de tanto maquillaje para ocultar sus arrugas. El Dr. propone realizar un estiramiento facial, una ritidectomía. Se realizaron todos los estudios necesarios y al día siguiente se operó. La cirugía venía muy bien hasta que el Dr. notó que había cortado una rama del nervio facial. El artista lo perdona y le pide que no le cuente a nadie lo sucedido. La pareja de el, pone sobre aviso al Dr. que Carlos se iba a matar tras la cirugía. El Dr. sale corriendo a la habitación pero llega tarde. Sigue el cirujano general, Dr. Adán Calzada, se le presenta el caso de una persona de 60 años, sin funcionamiento del riñón, el Dr. Conga era el Dr. que lo atendía, pero no le gustaba operar y lo refiere con el Dr. Calzada. La cirugía comenzó sin contemplaciones, resultaba ser más rápida que otras, al terminar, solicitó a sus ayudantes que cerraran la herida. Al otro día al notar que el enfermo esta peor, se dieron cuenta que le habían extirpado el riñón equivocado. El Dr.. Conga no lo volvió a invitar nunca mas a operar con el. Por esta cirugía aprendió a cerciorarse perfectamente que lado debe operar. El gastroenterólogo, Dr. Juan Sortres, cuenta de un episodio que tuvo con una peritonitis grave en un preso. Un amigo le llama para pedirle que lo atienda, ya que era el cirujano de la penitenciaría.

Ensayo Jornada de errores médicos 2 Al otro día lo revisa y le diagnostica una peritonitis en una estado muy avanzado. Ese mismo día entró a cirugía, todo se preparó y la cirugía venía bien encaminada hasta que el Dr. notó que había cortado el colédoco, trató de solucionarlo con una sonda T, pero en ese instante se dio cuanta que el enfermo que tenía un absceso hepático. Su paciente de igual manera no iba a sobrevivir. En cierta manera adelantó su final. El médico de urgencias, Dr. Luis Dondé, recibe a una paciente de 18 años en muy mal estado, con una hemorragia masiva, le habían practicado un aborto con un fierro largo que le causó mucho dolor, y se desmaya. Entra directo a quirófano, y en el afán de proteger lo mas posible a la paciente el Dr. detecta el cordón umbilical de feto, lo trata de sacar y al verlo se da cuenta que le habían perforado la matriz y lo que estaban extirpando era el intestino. Al notar el error, le abren la región abdominal, suturaron todo lo necesario y finalmente después de varios días y muchos cuidados de parte de todo el equipo, la niña salvó. El ortopedista, Dr. Roberto Bojar, contó que estaban en un juego de póker entre amigos, cuando los ánimos se calentaron, y su amigo Isaac se abalanzó contra el, pero cayo mal, y fue a dar al piso con brazo izquierdo. Al ver que estaba con mucho dolor, lo examinó diagnóstico fractura de radio y cubito en su tercio proximal. Estuvo enyesado el tiempo necesario pero al sacar el yeso, se dieron cuenta que no había soldado y requería de una operación. Se opero al día siguiente pero al tercer día lo visito en el consultorio quejándose de dolor por el yeso. Al sacar el yeso, había una infección. La infección fue muy invasiva, todos lo tejidos tenían necrosis. La perdida de musculo flexores y extensores en el brazo eran muy notorios. Finalmente hubo que amputar el brazo. La conciencia y remordimientos por no haberlo hecho bien desde el principio fueron tremendos pero la tranquilidad de haber hecho todo lo posible hasta el final. Se le dio paso al psiquiatra, Dr. Víctor Aguar Huri, comenta que en una cena de Navidad hubo una llamada de emergencia, la cual se resolvió en el instante pero requería una visita a la otra mañana. La paciente era una mujer de 37 años, que se quejaba de dolores muy fuertes de cabeza, observé la escena y al no notar nada raro, se le recetó ergotamina y cafeína, estudios necesarios para descartar otras enfermedades. Al otro día estaba mejor y lo diagnosticaron como un caso de neurosis. Con el maestro se siguió un tratamiento con psicoanálisis. Se le realizo una sesión de hipnosis, sin llegar a ninguna otra causa. Finalmente la enferma es llevada a otro hospital y le descubre un tumor cerebral que la mata. El maestro y el Dr. Aguar juraron no desconocer los errores y tampoco cubrirlos. El radiólogo, Pedro, le tocó su turno, cuenta que trabajaba muchas horas encerrado en el gabinete, por necesidad económica. Un día se le acercó el Dr. Gazán preocupado por una paciente con colecistectomía que no estaba bien. Al externarle su preocupación, Pedro, se animó a visitar a la paciente. El cuadro que notó cuando entró era

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