LA BIBLIOTECA FANTASMA Y EL ROBO DE LIBROS
Enviado por claurenmm • 26 de Noviembre de 2015 • Reseña • 1.029 Palabras (5 Páginas) • 399 Visitas
LA BIBLIOTECA FANTASMA Y EL ROBO DE LIBROS
La biblioteca fantasma es la séptima de las publicaciones logradas por la escritora Nuria Amat i Noguera. La autora en mención nació en Barcelona en el año 1950, más tarde se licenció en Filosofía y Letras y cuenta también con un doctorado en Ciencias de la Información. Es quizá esta formación la responsable de que la mayoría de sus escritos tengan relación con el manejo de la documentación y la información.
La biblioteca fantasma es un libro de 64 páginas que contiene dos narraciones. La primera de ellas (contenida entre las páginas siete a la treinta nueve) lleva el mismo título y la segunda (que va de la página cuarenta y uno a la sesenta y tres) tiene por nombre El laboratorio de lo imaginario. Este último texto aborda el tema de la inserción de las máquinas dentro del proceso de escritura mientras que La biblioteca fantasma es la historia de un joven llamado Bernardo Ross, quien a partir de los trece años de edad decide que tomará uno a uno los volúmenes que hasta entonces habían estado en la biblioteca de sus padres. Es así como el personaje construye una biblioteca de setecientos ochenta y cuatro libros, pero no le es suficiente, por tanto, continúa creciendo su acervo personal pero sin comprar precisamente las publicaciones. Se menciona en el relato que secretamente Bernardo es consciente de que sólo el siete por ciento correspondía a ejemplares que le fueron obsequiados.
Aunque en un principio Ross no identifica un motivo exacto que lo llevara a constituir de tal manera su archivo personal, pensaba que debía seguir haciéndolo así para “no traicionar la simple casualidad que dio origen a la formación de su biblioteca” y “atribuía su actuación a la falta de dinero suficiente para comprar cuantos libros le apeteciera” (Amat, 1991: 14). Además Bernardo “pensaba que cualquier libro, por aburrido que fuera, tenía su valor. Era el objeto más digno de ser acariciado sin vergüenza así como la única cosa que las personas soportaban por un tiempo casi indefinido en sus manos” (Amat, 1991: 12).
Es posible que afirmaciones como las anteriores, tengan parte en la responsabilidad de que hoy en día el robo de libros sea un delito aparentemente perdonable.
Una de las definiciones dadas por la Real Academia de la Lengua Española al acto de robar dice “tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea” (2015). Ahora bien, el Código Penal Federal de la República Mexicana dice “comete el delito de robo: el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley” y se castiga acorde al valor a que asciende el objeto del robo (1931); sin embargo cuando el objeto en cuestión es un libro, parece que la ley funciona de manera distinta o mejor dicho, parece que el delito cometido, pertenece a una categoría distinta ante la sociedad. Basta con informarse acerca de la resolución dada a algunos casos de robo. Como las ocasiones en que se aprehende a personas que han robado tiendas de ropa y son puestas “a disposición de las autoridades competentes” (Milenio, 2015), por otro lado, cuando una o varias personas son detenidas por robar libros (aun cuando el monto sea de aproximadamente 18 mil pesos) pueden ser liberadas, porque se dice que “robarse un libro de una biblioteca habla de la falta de solidaridad. Robarse un libro de una librería es distinto, si se roba para leerse…” ¿Y si el robo a la biblioteca se ejecuta también con la finalidad de la lectura? “…el primero es un robo de un bien público, un robo hacia todos” (Informador, 2015). No obstante la distinción hecha entre biblioteca y librería pocas veces es relevante para la mayoría de la opinión pública.
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